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Mi historia

Mi historia

Mi nombre es Israel y desde hace varios años tengo una afición, que como muchas otras, comenzó como una coincidencia y que con el paso del tiempo se convirtió en gusto, en un tiempo me sentí incomodo y fuera de lugar, pero aún así y sabiendo que no soy el único, las satisfacciones han sido en mucho mayores.

Me encanta todo lo relacionado con el incesto, me excita y me da mucho morbo saber que tienes en tu propia casa, sin salir de ahí, en el seno familiar, las personas que pueden satisfacerse mutuamente, sin prisas, sin temores infundados y con toda la confianza que solamente puedes encontrar en tu propia familia.

Sé que puede sonar muy escandaloso y fuera de lugar para muchas personas el tener relaciones carnales con miembros de su propia familia, sin embargo, a través de la historia las relaciones incestuosas siempre han existido y con ellas ese gran tabú que se fue creando de lo prohibido y profano de la relación.

Sin embargo ninguno de nosotros estuviera aquí si esta práctica nunca se hubiera dado, aun así, tampoco trato de justificarla, pero cuando existe la confianza, el entendimiento y más que nada la comprensión; tanto física como sentimental de cada uno de los participantes, sean hermanos, padres, hijos, etc., puedes convertirla en un gusto, un deseo y una complicidad absoluta sin salir de tu propia casa.

Esta historia es real y voy a tratar de relatarla con lujo de detalles, motivado por tantas historias, sean ciertas o no que me he encontrado en la red, ya que aunque muchos la practicamos, un gran número, por los mismos prejuicios de nuestra sociedad, la reprime, dedicándose únicamente a dejar volar su imaginación y estamparla en un papel, sin probar ni animarse a dar un paso mas.

Siempre he pensado que puedes conseguir todo lo que te propones, pero nunca me imagine que fuera el principal interesado en tratar de conseguir los favores de mí queridísima y única hermana, principal protagonista de esta historia.

Mi familia consta de cuatro personas; mis padres, mi hermana y yo, mi padre una persona muy trabajadora y responsable y mi madre una mujer muy guapa, atractiva e igualmente trabajadora y no digamos responsable, mi hermana que salió a ella, contaba en ese entonces con 16 años y yo con 18 recién cumplidos; ella acababa de pasar a tercero de secundaria y yo empezaba la preparatoria, siempre nos llevamos bien y siempre tratábamos de ayudarnos mutuamente, dos clásicos hermanos, como existen miles en todo el mundo.

La familia tenia, como hasta hoy, una empresa familiar heredada por mi abuelo, papa de mi papa, y que con el trabajo y la dedicación de nuestros padres habían hecho crecer y nos dejaba para vivir cómodamente.

Con el paso del tiempo decidieron dejar de invertir un poco en el negocio y hacerle algunas modificaciones a nuestra pequeña casa, la necesidad era de construir un segundo nivel, donde tendríamos nuestras habitaciones mi hermana y yo, hasta ese entonces mi hermana seguía durmiendo en la habitación de mis padres, donde por la edad y el espacio empezaba a ser difícil la privacidad, tanto de ella como la de mis padres.

Por mi lado ya tenia desde unos años atrás una habitación en el segundo nivel de la casa, pequeña y confortable pero provisional, ya que por ser el hermano mayor y al ir creciendo mi privacidad era mas, podríamos decir, urgente y mi madre decidió tomar la decisión y muy amablemente me corrió de su habitación, ya que a un principio y de mas pequeños dormíamos todos en la misma, aunque grande pero en una misma habitación.

Adriana, como se llama mi hermana, para ese entonces y hasta estas fechas delgada y de piel blanca, muy desarrollada para su edad, bonita, pelo lacio, castaño claro y siempre lo lleva corto, mas o menos hasta los hombros, sus ojos grandes color café claro y una boca con labios medio gruesos, nariz chata y lo que llama mucho la atención, es que tiene la barba partida, herencia de mi padre, ya que yo la tengo igual, mide 1.73 mts. de piernas y muslos gruesos pero torneados, que se juntan con una cadera un poco ancha, herencia de mi madre, tías y abuelas, pero como es medio alta lo tiene todo bien acomodado, sus pechos firmes y redondos, de buen tamaño, podríamos decir grandes, nada caídos, que yo hasta ese momento no conocía y que realmente no me interesaba conocer, muy hogareña, era la que tenia siempre ordenada la casa, nuestra ropa, todo en general; estudiosa y salía con un grupo de amigas de siempre y no le había conocido ningún novio.

Yo, delgado, moreno de 1.75 mts., con el pelo negro igual que mis ojos, normal de facciones y normal también en todo lo demás, uno de mis pasatiempos favoritos era conseguir revistas porno y jalármela en mi cuarto como muchos chicos de esa edad.

De sexo solo sabia por alguno que otro encuentro con amiguitas, pláticas entre amigos, etc. nada fuera de lo común. Nuestros padres nos dejaron entrar solos a esto del sexo y lo único que recuerdo fue el escándalo que armo mi madre cuando mi hermana empezó a reglar, que por cierto fue por esas fechas cuando decidieron hacerme una habitación aparte… quien lo iba a suponer.

Ella siempre ha sido muy ordenada, tanto en sus cosas como en su físico, algo que recuerdo que siempre me gusto y que siempre le comentaba, eran sus pies; en lo personal y lo sigo haciendo hasta ahora, a todas las mujeres antes de verles cualquier cosa, si es posible, les veo los pies y ella tiene unos pies muy bonitos, blancos, delgados y con unos dedos largos y parejitos, que van desde el dedo gordo, haciéndose más pequeños hasta llegar al mas chiquito, muy finos, siempre los ha traído muy cuidados y sigue siendo un placer verla descalza por la casa y cuando se pone zapatos que dejan ver sus pies completos, me los paso alabándoselos.

En algunas ocasiones al estar haciendo las tareas comunes del hogar se ponía de lo mas cómoda, descalza y con shorts cortitos, el conjunto de sus piernas y sus pies descalzos es realmente impresionante, alguna blusa que le llegaba hasta el ombligo, algunas veces ajustadas, sin brasier, lo notaba porque sus tetas rebotaban sin ningún aprisionamiento quedando libres solo por la misma blusa, en ocasiones le lograba ver los puntitos erectos de sus pezones rodeado por la aureola de estos, que también tenia unos pequeños puntitos, era increíble y como tiene unas tetas grandes, mas de una vez y por la confianza que teníamos se agachaba y lograba ver, por unos instantes, sus dos volcanes en erupción, blancos y con sus pezones paraditos y sus grandes aureolas rositas, cuando se daba cuenta que me acercaba se levantaba o se ponía la mano encima de la blusa presionándola contra su pecho, ese reflejo que hacen todas las mujeres cuando por el escote que llevan y se agachan, se cuidan de no dejar ver nada, pero esos instantes que podía robarle eran mas que suficientes para no pasarlos desapercibidos y por que no, disfrutarlos.

Conforme fue creciendo, que para mí fue algo muy lento, ni cuenta me di, se iba haciendo más obvio el cuidarse, ya que de mas chica, no era tanto el pudor que sentía y podía verla correr, saltar, agacharse, cambiarse, etc., sin ninguna malicia, aunque se le viera todo, además que yo no le ponía la atención suficiente porque tampoco me interesaba, pero después, ya por esa época, su crecimiento empezó a ser mucho mas obvio y se cuidaba mas.

Otro detalle que recuerdo es que en algunas ocasiones, cuando se ponía alguna falda o vestido cortos, le lograba ver sus calzones, por descuido lógicamente, cuando se sentaba, al cruzar las piernas, al subir al coche, etc., igualmente una visión muy interesante, pero nada fuera de lo común.

Mas de una vez se quedo dormida sentada en la sala viendo la tele con las piernas arriba de un pequeño taburete que teníamos o del mismo sillón y eso hacia que por los movimientos naturales del sueño se le subiera la falda hasta los muslos dejando ver sus piernas coronadas por las nalgas y cubierta por sus calzones, de por sí ella siempre a sido muy inquieta cuando duerme, además que tiene un excelente dormir, nada la despierta y al darme cuenta de ello, como buen hermano traía una manta y la tapaba, incontables veces hice lo mismo.

La primera vez que me di cuenta realmente de sus cambios y que me empecé a interesar en ellos fue un fin de semana que llegue de la calle, había salido con una amiga al cine y lo que pensaba que iba a ser una tarde de agasajo, resulto ser todo lo contrario, un par de besitos una que otra manoseada y ya.

Desilusionado por no haber conseguido nada mas, regrese a casa temprano decidido a satisfacer mi calentura con alguna revista, al llegar pensé que no me iba a encontrar a nadie ya que mis padres estaban trabajando como siempre y mi hermana saldría con unas amigas, cual fue mi sorpresa el encontrar a mi hermana recostada en la sala viendo una película, era un poco tarde y se me hizo extraño que siguiera en casa.

Me acerque a preguntarle, cuando me di cuenta que efectivamente estaba cambiada y lista para salir pero dormida, estuve a punto de despertarla cuando me llamo la atención nuevamente que su vestido, uno que yo no conocía, lo tenia levantado hasta la cintura. Estaba acostada de lado izquierdo con su pierna izquierda doblada muy cerca del estomago y la derecha estirada atrás de la otra, dejando ver completamente desnudas sus piernas y su nalga derecha, inmediatamente me llamo la atención el centro de sus muslos y vi el triangulo de su panocha presa por una tanga diminuta color carne, de una tela casi transparente completamente ceñida a su cuerpo, que parecía que no traía nada.

En ese momento y por primera vez en mi vida, me entro la curiosidad de detenerme a verla, una cosa era hacerlo como accidente sin ninguna malicia y otra la curiosidad que sentía en ese momento, como estaba tras ella, camine unos pasos para quedar al frente y me quede mirándola una eternidad.

Vi que mi hermana, con la que había crecido toda mi vida, se había convertido en una gran mujer, empecé a recorrer todo su cuerpo, desde sus pies que siempre me habían encantado y que por sentirse cómoda había dejado desnudos de sus zapatos, sus piernas blancas, largas y hermosas, sus muslos gruesos y firmes, el cachete de su nalga libre por la pequeña tanga… y al centro de ella, ese triangulo vendito, que nunca me había llamado la atención como en esos momentos y que hoy por alguna razón lo veía mas abultado, mas hinchado, más gordo que nunca, delicioso… hasta pensé que probablemente estaría reglando y lo que le hacia ver así era la toalla intima, tan así era esa grandiosidad que armado de valor me acerque un poco para confirmarlo y notar con gran sorpresa que no era eso, que era su propia carne la que daba esa impresión, de pliegues perfectos y que además con absoluto asombro ver que estaba completamente rasurada, limpia, sin ningún pelo!!

No lo podía creer, sentí un agujero en él estomago con una mezcla de sorpresa y excitación a partes iguales, mi verga ya de por sí caliente por el agasajo fallido de hacia unos momentos se me quería salir del pantalón, tanto era mi impresión de lo que estaba viendo que sin darme cuenta ya tenia agarrada mi verga sobre la ropa, yo continuaba parado frente a ella, impresionado…

Tratando de no hacer ningún ruido y con el corazón que se me quería salir, me hinque a su lado y acercándome aun mas para ver mejor y no perder ningún detalle vi con mas asombro que se le notaba la raja de su gorda panocha transparentada por el calzón y que de ella le salían sus labios vaginales, igual de carnosos y grandes, realmente una visión sublime, un manjar realmente exquisito, yo no se que habría pasado sin en esos momentos ella hubiera abierto los ojos y me veía con la cara casi metida en su chocho, me separe un poco y vi que aun continuaba completamente dormida, trate de levantarme pero mi instinto no me dejo, me acerque nuevamente aun mas y sin pensar en las consecuencias trate de oler su aroma, me daban ganas de darle un lengüetazo, de darle una mordida, pero me contuve, aspire su olor, ese maravilloso perfume que solo puede dar esa parte del cuerpo, un olor agridulce, penetrante, al marisco mas fino que existe, mezclado con jabón de baño… delicioso!!… me retire y seguí disfrutando del panorama.

Había estado con algunas mujeres y todas tenían una panocha normal, lisa, lo que les abultaba era la mata de pelos, pero alguna vez tuve una novia que tenia la panocha más espectacular que había visto hasta ese entonces, que nunca me pude comer pero que se la vi, me sorprendió y dije… tengo que encontrarme algún dia con otra así…

¡Y para mi sorpresa, la tenia en mi propia casa!… al alcance de mis manos, y realmente no tenia comparación, la de mi hermana superaba con creces cualquiera otra que me hubiera tan siquiera imaginado, como era posible que no me hubiera dado cuenta antes.

Mi verga ya completamente hinchada quería reventar, seguí disfrutando del panorama y vi que los botones de la parte de arriba del vestido se habían abierto y dejaba ver parte de su pecho izquierdo asomándose una parte de su aureola rosita, solo liberada un poco por el brasier que se resistía a dejarlo solo, libre… vi su cara, un ángel, solo un ángel podría estar como ella hermosa.

En esos momentos recapacite y me di cuenta de lo que estaba haciendo, me sentí mal, me sentí sucio, como era posible que estuviera mirando así a mi hermana, a mi propia hermana.

Con un gran suspiro de resignación, me levante y trate de quitarme esa idea incestuosa de la cabeza, fui por un cobertor y la cubrí.

Trate de despertarla, preguntarle si estaba bien, porque ya era tarde y como sabia que saldría con sus amigas la había visto dormida y me había intrigado…

Adriana, Adriana… despierta… se movió como acomodándose…

¡Adriana!… – le dije un poco mas fuerte – ¿Te sientes bien?

Si… que pasa… – me contesto todavía dormida –

Ya es tarde… ¿qué no vas a salir? – pregunte –

Ahh… salir… adonde? – me dijo –

Si… ya es tarde, ¿qué no vas a salir con tus amigas? –repetí-

¿Qué hora es?…

Son las 7:30 de la noche – respondí –

Que rápido se me paso el tiempo, ¿nadie me ha hablado por teléfono? – me pregunto

No sé, voy llegando, y me di cuenta que estabas dormida, te arrope y me acorde que ibas a salir, por eso te desperté…

Ella volteo y verifico que efectivamente la había arropado, en ese momento yo seguía nervioso por lo que había sucedido y al estar parado junto a ella, no me di cuenta que mi verga estaba todavía hinchada y de lado en el pantalón, notándoseme un gran bulto en mi entrepierna, lo sentí y al voltear la vista hacia mi aparato, note que ella siguió mi mirada y se dio cuenta de lo mismo, la miro y sus ojos se abrieron como platos, en ese instante nuestras miradas se cruzaron y yo me di vuelta inmediatamente caminando hacia el otro lado.

¿Sabes que? – me dijo – Sentí que la tierra me iba a tragar porque pensé que me recriminaría por lo sucedido.

Lo que pasa es que me sentí un poco mal, y me recosté para ver si se me quitaba -continuo-.

Yo todo nervioso respire un poco más tranquilo, al parecer no quiso hacer ningún comentario…

Es mas – me dijo- hasta puse una película para que no me ganara el sueño y por lo visto no sirvió, además, quedaron de hablarme a las 7:30 sí sé hacia o no…

Si sé hacia o no que… – le pregunte – ya de frente a ella y con el aparato acomodado y ya flácido por el susto.

Pues si… lo de salir con mis amigas…

¡Bueno que té pasa… pareces que estas ido, que no me estas poniendo atención! – me reclamo –

Siii, -le conteste todo nervioso- lo que pasa es que no te entendí – fue el pretexto más tonto que pude haber dicho –

Me iba a reclamar algo cuando tocaron a la puerta…

Hijole!!! – dijo – quedaron de hablar, no de venir…

En ese momento al pararse, se quita el cobertor que la cubría y le veo nuevamente las piernas desnudas… como en cámara lenta las abre totalmente – sin importarle que estuviera frente a ella – y me muestra claramente y sin temor su transparente tanga, su gorda panocha, entreabierta por sus grandiosos labios vaginales.

Ya de pie, en una visión completamente erótica, con el vestido a media cadera, con toda calma y mirándose ella misma, con sus manos se empieza a acomodar su transparente tanga a su cintura, abriendo un poco las piernas y sacándosela de entre su panocha y nalgas, después el vestido desde la cintura hasta la mitad de sus piernas, sin importarle nada y completamente desinhibida.

Me quede frio, me mostró todo, tenia mucho tiempo que ella no reaccionaba así conmigo de frente y tan obvia, como si yo no estuviera, como si se encontrara ella sola, todavía descalza camina hacia sus zapatos, se vuelve a sentar con las piernas abiertas, agachándose para abrocharse cada uno de sus zapatos y metiendo los brazos a cada lado de sus piernas, me muestra todo nuevamente, sus tetas y al fondo de sus piernas los calzones, no sabia que hacer viendo todo eso, me tomo por sorpresa y en vez de retirarme me quede paralizado.

De repente levanta la cabeza y me dice:

¿Qué no piensas abrir la puerta?, o te piensas quedar ahí toda la vida.

Con toda la pena del mundo y todo nervioso por lo que acababa de pasar, me di vuelta y camine hacia la puerta.

La abrí y era una de sus tantas amigas, la hice pasar y las dos se fueron a la recamara de mis padres.

Inmediatamente salí disparado a mí recamara y quitándome la ropa me acosté y me hice una puñeta como nunca jamás me la había hecho, tratando de recordar paso a paso lo que acababa de vivir y pensando en él porque de la reacción de mi hermana.

Pensé que probablemente al estar parado frente a ella y al verme mi verga marcada por el pantalón, quiso enseñarme que ella también tenia lo suyo, o que realmente no se dio cuenta que estaba frente a ella, que se yo, puras conjeturas.

Después de tanto meditarlo, llegue a la conclusión que había sido solo una casualidad, algo completamente normal, natural, al fin y al cabo somos hermanos, pensé yo, que pudo haber pensado ella, lo mismo, supuse. Estaba tan metido en mis pensamientos, cuando oigo que suben las escaleras y tocan a mi puerta, era mi hermana que me decía que ahorita regresaba y que si le podía prestar mi coche, yo desnudo, solamente alcance un short me lo puse y le dije que pasara.

Ella abre la puerta y únicamente mete su brazo con la palma de la mano hacia arriba, se me hizo extraño, después de todo lo que había pasado, me acerque y le di las llaves, ni se despide y baja corriendo nuevamente las escaleras. Trato de verla, pero únicamente veo su espalda bajando las escaleras y logro notar que no lleva el vestido con el que la vi durmiendo, sin pensarlo voy a su recamara y me encuentro que está sobre su cama, extendido, lo levanto para sentirlo y recordar nuevamente sus formas cuando siento que algo cae sobre mis pies.

Me agacho y veo que es la tanga color carne que hace unos momentos traía puesta, el porque se las quito, nunca lo entendí, ni tampoco busque una explicación, arrojo el vestido y la levanto, mi verga nuevamente se pone tiesa y corro con el tesoro nuevamente a mí recamara.

Ahí con toda calma empiezo a verla y desenrollarla de la característica forma que adquiere la ropa interior femenina cuando la dueña se las quita, fui desenrollándola completamente hasta que tomo su forma original, me la quedo mirando y recordando que hace algunos instantes estaba en contacto con el cuerpo y sexo de mi hermana, algo completamente morboso, al contrario de todo lo pensado y dejándome llevar, siento una gran excitación, la sigo tocando y la siento todavía húmeda, con las manos temblorosas y ya fuera de mi, busco el origen de la humedad, instintivamente al encontrarla me la acerco a la nariz y aspiro el olor a hembra de mi hermana, era el mismo olor de hace unos momentos pero más penetrante, más intenso, más sabroso, completamente excitante… no pude evitarlo, me saque la verga y ahí mismo nuevamente desahogue toda mi calentura, ya tranquilo y todo satisfecho por la gran venida, regreso a la recamara, acomodo el desorden y coloco nuevamente todo en su lugar.

En otra ocasión un día en que llegamos a la casa después de una reunión familiar, ya había anochecido, mis padres y mi hermana se quedaron en la cocina charlando sobre como habían visto a tal o cual persona, los clásicos comentarios que hacen todas las familias después de haber estado en ese tipo de reuniones. Mientras tanto me fui a mi habitación a ponerme ropa algo mas cómoda para andar por la casa, de regreso a la cocina mi madre me recuerda que si había bajado algunas bolsas que traíamos en el coche, con algunos comestibles que habían sobrado de dicha reunión.

Al salir por ellos me llama la atención que se apaga la luz del baño de mis padres dejando oscuro el pasillo que me lleva directamente a la cochera, iluminándose casi al mismo tiempo el final del pasillo, señal inequívoca de que prendieron la luz de la recamara de mis padres, ya que una de las ventanas de dicha recamara da por completo a la cochera.

Llego al coche, abro la cajuela, saco el encargo de mi madre y al cerrarla dirijo la vista hacia la ventana y me pasa una idea descabellada por la cabeza.

Se me hace un nudo en la garganta y un hoyo en el estomago de la emoción.

Se me ocurre que la que esta dentro de la recamara es mi hermana. Sin pensarlo dos veces, dejo las cosas a la entrada del pasillo que me lleva nuevamente a la cocina y con sigilo corro velozmente y me asomo a ella, viendo que mis padres están platicando tranquilamente solos, mi padre con una tasa de café y una revista y mi madre lavando los platos.

Regreso apresuradamente a la cochera y con el mismo sigilo de hace unos momentos me acerco a la ventana de la recamara de mis padres, me desilusiona ver que están cerradas las cortinas. Reviso y por suerte veo que los cristales están abiertos. Los ventanales de las recamaras son amplios, este en particular, es el mas grande de todos, anteriormente era de tipo cancel.

Despacio y con la mano toda temblorosa, trato de abrir las cortinas al centro de ellas. ¡Bingo!. Veo a mi hermana frente a mi sentada al borde de la cama, sentada hacia la derecha, viendo la televisión, así que es improbable que me vea, a menos que voltee directamente a la ventana, la parte de afuera es oscura, así que menos puede llamar la atención.

Tiene cruzada la pierna derecha sobre la izquierda, encima de su rodilla, se le ve perfectamente su muslo completamente desnudo con los brazos estirados y firmes tras su espalda, recargada en ellos. Me hubiera gustado estar frente al televisor para poder verla en esa posición.

Me las arreglo para quedar casi en cuclillas con las rodillas pegadas completamente a un murito bajo la ventana, tengo una visión un poco limitada, pero centrada al cuarto. Han pasado varios minutos y ella no da señales de levantarse. La dejo por unos momentos y regreso apresuradamente a la cocina a dejar las cosas que en un principio me hicieron salir a la cochera.

Mis padres siguen hablando animosamente, dejo las cosas en la mesa y les digo que me voy a mi cuarto, ni me pelan.

Salgo nuevamente al patio y tomo la misma posición frente a la ventana, abro nuevamente la cortina y veo que sigue pegada a la televisión. Espero unos momentos, me empiezo a aburrir y antes de abortar todo el asunto, veo que se levanta, mi sangre empieza a hervir de la emoción, al levantarse su falda se le queda pegada a sus nalgas y casi se leas veo completas, se encamina a la puerta que queda del lado contrario a la televisión y pensé que se iba a salir, por momentos se me perdió del ángulo de visión, ya que no podía abrir mas la cortina si no si se daría cuenta de mi presencia.

Regresa nuevamente y se empieza a quitar frente al televisor toda la ropa. Se quitó primero la blusa y luego la falda. Sorprendente. Se quedo parada frente al televisor únicamente con el brasier y los calzones puestos.

Que imagen tan maravillosa. Ver el cuerpo semidesnudo de mi propia hermana era fantástico.

Yo la seguía viendo de lado, sus nalgas que se querían salir de sus pantaletas completamente ajustadas a su piel y sus tetas casi al borde de derramarse, un conjunto rosa clarito, liso, trataba de vislumbrar su panocha, pero me era imposible, nada mas se le veía sobresaliéndosele como una montaña al frente, impresionante, se sentó nuevamente frente al televisor y volvió a cruzar sus impresionantes piernas, ya descalza.

Tomo la misma posición que hace unos momentos. Lleno de lujuria me saque la verga del short y con toda calma me la empecé a jalar con esa panorámica, clavando mi vista en cada parte de su cuerpo.

Pensé que se iba a seguir desnudando, pero no fue así. Sin saber ella que era el centro de mi vista y mis pensamientos mas morbosos y lujuriosos.

Empieza a mover su pie desnudo en forma rítmica y en ese momento no aguante mas y me vine, derrame toda mi leche en mis piernas, pared y mano, con eso me bastó. Con toda calma me fui a mi habitación, para ahí, hacerme una puñeta mas a su favor.

Sea lo que haya sido, quede impregnado de ella, se había convertido en la mujer perfecta para mí, sus pies, su piel, su cara, su cuerpo, su fascinante panocha, su olor… en fin, no me importo que fuera mi hermana, me empecé a fijar mas en todo lo que hacia, en como se vestía, en como se movía, en como se dirigía hacia mi, pero no volví a notar nada extraño en su comportamiento.

Paso el tiempo y mis padres empezaron con la construcción de las nuevas habitaciones, toda la casa era un muladar, gente entrando y saliendo, máquinas trabajando, polvo por todos lados, lo que pareció ser una pequeña remodelación resulto ser algo mas complicado.

Mis padres y nosotros ya artos de tanta molestia, decidimos recurrir con una tía que vivía muy cerca de nuestra casa, hicimos una reunión familiar y llegamos a un acuerdo, mi tía nos prestaría su casa mientras la nuestra terminaba su remodelación.

La casa de ella es muy grande, era donde vivían mis abuelos, y al faltar ellos mi tía la heredo, ya que mi padre se había quedado con la nuestra.

Mi tía siendo soltera, casi no la ocupaba, ya que trabajaba a unas horas de nuestra ciudad y se quedaba la mayor parte del tiempo en su lugar de residencia.

Nos mudamos todos ese mismo fin de semana, pero a la semana de estar en la casa, mis padres decidieron regresar a la nuestra para seguir mas de cerca la obra, ya que era muy complicado estar al tanto del negocio, la construcción y de sus hijos; nos lo propusieron y mi hermana y yo decidimos apoyarlos, nosotros nos quedaríamos en la casa de la tía, mientras ellos se hacían cargo de lo demás.

Mi hermana no acostumbrada a dormir sola y al no estar mis padres en casa , no quiso quedarse sola en una habitación, así que me propuso si podría dormir en la mía o me pasara yo a la suya, jugamos un volado y ella gano, así que sé decidió que yo me fuera a la suya, lógicamente eso nunca lo deberían de saber nuestros padres, ya que el acuerdo para podernos quedar solos en casa, era que cada cual tuviera su propia habitación.

Yo feliz, sin querer y sin tener un plan todavía, empezaba a acercarme a mi destino.

En las mañanas cada quien hacia lo suyo, nos íbamos al colegio, regresábamos a nuestra casa, comíamos, cumplíamos con las tareas del hogar y de nuestra escuela y ya de noche nos pasábamos a dormir a la otra casa. Los primeros días nuestros padres nos visitaban muy seguido, al poco tiempo, únicamente nos hablaban por teléfono, por si necesitábamos algo o para ver como estábamos.

En las noches, mientras cenábamos y comentábamos trivialidades, sin que ella se diera cuenta, mis ojos no se apartaban de su cuerpo, de todos sus movimientos, cuando cocinaba, limpiando la casa, en todo momento no perdía ninguna oportunidad, la miraba de forma distinta, tratando de adivinar sus formas a través de sus ropas , tratando de recordar cada parte de su cuerpo… pero la moralidad me interrumpía… como era posible lo que estaba sintiendo, era mi hermana… como podía estar pensando en eso, pero volvía a verla y un escalofrío recorría todo mi cuerpo y se me olvidaban todas las costumbres y moralidades existentes y pensaba… cuanto daría cualquiera por estar en mi lugar… y es cuando empecé a maquilar algo para poder acercarme a ella, cualquier cosa, estaba dispuesto a todo, tenia que trazar un plan, pensé y medite las formas en las que podía actuar y decidí que lo mejor seria ser directo, pero… cómo, ¿realmente me animaría?

Esos días que empecé a dormir en su recamara, ella lo hacia en la única cama disponible y yo en una pequeña colchoneta a los pies de esta, todos los días ella levantaba mi seudo cama y doblaba sabanas y colchas por si nuestros padres llegaban no se dieran cuenta de nuestro acuerdo.

En las noches cuando ya nos íbamos a acostar, mientras yo veía la tele, ella entraba al baño y salía ya con la pijama puesta, usaba un tipo de bata larga que va desde el cuello hasta los pies y de manga corta, de una tela que no dejaba ver absolutamente nada y para mi tormento, siempre descalza.

Por mi lado al salir ella del baño, entraba yo y hacia lo mismo, un short una camiseta delgada de algodón y ya, toda nuestra vida corría normal y ya no había vuelto a tener ningún contacto anormal con ella ni tampoco había tenido la oportunidad de volverla a espiar; y todavía no me decidía como hacerle para acercarme, realmente no me animaba, no sabia si seguir adelante u olvidarme completamente del asunto.

Era muy arriesgado y loco tratar de convencer a mi hermana de mis intenciones… realmente eso es lo mas difícil para un hermano al tratar de conseguir una relación así, para convencer la hermana al hermano o cualquiera que sea el caso, la mujer lleva el gane, la seducción de una mujer la puede hacer de mil maneras, con su cuerpo es una de ellas y diría yo, la mas importante, en cambio para el hombre se complica un poco, no es porque no llame la atención su cuerpo ni mucho menos, sino que es mas común ver a tu hermano en short sin camiseta todo el tiempo, que a tu hermana en short sin camiseta, todo el tiempo, verdad?

Mientras tanto seguía sin perder de vista todo lo que ella hacia, y trataba de vislumbrar a través de sus ropas cualquier cosa, por mas mínima que fuera, cualquier indicio que me mostrara la majestuosidad de su cuerpo, dándome cuenta que ella nunca usaba cosas ajustadas, a pesar de tener un excelente cuerpo todo lo usaba holgado, nada ceñido.

Empecé a acercarme mas, a tratar de ayudarla en casi todo, al hacer ella la cena, yo lavaba los platos, le tendía su cama, levantaba la mía, le preguntaba si tenia dudas en la escuela, íbamos al cine, de compras, en fin, todo lo que me acercara mas… lógicamente ella se dio cuenta, pero por alguna razón no me decía nada.

El día de mi suerte y de gran casualidad comenzó una noche en que en vez de que ella entrara al baño primero, lo hice yo, me cambie rápido porque quería ver una serie de televisión y al salir me doy cuenta que ella también decidió hacerlo al mismo tiempo.

Pensó que me tardaría mas, y al abrir la puerta, frente a mi, a escaso metro y medio vi que se estaba colocando la bata que siempre utilizaba para dormir, por la parte de arriba y tratando de meter los brazos a las mangas, con la cara tapada por la misma bata.

Nuevamente me quede impresionado, por mas de un instante, vi su cuerpo desnudo frente a mi, su par de voluptuosos senos, su ombligo, su cintura y su gorda panocha completamente rasurada, claramente note que la raja se le perdía entre sus piernas y que se le salían grandiosos, como pétalos de rosa, sus labios vaginales, era la primera vez que veía a mi hermana ya de esta edad completamente desnuda, nunca me hubiera imaginado esos magníficos detalles, si que era impresionante el cuerpo desnudo de mi hermana, su panocha me impresionaba cada vez mas, además que dormía…¡sin ropa interior!, me quede paralizado, no sabia si meterme de nuevo al baño o cerrar los ojos.

¡Hee!… perdón… – es lo único que acate a decir – tratándose de bajar la bata rápidamente y dándose la vuelta, me da la espalda y la veo por la parte de atrás, nuevamente su cintura, su gran cadera, sus nalgas y sus piernas bien torneadas, al mismo tiempo que me decía…

¡Porque no me avisas que vas a salir, idiota!

Porque no me avisas tu que te vas a cambiar… – le dije –

Siempre té tardas mucho en el baño, yo que iba a saber…

Si, – le dije – y tu siempre te cambias en el baño…

Mi mente estaba tratando de asimilar lo que había visto, en ese momento decidí tranquilizarme y no cometer ninguna tontería, tenia que aprovechar esa situación… mi verga a cien, se me quería salir nuevamente de mi short…

Esta bien, -le dije – perdóname, no lo hice a propósito… además – continué – no tienes porque enojarte, soy tu hermano y no tiene nada de malo que te vea así…

¿Que no tiene nada de malo? – me reclamo – como sabes, como yo no te vi a ti… – me contesto –

Nunca me hubiera esperado esa respuesta, no sabia que decirle…

Bueno… bueno… no te pongas así… discúlpame… eso tiene solución – le respondí –

Que solución ni que nada… una cosa es que duermas en mi habitación y otra que no respetes mi intimidad…

¿Que no respete tu intimidad?… que estas loca… ya te dije que lo siento y además… si quieres intimidad, porque no quieres quedarte sola…

Se me quedo viendo, con una mirada amenazadora…

En ese momento me di cuenta de lo que había dicho… lo había dicho sin querer, sin pensarlo, mi única oportunidad para acercarme a ella la acababa de tirar a la basura, tratando de arreglarlo le dije…

Esta bien… esta bien.. ya te dije que me disculparas, prometo no volverlo a hacer, además soy tu hermano, ya te dije que no deberías apenarte de nada conmigo…

Como no… – me dijo – pero no dejas de ser hombre y me da pena…

Pero, ¿pena? ¿porque? – le pregunte –

Claro… porque vas a pensar que no tengo vergüenza – me aclaro –

¡No!… – le dije – vergüenza es que robes y te descubran…

Ya no sabia que decirle, para cambiarle el tema y olvidara lo de dejarla sola en su habitación…

Además – continué – no es porque yo te lo diga, pero eres muy bonita y tienes un excelente cuerpo…

Por fin me había animado a dar el primer paso, no sabia como reaccionaria… ya estábamos platicando como siempre, al parecer había logrado desviar la platica a mi conveniencia…

Excelente, ja..ja..ja.. crees que tengo excelente cuerpo – me replico – como se ve que eres mi hermano.

Claro – le dije – porque dices eso…

Porque no es cierto… no tengo bonito cuerpo… estoy muy caderona, casi gorda que no te das cuenta…

Y colocándose las manos en la cintura y mirando hacia atrás y hacia abajo se da media vuelta enseñándome su impresionante cadera, que según ella, estaba muy gorda… me muestra su par de nalgas únicamente tapadas por su bata de dormir, ciñéndosele la bata al cuerpo y notándose la raja de sus nalgas presa por la ropa…

Yo al acordarme que no traía ropa interior, mi verga, estaba mas que a tono, mas dura… tuve que sentarme para poder disimular mi gran erección…

Por fin y sin querer, había metido a mi hermana donde yo quería, al parecer su cuerpo no le gustaba mucho y yo podría sacarle provecho a eso…

Te das cuenta – me dijo – mira nada mas esto… no puedo ponerme nada ajustado porque parezco una cabaretera – continuo diciendo –

Bueno – le dije – lo que pasa es que estas muy chica y todavía no le puedes sacar provecho a eso, además conforme te vayas desarrollando vas a seguir bajándolas…

¿Cómo que sacarle provecho? – me interrumpió –

Si mira… a los hombres nos gustan las mujeres con eso que tu dices que esta muy gordo… claro… – le dije – hay de gustos a gustos, pero a la mayoría nos encantan, nos llama mucho la atención… y tu podrías disimularlo porque también tienes piernas largas y muslos… – hice un silencio, colocando mis manos como haciendo un circulo con ellas – pues… muy bonitos, muy torneados… y si utilizaras faldas un poco mas cortas y medio ceñidas podrías lucir tus piernas junto con tus caderas y se te vería muy bien…

Pero… –me pregunto – no crees que me vería muy mal, así como que muy corriente, muy vulgar?.

Pues… no creo… – le dije – si algún día quieres probar y mostrármelo yo podría ayudarte… tendría que verlo… pero no lo creo – lance el anzuelo para ver que pescaba –

De veras hermanito, harías eso por mí… tu punto de vista como hombre me interesa y mas como mi hermano, no me puedes mentir, espérame tantito – me dijo – ahorita regreso, me gustaría que me lo dijeras ya, ¿tienes tiempo? – me pregunto –

Yo con la emoción por dentro, pero tratando de disimularla, como dudando y para que no notara mi sobrado interés le dije…

Bueno… lo que pasa es que quiero ver un programa en la TV pero… – me interrumpió-

Si gustas puedes verlo, mientras encuentro lo que quiero – me dijo- nada mas quiero que me des tu opinión…

En ese momento salió disparada hacia el closet y empezó a revolotear todo lo que encontraba, encontró varias cosas y se metió corriendo al baño…

No sabia que hacer, estaba completamente intranquilo, emocionado, me acosté en su cama, me levante, camine, no sabia como ponerme para tratar de disimular mi excitación, mi hermana me daría un desfile de modas, ese era mi día de suerte, no lo podía creer…

Ya voy a salir – grito del baño – pero prométeme que no te vas a reír, ¿sale?

Claro que no, tonta…

Salió del baño con una falda que le llegaba un poco mas arriba de las rodillas, de color negro y ajustada de las piernas y cadera, descalza… ¡uffh! me la comí con los ojos… tomándose con una mano la bata de dormir y con la otra acicalándose la falda contra sus nalgas, el contraste de su piel, junto con el color de la falda era increíble…

Como se me ve – pregunto –

A ver… date la vuelta – le dije-

Se dio una vuelta completa y me deleite al verla… se veía buenísima… tenia que seguir adelante, esa era mi oportunidad…

Pero… no puedo distinguirte bien – le dije – la bata que traes, es muy voluminosa y no puedo apreciarte si la tienes que estar agarrando encima de la falda, ¿no puedes ponerte otra cosa arriba?

Mmmm… como que será bueno… – se pregunto –

En ese momento se me ocurrió quitarme la camiseta que yo traía puesta y le dije… tómala…

Me quede únicamente con mi short y se me quedo viendo a mi pecho desnudo…

Al aventársela, la tomo, la vio y me vio nuevamente… lo pensó un instante, levanto los hombros en señal de resignación y se metió al baño… no tardo ni diez segundos y ya estaba fuera nuevamente… mi camiseta era de una tela delgada, sus grandes tetas se le marcaron inmediatamente, salió colocándose un brazo al frente de sus pechos, como tratando de que no se le notase nada.

A ver – le dije – ahora si, date otra vuelta… Se la dio… tenia que hacer que se quitara el brazo de sus tetas… muy bien… – le volví a decir – ya vez… se te ve muy bien… ven acércate al espejo y mírate tu misma… que tal…

El espejo abarcaba una puerta completa del closet y nos podíamos ver claramente los dos parados de pies a cabeza…

Pues no sé… siento que me queda muy ajustada… – me dijo – a ver… vamos a jugar con la altura, lo que pasa es que no estas acostumbrada… – le dije – trata de subírtela un poco mas… me hinqué a su lado y tratando de hacerle un dobles a su falda, sin querer, roce sus piernas con los nudillos de mis manos, estaba todo tembloroso, ella me veía desde arriba haciendo la maniobra y al no quedar como ella quería, bajo su brazo para levantarse la falda ella misma y al hacerlo se quedaron sus pechos completamente libres, era el momento que había estado esperando, se veían traslucidos únicamente por la tela de mi camiseta… glorioso, se le notaba claramente todo… sus pezones rodeados por sus grandes aureolas.

La veo a través del espejo y noto que ella misma se ve sus pechos y de reojo me ve a mí… yo disimulando verle la altura de la falda hago como si nada, como si no me hubiera fijado… a ver ahora – le dije – como te la vez…

Pues fíjate que no me gusta… – me comento – me voy poner otra cosa… entró rápidamente al baño y pensé que eso había sido todo, pensé que se había dado cuenta de mis miradas y de su forma de vestir y creí que ya no iba a salir, ya que se había tardado mucho… de repente salió con otra falda negra pero mucho más corta e igual de ajustada que la anterior … ¡¡y con mi misma camiseta!!, por lo visto ya no le había interesado taparse nada, salió directamente a verse al espejo…

Cómo se me ve esta… mucho mejor ¿verdad?…

Me quede completamente mudo, me impresiono de sobremanera la naturalidad de mi hermana, tener a esa mujer en la habitación solamente para mi, casi desnuda y como si nada estuviera pasando… increíble… – le dije – yo la vi y la vi, ya no disimule nada, el verle sus pies, sus piernas, sus muslos, su cadera, sus nalgas y sus pechos… su cara angelical con su cabellera despeinada, viéndose al espejo como si estuviera ella sola, como si realmente estuviera modelando, posando de diferentes formas se veía magníficamente atractiva, no me cabía en la cabeza que la naturaleza fuera tan prodigiosa y la tuviera al alcance de mis manos…tanta fue mi insistencia y mi asombro, que al darse cuenta de ello se coloco nuevamente su brazo en sus pechos para tapárselos…

Ehiii, – me dijo- disimula tantito, que me vas a tragar con los ojos…

Sabes que – le dije -, lo que pasa es que no se porque dices que estas gorda… si realmente te vez muy, pero muy bien…

Volvió a verse en el espejo y bajo nuevamente sus brazos acicalándose la falda a los lados…

De veras hermanito – me pregunto – ¿crees que mi mama y mi papa me dejen usar este tipo de ropa?…

Pues realmente no lo se – le dije – así exactamente no creo, lo que pasa es que te vez muy bien… mmmm… – me quede pensando – mmmuy buena, sinceramente hermanita, así como estas ahorita te vez realmente excitante…

Si – me dijo – ya me di cuenta…

Ya vez… por fin te diste cuenta – le dije -…

Si… – continuo – ya me di cuenta, porque tú te diste cuenta…

En ese momento desvía su mirada a mi entrepierna y me muestra con sus ojos mi aparato completamente hinchado dentro de mi short, por estar tan concentrado mirándola, no me había dado cuenta que tenia la verga a todo su esplendor, como carpa de circo, en ese momento volteo a verla y veo una pequeña sonrisa y una mirada de complicidad en sus ojos…

Todo apenado, baje mi vista al suelo y le pedí que me disculpara…

No te preocupes –me dijo- ya estamos parejos… ¿parejos?… – le pregunte –

Si… hace unos momentos tu me viste desnuda o que… ¿ya no te acuerdas? – me contesto.

Eso no es estar parejo – le reclame – claro que si – me volvió a responder –

No, no es cierto… yo te vi desnuda… pero… tu me estas viendo de otra forma… no se vale…

¿De otra forma?… –me pregunto-

Si… –le dije- tu me estas viendo excitado…

Arriesgue todo por completo… se quedo callada mirándome de frente, pensé que en ese momento me daría una cachetada o me mandaría directito a volar, camino unos pasos mirándose su cuerpo, se paro nuevamente frente al espejo y mirándome a través de el, vio nuevamente mi aparato todavía hinchado y me contesto algo que yo nunca hubiera esperado…

¿Y que crees, que yo soy de palo?

Sentí que todo me daba vueltas, estuve a punto de desmayarme de la impresión, nos quedamos viendo a los ojos largo tiempo, siendo testigo mudo únicamente el espejo, callados… sin hacer ningún movimiento… esperando la reacción uno del otro…

Rompiendo el hielo y armándome de valor, le dije… ¿te puedo proponer algo?…

Mmmm… depende… – me contesto –

Se volteo y quedamos uno frente al otro y separados por un par de metros… me quede serio un momento, ella me veía… empecé a recorrer nuevamente todo su cuerpo desde sus pies, sus piernas y me detuve un momento en sus preciosas tetas, note que sus pezones estaban mas paraditos que nunca y se notaba claramente su excitación…

Siempre nos hemos llevado muy bien… – le dije – hemos crecido juntos y siempre nos hemos tenido toda la confianza del mundo… y eso es lo que siento en estos momentos, confianza… espero que lo que te voy a decir no me lo tomes a mal pero el estar viéndote así, me a motivado a hacerlo… lo que no quiero es que te enojes conmigo, únicamente te estoy diciendo lo que siento… espero me sepas comprender… estaba todo nervioso, ya estaba diciendo puras burradas cuando me interrumpe.

¡¡¿Qué quieres?!!… – me dijo –

El corazón se me quería salir, me le quede viendo a los ojos y le solté de lleno mi primera propuesta, si me la aceptaba, lo demás seria más fácil…

¿Podría… verte desnuda?…

Se me quedo viendo un instante, empezó a caminar moviendo la cabeza de un lado a otro, llego a su cama y se sentó… yo no sabia que hacer… pensé que iba a ser más fácil, quería regresar el tiempo y haber podido arrepentirme… de repente empezó a hablar…

Mira Israel… yo no sé que te ha motivado a pedirme algo así, – su voz sonaba tranquila – lo que paso hace unos momentos fue un accidente, tu saliste de repente del baño y me viste desnuda, ¿porque lo quieres hacer de nuevo?, además… yo igual que tu me siento con toda la confianza del mundo cuando estoy contigo… pero por dios Israel… ¡soy tu hermana!… – levanto mas su voz – se supone que debe de haber cualquier tipo de confianza… ¡pero esa!, ¡que estas loco o que, sabes lo que me estas pidiendo!…

No espera… – la interrumpí – lo que pasa es desde hace un tiempo te la quiero decir y hoy que te veo así, ¿ pues? … – ahora ella me interrumpió de nuevo –

¿Desde hace tiempo que me la quieres decir?,¿ y hoy que me vez así?… ¡Haber no te entiendo!… me dices que ahorita y ahora me sales con que desde hace tiempo… ¡pues que te pasa… ! – su voz ya sonaba muy enojada – además eso de verme así…¿qué no se supone que nos tenemos confianza?.

¡Si!… pero tu me dijiste que no eras de palo… y me la viste parada y vi tu mirada – le reclame – y aquella tarde en la que llego tu amiga tu te paraste y te vi todo sin que me dijeras nada…

Pues por eso idiota… – me volvió a interrumpir – ¡qué no se supone que nos tenemos confianza!!!…

Yo ya estaba todo apenado y arrepentidísimo de haber hablado… esta bien Adriana, esta bien… – le dije – ya no te enojes… lo único que quería es que me dieras un pequeño gusto… y me sentí con la confianza de pedírtelo… pero si no quieres, esta bien… perdóname por mi atrevimiento, espero que esta tontería no afecte nuestra relación y que quede nadamas entre nosotros…

Ella seguía sentada en la cama, pensativa, mirándome muy seria… podría decir enojada. Pasaron unos segundos que para mi me parecieron horas… se levanto, camino un poco y me dijo ya mas calmada… Esta bien… no te preocupes… pero… tuviste mucho valor para proponérmelo, realmente nunca lo hubiera esperado de ti… pero haber, ahora cuéntame tu… ¿porque lo hiciste?…

Y se volvió a sentar nuevamente en la cama… y con una sonrisa picaresca cruzo una de sus piernas dejando ver su gran muslo casi hasta su nalga…

Los ojos casi se me caen al suelo… ya vez – le dije – ya vez como eres… yo no estoy jugando, para mi es algo muy serio ya no te sigas burlando de mí…

No me estoy burlando y para que sepas, para mi también es algo muy serio, solo contéstame… – me dijo –

¿Por qué lo hiciste?

Me quede serio un momento, mientras que la veía tímidamente. Empecé a disfrutar el momento.

Lo que pasa… es que me gusta mucho tu cuerpo… tu color de piel… también sabes que me gustan muchos tus pies y como hombre pues… me llamas mucho la atención… bueno, tu comprenderás, soy humano… y pues… bueno… tu desnudes.

Me quede serio un momento…

Además hay algo que mas que me atrae de ti… me quede serio…

¿Qué?… -me pregunto -…

Me volví a quedar serio otro momento…

Tu sexo.. . -le conteste-…

Que tiene…

Lo tienes rasurado… – volví a contestar –

Por higiene – me dijo -…

Además parece mas grande de lo normal… –le volví a decir-…

Lo es… por eso también me lo rasuro… si no se me ve mas grande… y tu como lo sabes… – me pregunto -…

Lo que pasa es que una ocasión que estabas dormida en la sala me di cuenta… y… tuve tiempo para vértela con calma… se quedo pensando… ¡ahhh ya se cuando!… por eso la tenias parada esa vez, ¿verdad?… – asentí con una sonrisa -…

Y ahorita lo confirmé – le dije -.

En la familia todas las mujeres la tenemos igual… – me dijo – viene de nuestra abuela… mi mama también la tiene… pero yo la tengo más grande… – me recalco –

¿Qué mas?… me pregunto… la veía muy interesada en mis preguntas y respuestas… tus pechos también me encantan… por eso casi te los tragas con los ojos ¿verdad?… – interrumpió – pero si aquí se me ven claramente.

Y en eso se levanta y me los muestra a través de la camiseta… ¿ya vez?… no te dejo

nada a la imaginación.

Pero no es igual le dije… ya no sabia que hacer, mi excitación estaba otra vez al limite… Se me hacía imposible estar hablando así con mi hermana.

Ella se volvió a sentar cruzando nuevamente las piernas me dijo… ¿y tu? …

Yo que… – le pregunte -.

Si yo acepto tu que harás.

Pues no sé… que quieres que haga.

Pues… ¿igual no?…

¿Igual?… ¿Estas segura?…

!! Si ¡¡

¡Sale!… -le conteste –

Entonces toda decidida se paro de la cama y camino unos pasos hacia mí, se detuvo y cruzando sus brazos al frente, como retándome, tomo mi camiseta desde abajo y se la empezó a levantar…

Empecé viéndole el ombligo y poco a poco conforme se la iba subiendo el inicio de sus preciosas tetas…quitándosela por completo y dejándome ver como sus tetas rebotaban por el movimiento.

Libres por fin ya sin ningún aprisionamiento, eran mas grandes y voluptuosas de lo que me las había imaginado, increíble, vi claramente sus pezones sonrosados, erectos y duros como rocas… mas blancas en comparación con el resto de su cuerpo ya que nunca les daba el sol.

Fue una visión sublime, ahí estaba mi hermana, mostrándome sus pechos y quitándose la ropa para mi…se me quedo viendo como me las comía con los ojos…

¿Qué… te gustan?… – me pregunto – y diciendo eso sus manos agarraron sus enormes y firmes tetas y las estrujaron por la base juntándolas con fuerza…

Con la boca abierta de la impresión le conteste que eran más grandes y más bonitas de lo que me las había imaginado…

Con una voz temblorosa me dijo… Te toca… y muy pendiente de lo que estaba por hacer, y sin quitarme la vista de mi bulto, me empecé a bajar el short lentamente y dejándolo caer al piso, se mostró mi verga totalmente tiesa… apuntándole.

La agarre con mi mano derecha y deslice mi piel hacia atrás de manera que su cabeza asomara sin trabas ante la mirada interesada de mi hermana… abrió sus ojos como platos y le brillaron excitadísima.

Nunca había visto una, me dijo con un tono de emoción y algo quebrado…

¿Y que te parece?… le pregunte.

Realmente muy bien… que bonita la tienes, es grande… – recalco con una expresión picara en sus ojos -…

Gracias -le respondí-… tu sigues.

Se me quedo viendo directamente a los ojos y sin prisa comenzó a bajarse la falda con unos movimientos de cadera ayudada por sus manos, creí observarle un leve brillo en su labio superior al mismo tiempo que mordía ligeramente su labio inferior, sus pechos se balanceaban de un lado a otro y sin quitarme la vista de encima la dejo caer a sus pies…

Contemplando el espectáculo mi verga estaba dura como una roca…

¡Estupendo!… – dije – mientras miraba a mi hermana que tenia en su cara dibujada la curiosidad y la excitación a partes iguales…

Estábamos los dos completamente desnudos, uno frente al otro, sin quitarnos las miradas de encima… volví a ver su cuerpo, no podía creerlo, tenia a mi hermana completamente desnuda frente a mi, a mi disposición, nunca me lo hubiera imaginado.

Ya con calma note nuevamente esa panocha que era la culpable de mis más bajos instintos, como sobresalía del centro de sus piernas, su raja maravillosa y la voluptuosidad de sus labios vaginales colgando de ella, largos…

¿Bueno?… y que te parece – me interrumpió de mi embelesada visión -…

Realmente… que buena estas… hermanita – le conteste – me encanta tu sexo, nunca me imagine que lo tuvieras tan bonito, – seguía sin quitarle la vista de su panocha gorda y rasurada – me impresiona, aparte de tus preciosas piernas y tus pies perfectos… tus labios vaginales… – le dije – que largos los tienes y como te cuelgan…

¿Si verdad? – me contesto – yo sabia que algún día impresionarían a alguien, pero nunca me imagine que fueran a mi propio hermano.

Camine hacia ella y rodeándola vi su cintura, sus nalgas adornadas por su espléndida cadera, su espalda, sus hombros apenas cubiertos por su cabellera y nuevamente de frente sus preciosas tetas… quería estirar las manos y tocárselas…

Me toca… – me dijo –

Y quedándome parado, ahora ella fue la que me dio una vuelta completa… y sin esperarlo, sentí una nalgada fuerte…

Heyyy!!!… le conteste… eso duele…

Se me antojo – respondió – tu también estas muy bien hermanito…

La excitación era notoria entre los dos, no sabíamos que más hacer, nos mirábamos los dos con la misma insistencia, con la misma sorpresa, el ambiente estaba rodeado de sexo y se estaba apoderando de nosotros…

Apuntando hacia mi verga pregunto… No te duele tenerla así…

No – le dije – no es dolor… es excitación… y es algo muy confortable…

Desde cuando te rasuras… – le pregunte –

Desde que tenia 15 años, mi madre me incito a hacerlo ya que como sabes y vez… todas tenemos un sexo muy grande y para evitar que se nos note mas, nos lo rasuramos… por eso no me pongo ropa ajustada. En ese momento me paso por la cabeza como se vería mi madre desnuda… además – continuo – es higiénico…

Adriana… – la interrumpí… me quede serio un momento – ¿podría vértela mas de cerca?… – le pedí –

En ese momento note un brillo en sus ojos y una mirada lasciva a todo mi cuerpo y con voz entrecortada me dijo…

Israel… ¿no crees que estamos haciendo mal?… ¿no crees que estamos llegando muy lejos?… tú eres mi hermano y esto no esta nada bien… – entro la moralidad de nuevo –

Una cosa es que nos veamos los dos desnudos… que tampoco esta bien… pero… es mas… ya no se ni porque acepte todo esto, no esta bien… ciento que algo se esta saliendo de lugar… me da miedo… me da mucho miedo, no puedo continuar… estoy sintiendo cosas contigo que no debería de sentir… y verte así… y que me veas así… no Israel no esta bien…

En ese momento salió disparada hacia el baño, cerrando la puerta con rapidez, me quede helado, no supe que decir en ese momento, camine hasta la cama y me senté,

sorprendido, sin saber que hacer.

Me puse a pensar en lo que me había dicho, sus palabras me resonaban en la cabeza, pasaron unos minutos y ninguno de los dos decía nada, la oí llorar dentro del baño, me levante y buscando mi short me lo volví a poner, desilusionado, sin decir ninguna palabra, me arme de valor y me acerque a la puerta…

Adriana… ¿estas bien?… – le pregunte – el silencio fue mi respuesta…

Me siento muy mal por lo sucedido, discúlpame… lo que pasa es que soy un tonto… nunca debí haberte dicho nada… me hubiera quedado con mis dudas para siempre… lo que no quiero es que te enojes conmigo, te quiero mucho… y menos oírte llorar…lo único que quería era que nos tuviéramos mas confianza, que fuéramos un poco mas unidos, pero me excedí, confundí la confianza con otra cosa, estoy muy triste y muy apenado, no se porque pensé en pedirte algo así…

Trate de abrir la puerta y me di cuenta que había puesto el seguro…

Además… – continué – eres muy guapa, no debes de pensar lo contrario, nunca te hagas menos… recuerda que todo lo que quieras hacer lo puedes hacer… y espero que me puedas perdonar…

En ese momento, todo derrotado, apenado y sin ninguna esperanza me disponía a salir de la habitación cuando oigo que mi hermana abre la puerta del baño, volteo para ver que pasa y cual es mi sorpresa al encontrármela nuevamente de frente, con las manos en la cintura, con los ojos colorados, posando en actitud provocadora, en un plan retador hacia mi… y todavía completamente desnuda…

Se me quedo mirando… con la misma mirada lasciva de hace un rato – y me dijo –

Yo no se quien este mas mal, si tu o yo, me entro pánico, lo reconozco, pero hermanito… esto no me pasa todos los días… deberías de comprenderme… soy tu hermana y aparte de eso, nunca había estado desnuda delante de un hombre y menos de sentir eso que siento por ti en estos momentos…

Además, tienes toda la razón… porque no… voy a seguir tu consejo, de hacer todo lo que yo quiera…

No creía lo que estaba escuchando…

Caminó y en un instante estaba frente a mi… y con una sonrisa en los labios me dice… ¿te lo puedo quitar?

Y antes de que le pudiera contestar, se hinco frente a mi y con un movimiento rápido levanto sus manos y me empezó a bajar el short… mi verga ya dormida por la derrota se despertó inmediatamente, haciendo difícil poder bajarlo… dio un jalón un poco mas fuerte y mi verga reboto exactamente frente a su cara…

¿Sorprendido hermanito?… – me decía mientras me miraba desde abajo – basta de todas esas moralidades y sentimientos tontos… sí… eres mi hermano… pero también eres hombre y me gustaría disfrutarte tanto como tu lo quieres hacer conmigo…

Volteo nuevamente a mi verga completamente hinchada, la miro y con sus manos apoyadas en mis piernas acerco su nariz y la empezó a oler, cerro los ojos, sin tocarla, únicamente aspirando su aroma…

Al verla hincada frente a mí, todavía no lo podía creer, veía su pelo moverse al ritmo de su cabeza, la curvatura de sus nalgas al final de la espalda y al frente la panorámica de sus dos chichis apuntando a mis rodillas…

¡Exquisito!… tenia muchas ganas de olértela… – me dijo, abriendo los ojos y mirándome fijamente – volvió a voltear hacia ella y aspiro de nuevo… acerco mas su nariz y me la toco… sentí un escalofrió en todo mi cuerpo, siguió aspirando el aroma de todo el tronco, su nariz palpaba toda la longitud de mi mástil, se agacho mas y empezó a aspirar las bolsas de mis huevos, como perrita en busca de algo… tienes un olor embriagador… – me dijo – me encantas como hueles… ¿no sabias?…

No – le dije – no sabia…

Realmente no sabia, nunca me había dado cuenta de eso.

Si… desde siempre me a gustado tu olor – me dijo – tengo muchos años esculcando tu ropa para aspirarlo… me excitas… aunque no lo creas y tengas esa cara de sorpresa tu también me encantas hermanito.

Realmente si… si, tenia esa cara de sorpresa que me decía… ahora era yo el cohibido no daba fe a lo que estaba pasando, a lo que estaba escuchando… efectivamente y haciendo memoria, desde unos años para haca ella era la encargada de toda mi ropa, se lo había quitado a mi madre con el pretexto de ayudarle en casa, pero nunca me lo imagine.

Yo no le podía decir que alguna vez también se lo hice porque hubiera creído que era para salir del paso y quedar bien con ella, mejor me quede callado, después tendría tiempo para decírselo… seguí observándola en su afán de aspirarme todo mi aroma…

Seguía en ese trabajo tan placentero cuando con sus manos apoyadas todavía sobre mis piernas, hace un esfuerzo y empujando con la izquierda y jalando con la derecha me da la vuelta, me deje hacer, quedando ahora ella tras de mi y mis nalgas frente a su cara, voltee hacia atrás y vi que se les quedaba viendo, al cabo de un momento me empezó a dar besos y lengüetazos por todas ellas, al mismo tiempo que me sobaba las piernas de arriba abajo, me las empezó a morder.

Coloco sus manos en medio de ellas y tratando de separármelas metió su cara completamente en mis nalgas y jalándome hacia si, empezó a jugar con su lengua en mi ano… no sabia si reír o llorar, mi hermana me estaba dando la agasajada de mi vida, deje que se terminara de saciar y meneándome la verga con mi mano estuve a punto de terminar, ya no la veía, estaba concentrado únicamente en el disfrute que me estaba proporcionando.

No paraba de decirme que estaba muy bueno y que todo mi olor la volvía loca… yo también me estaba volviendo loco, me volvió a voltear y quedando mi verga frente a ella nuevamente, se le quedo viendo un momento, me volteo a ver a los ojos y me dijo…

Si así esta tu olor… ahorita voy a ver a que sabes… y terminándolo de decir, se engullo de una sola bocanada mi verga completa, sus labios carnosos rodearon mi glande por completo, mordiéndolo y chupándolo al mismo tiempo, mientras que sus manos sobaban y pellizcaban mis nalgas.

En ese instante le tome la cabeza con mis manos para no caer desfallecido, estaba en la quinta gloria, vi que estaba disfrutando esa mamada tanto como yo, la mordía, la chupaba, la saboreaba por completo… se la tragaba toda una y otra vez, tanto fue su magreo y mi excitación que empecé a notar que se aproximaba mi venida…

Espérame tantito – le decía – espérame… que estoy a punto de terminar… mis piernas se me empezaron a tensar…

Ella sin hacerme caso, siguió con su faena, aun más fuerte y rápido…

Quieres que me venga en tu boca… – le decía – quieres que lo haga…

Y en ese momento tan glorioso, empecé a aventar chorros de esperma caliente en todo el interior de su boca, ella se los trato de tragar, pero la presión de mi leche y el meneo de mi verga dentro de su boca hizo que se le resbalara por la comisura de sus labios, rodándosele por su barba y cayendo directamente a sus preciosas tetas, a sus muslos, al suelo, sobre sus preciosos pies, aun así, me siguió chupando y exprimiendo toda la leche que mi verga le daba, yo seguía sin soltarle la cabeza por temor a caer desfallecido por tanta excitación, me absorbió hasta la ultima gota.

Se separo de mi y con los dedos de su mano derecha, limpio el resto de semen que le quedaba alrededor de sus boca y en la barba y se lo volvió a meter a su boca, volteo a sus pechos y todo lo demás y con la misma sonrisa de satisfacción me dijo…

Que bárbaro!!, cuanta leche tienes en esa preciosura hermanito… y no me equivoque… sabes delicioso…

Estoy completamente ido, nunca me habían hecho un trabajo así… – le dije – donde aprendiste todo esto…

En ningún lado, simple y sencillamente se llama instinto… hermanito… – me contesto con una sonrisa picara – además las revistas que según tu tienes bien guardadas me han servido de inspiración…

¿Mis revistas?… – le conteste – cada vez me impresionas mas, desde cuando sabes que tengo esas revistas…

Ella seguía hincada frente a mi, al hacerle la pregunta se levanto, vi que el resto de semen que le había caído a sus preciosas piernas y tetas le empezaba a rodar hacia abajo, estire mi mano para limpiárselo y note por primera vez la suavidad de su piel de sus pechos, tersa… suave.

Note un pequeño escalofrió en su piel y cerro sus ojos, al ver su reacción, acerque mi boca a su pecho derecho y empecé a pasarle mi lengua por todo su pedazo de carne, empecé a mamárselas con suavidad, con delirio…me entretuve un momento en su pezón y en su aureola.

Efectivamente… suave… muy suave, sentí una de sus manos deslizarse hacia mi nuca, haciendo presión en mi cabeza y ejerciéndola hacia su piel, con mi otra mano empecé a tocarle su pecho izquierdo, apretándoselo, sopesándolo, con mis dedos jugando con su pezón… ella mientras tanto bajo su cabeza y empezó a besarme la oreja, a humedecérmela con su lengua, restregaba su mano en todo mi pelo…

Ya no me respondió la pregunta…

Que rico hermanito… así… síguele… que bien lo haces… que rico… – me susurraba –

Deje su pecho izquierdo y me pase al otro, así lo hice varias veces… puse mis manos en su espalda y empecé a hacer presión hacia mi, pasaba de un pecho al otro, en medio de ellos, debajo de ellos, las grandes y preciosas tetas de mi hermana eran exquisitas, duras… empezaba a notarlas mojadas y brillantes por mi saliva… mis labios se cerraban sobre sus pezones, los mordía, los succionaba para luego soltárselos, me di cuenta que la presión que ejercía sobre ellos, hacia que mi hermana se retorciera y suspirara…en ese momento empecé a sentir que ella me restregaba mas fuerte hacia ellos, ya tenia sus dos manos en mi cabeza…

Así hermanito… así… fuerte… comételos… son tuyos… nada más tuyos… comételos…

Así… así…

Y en ese momento soltó un pequeño gemido y empezó a tener un orgasmo increíble…

Así… que rico… así… asiiiiii… asiiii…

Note las convulsiones de mi hermana en mi boca, en la presión ejercida por sus manos y en el escalofrió de todo su sudoroso cuerpo…

Me separe de ella y note, las rozaduras ocasionadas por la fricción de mis labios en su piel blanca… en su par de tetas… contrastaba hermosamente, algo completamente excitante… su cara toda desencajada por el orgasmo acaecido y con una sonrisa de satisfacción en toda su cara…

Nos quedamos viendo por unos instantes, le vi nuevamente todo su cuerpo, me regreso su mirada al mío… me acerque a ella y quedando los dos de frente, empecé a acercar mis labios a los suyos, antes de tocárselos me detuvo… y mirándome directo a los ojos me dijo…

Te quiero mucho… me encanta lo que estamos haciendo… nunca lo dejes de hacer… gracias hermanito…

Y en ese momento nos unimos en un grandioso beso, nos comíamos mutuamente, nuestras lenguas se entrelazaban, nuestros labios se buscaban entre sí… nos mirábamos directamente a los ojos, viendo la complicidad mutua, nuestras manos tocaban nuestros cuerpos, las espaldas, las nalgas, nuestras cabezas, nuestros pechos, los suyos haciendo presión contra el mío, le tocaba sus piernas, sus nalgas, sus caderas…

Así estuvimos por largo tiempo, nos fuimos acercando a la cama sin separar nuestros labios y nos dejamos caer a lo que seria nuestro disfrute máximo, nuestro lugar de iniciación, donde nos entregaríamos a esa pasión que nos comía por dentro… a esa pasión prohibida, a esa pasión incestuosa…

Ya los dos acostados en la cama nuestras manos seguían tocándonos por todos lados, nuestros labios seguían unidos como si fueran uno, mi verga hinchada nuevamente desde hace un largo rato, era manoseada incontrolablemente por las manos temblorosas de mi hermana… mis huevos, mis nalgas… yo aun no quería tocar su sexo, quería disfrutarlo solamente a el, estaba esperando el momento justo para hacerlo… y llegó…

Separándome momentáneamente de ella, la deje recostada boca arriba en la cama y colocándome hincado en medio de sus piernas empecé a disfrutar el panorama que me daba, el panorama que me regalaba.

Noto claramente mis intenciones… nos comunicábamos únicamente con la mirada, acerco sus manos a su panocha y con sus dedos comenzó a separar sus labios, despacio, sin prisa… regalándome toda su intimidad.

Su panocha era grandiosa, sus labios externos eran muy grandes, voluptuosos, prominentes, estaba completamente húmeda, al irlos separando pequeños hilos de flujo se separaban unos de otros… y ahí estaba su clítoris, igual de prominente que todo lo demás, sus labios interiores, empezaron a separársele de los exteriores y siguieron abriéndose como si fueran pétalos de rosa, la visión era magnifica, mi hermana tiene la panocha mas grande que he visto en toda mi vida, rosita, completamente carnosa, jugosa…

¿Te gusta?… – me pregunto –

¿Así la querías ver?… mírala… mírala todo el tiempo que quieras… disfrútala… nadie la ha visto nunca… de nadie ha sido… eso ya lo sabias ¿verdad?…

Pues ahora es tuya… te la regalo… haz lo que quieras hacer con ella…

En ese momento lleno de lujuria y excitación abalance mi cara hacia ella, no espere ni un instante mas, las palabras de mi hermana me habían puesto como un loco, al tocar mis labios y mi lengua toda su raja, mi hermana dio un grito ahogado…

Levante mi vista y tenia arqueada la espalda y su cabeza inclinada hacia atrás, se sobaba con desenfreno su par de tetas, moviéndose descontroladamente y empujando su vientre hacia mis labios, mi cabeza ya sostenida por sus manos y sus muslos la tenían completamente apresada, me era difícil moverme y aun respirar.

Tan grande es su panocha que sus labios vaginales llegaban a la mitad de mis mejillas, chupaba sus labios tratando de pasármelos, de tragármelos, los mordía, tener esos pedazos de carne en mi boca era increíble, suaves…mi nariz pegaba a su clítoris… su olor, ese olor que también a mi me traía loco, por fin lo tenia a mi merced… su sabor también era increíble, trataba de tragar todo lo que ella me daba, todos los flujos que me regalaba, cada embestida que le daba con mi lengua, con mis dientes era un quejido ahogado con el que ella me respondía .

Trate de sepárame un poco pero me fue difícil hacerlo, luche un poco y por fin pude darme vuelta y quedar ahora encima de ella, con mis manos le tome sus nalgas y hundí nuevamente mi cara en su panocha, al sentir mi forcejeo se dio cuenta de la nueva postura y al tener mi verga sobre su cara, inmediatamente se la trago, comenzamos un excelente 69, nos empezamos a tragar como desesperados, alce mi vista y vi sus preciosos pies, estire mi manos y los atraje hacia mi, se los apretaba, se los acariciaba, mientras le seguía mamando completamente su panocha, únicamente se oían los chapoteos de nuestras bocas con nuestros sexos, nuestra respiración rápida y nuestros jadeos al mismo tiempo, empezamos a hacer nuestros movimientos mas rápidos y los dos terminamos al mismo tiempo, en una explosión de orgasmos por parte de ella y una corrida sensacional por parte mía.

Así fue el inicio de nuestra relación, hicimos el amor toda la noche, a partir de ese día nos entregaríamos en todo sin remordimientos de ningún tipo, durante muchas semanas lo hicimos todos los días, muchas veces al día, la virginidad de todo el cuerpo de mi hermana, de todo, se me fue cediendo poco a poco, hasta sus preciosos pies entraron a nuestros juegos sexuales, no teníamos prisa, lo disfrutamos a placer pleno, el tiempo que estuvimos solos en casa de la tía fue inolvidable, con el paso del tiempo, nuestros padres terminaron la ampliación de nuestra casa y estrenamos nuestras habitaciones con grandes momentos de sexo.

Nadie quien nos conoce, puede suponer que llevamos una doble vida, tanto de hermanos como de amantes y cuando vamos por las calles, nos vamos fijando en todo mundo y vamos viendo que pueden existir muchos como nosotros y que nadie se atreve a confesarlo.

El tiempo ha pasado y cada quien tiene su vida hecha, ahora vivimos en ciudades diferentes, pero cada vez que tenemos la oportunidad de vernos, lo hacemos con mucho gusto y con muchas horas de sexo también.

Lo que empezó como una coincidencia, termino en gusto, lo hemos platicado infinidad de veces y no estamos arrepentidos de nada, al contrario, somos los amantes que siempre nos hubiera gustado encontrar y lo mejor de esto es que nadie lo sabe, simplemente somos a los ojos de los demás, unos hermanos que nos queremos mucho, cuando salimos con nuestras respectivas parejas, lo disimulamos tan bien que nos tienen toda la confianza del mundo, claro… somos hermanos, a quien se le ocurriría pensar cosas malas de nosotros.

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