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Mi Sobrino III

Mi Sobrino III

Para los que no han leído Mi sobrino 1 y 2 , os recomiendo que lo hagáis antes de leer éste.

Pues bien después de las dos noches, primero con mi sobrino y después con él y su hermana podéis imaginar que el ambiente en ese apartamento a pesar de del frío invierno era de los más caliente. Al día siguiente después de esquiar fuimos a comer , después de compras y más tarde a casa, mi sobrina y yo charlamos animadamente toda la tarde no tanto así con Javi que estaba más callado acaso desconcertado por la situación igual que todos pero quizás él por su juventud no podía disimular.

En fin al llegar a casa nos pusimos cómodos, estos apartamentos con la calefacción central son muy calurosos, así yo me puse unos pantalones cortos de deporte y una camiseta, Javi lo mismo sólo que sus pantalones eran bastante viejos y el braguero no hacía nada, algo que en mi sobrino especialmente cobraba más importancia por el ya comentado tamaño de su miembro, así que yo sólo de ver cómo se balanceaba su polla a través de la fina tela del pantalón me estaba poniendo nervioso.

Javi se tumbó en el sofá a ver la tele y yo me fui a la cocina a recoger cuatro trastos y poner un poco de orden y sobre todo a tranquilizarme, la verdad es que ya no había que disimular demasiado pues ya había pasado de todo, pero aún así me molestaba y sobre todo me desconcertaba mucho sentir aquella atracción hacia mi sobrino, sólo verle pasearse por casa ligero de ropa se me ponía dura.

Estaba como he dicho en la cocina dándole a la cabeza cuando entró Ana, llevaba puesto un vestido camiseta , ajustado que le llegaba unos 20 cm. por encima de las rodillas, el pelo medio mojado de la ducha, desprendía un suave olor a perfume. Se ofreció a ayudarme y mientras recogíamos le pregunté directamente si la noche anterior había sido la primera con su hermano, quedó pensativa un instante y me respondió que no. Entonces un poco avergonzada empezó a explicarme que en otra ocasión que estaban solos en casa pilló a Javi desnudo en el baño y que sorprendida por el tamaño de su pene no pudo más que hacer el comentario de: Déjamela ver bien hermanito, vaya instrumento que tienes, etc… vamos que se la cogió y acabaron liados.

Todo esto me lo explicó pormenorizadamente y yo escuchando atento estaba notando una excitación bestial. Entonces me preguntó a mí y le respondí lo que realmente había pasado la otra noche, yo también me extendí en las explicaciones, (vamos le expliqué el relato 1), ella me interrumpió para preguntarme : ¿le penetraste? a lo que conteste que sí y le recalqué que jamás lo había hecho con un hombre pero que con Javi parecía que yo era un profesional de la homosexualidad. Ana volvió a preguntarme:

– y Javi ¿se dejó sin más?, ¿no le dolía?. – Yo le expliqué que lo había hecho con mucho cuidado y lubricando mucho la zona, es más le dije:

– Creo que le gustó mucho. Además tu hermano tiene un culito perfecto, sin un solo pelo, blanco y duro parece el de una hembra. – En ese momento Ana estaba delante mío dándome la espalda recogiendo algo cuando me dijo:

– Sí, mi hermano tiene el culo mejor que el mío. – A lo que yo respondí pero qué dices tonta, es diferente tú estas muy bien mujer, a lo que ella replicó: que va mi culo es demasiado grande. Entonces yo al tiempo que le decía : tienes un culo precioso y absolutamente excitante, le puse mi mano en uno de sus glúteos mientras con la otra mano la tomé de la cintura acercándola contra mi cuerpo para que notase mi abultado paquete.

Ana primero intento tímidamente alejarse pero rápidamente se dejó ir, para mi sorpresa noté que en lugar de braguitas llevaba un tanga, esa prenda a mi me pone a 100, así que empecé a masajear tan precioso y potente culito mientras mi otra mano apretaba suavemente uno de sus pezones y mis labios y mi lengua recorrían su cuello, Ana con sus mano hacia atrás me apretaba mis nalgas contra ella. Fui subiendo despacio la corta falda hasta notar el tacto firme y suave de la piel de su hermoso trasero , que fui recorriendo poco a poco muy despacio notando cómo Ana se derretía en mis manos, temblorosa, se estremecía y su piel se erizaba, yo siempre pensando en que aquella situación le provocase las humedades del día anterior. Seguí así deslizando mis dedos lentamente hacia su sexo y entre la goma de su pequeño tanga los introduje hasta tocar el vello púbico, a todo esto Ana tenía convulsiones de placer y no me equivoqué su coñito estaba tanto o más mojado que la otra vez, jamás había estado con una mujer que segregara tal cantidad de jugos.

Al tocar decididamente sus labios chorreantes y notando que su tanga hacía rato que estaba empapado, hice que se reclinase sobre la encimera y rápidamente le levanté el vestido, le quité el tanga y procedí a lamer todo aquel manjar que se mostraba delante de mis incrédulos ojos, le introduje la lengua en su coño, aquello era un charco sabroso busqué su clítoris y lo mordisqueé con suavidad, Ana cogió una cuchara de madera y la mordió para no gritar, estaba claro que esta vez me quería para ella solita, yo seguí chupando y recorriendo con mi lengua desde sus labios, clítoris y hasta el culo donde me percaté de que cada vez que mi lengua llegaba mi sobrina se movía aún más, en esa posición Ana tuvo por lo menos dos orgasmos, mi excitación era brutal pues me volvía loco ver una mujer tan entregada al placer sexual entonces procedí a metérsela y empecé a menearme con embestidas firmes a lo que Ana respondía de inmediato moviéndose ella también, mojando mis huevos con sus líquidos que no paraban de aflorar con cada movimiento, así le llegó el tercer orgasmo y antes de que yo me pudiese correr, (cosa que iba a hacer en ese momento,), con la mano me la sacó y jadeante, apoyada sobre la encimera me dijo:

– ¿Que mi culo no te apetece tanto como el de mi hermano? yo me quedé de piedra , quería que la sodomizase. Me dijo: – – Tío nunca me lo han hecho, tú serás el primero, házmelo con mucho cuidado por favor , pero me muero por que me metas toda esa carne por mi culo. – Casi tuve que pellizcarme pero reaccione, cogí de la nevera un poco de margarina que con suavidad introduje con mis dedos por su ano, para acto seguido empezar a empujar con mi polla, unos leves quejidos de Ana ,entre dolor y placer me avisaban de que mi pene se abría camino y poco a poco iba entrando, la imagen que tenía yo con mi sobrina reclinada ,su precioso culo en pompa, mi polla taladrando por vez primera aquel ano virgen, los gemidos de Ana mordiéndose los labios, ensimismado en esa visión y cuando aproximadamente la mitad de polla estaba dentro de aquel culito, noto como una de las manos de Ana me agarra con fuerza de mi culo y tira de golpe hacia ella metiéndose de golpe el resto de mi miembro, al tiempo que soltaba un ahogado grito de dolor y placer al tiempo, me quedé quieto un momento para empezar a moverme lentamente, yo estaba a punto de reventar así que le dije :

– Ana cielo, no podré aguantar mucho.

Ella entonces movió su culo con más fuerza y yo atenazando las caderas creí que me moría de placer, los movimientos ya no eran lentos y delicados Ana se movía como una salvaje y golpeaba constantemente con su culo mi vientre metiéndose en cada golpe mi polla hasta las entrañas, yo ya no podía más estaba a punto de correrme cuando Ana se volvió a percatar y de un golpe se separo sacándosela se giro rápidamente al tiempo que se arrodillaba y empezó chupármela al tiempo que se masturbaba y yo me corría con unos borbotones de leche como nunca lo había hecho, Ana no tenía tiempo de tragarse todo mi semen, su boca estaba llena y mi polla seguía escupiendo por toda su cara y pechos, cuando por fin terminó se levantó con la boca aún llena de semen nos fundimos en largo beso. Me dijo:

– Te quiero tío, nunca un hombre me había hecho sentir lo que tú.

Nos medio arreglamos y al girarnos vimos a Javi que caminaba hacia la sala, y los restos de una corrida en la puerta de la cocina.

¿Qué te ha parecido el relato?