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Mi fantasía hecha realidad II

Mi fantasía hecha realidad II

Quedó la cosa en que después de una maravillosa noche de amor, embriagados de placer nos quedamos dormidos los dos, ya comenté que para ambos, la cosa no resultó ni mucho menos fácil es decir, yo la invite a mi casa, y verla a diario hizo que volvieran a mi aquellas fantasías que tanto me habían hecho gozar desde niño poco más o menos con 11 años, pero nunca imaginé que el destino me depararía la oportunidad de hacerla mía porque entre otras cosas yo tenía claro que aquello eran solo eso, fantasías de un crio, y jamás tuve intención de hacer nada ni de provocar alguna situación que diera lugar a…; Ella por su parte, como me reveló poco tiempo después, jamás me vio a mi como algo libidinoso, nunca tuvo ni tan siquiera una fantasía conmigo, me conocía desde que nací y me vio crecer, y me juró y me perjuró, que en absoluto el día que vino a mi casa lo hizo con intención alguna de que sucediese lo que sucedió.

Pero el caso es que pasó, y también debo decir que al día siguiente, por la mañana el apuro para ambos fué total; Cuando me desperté por la mañana de ese sábado, ella ya lo había hecho, me quedé un rato en la cama pensando, tenia muchísima vergüenza de salir de la habitación y cruzarme con su mirada, no sabia que hacer, ya comenté en el anterior relato que durante esa noche no hablamos prácticamente nada, todo eran jadeos y gemidos…estuve despierto casi una hora sin atreverme a salir, pero a lo hecho “pecho”… y nunca mejor dicho, solo de recordar como le toqueteaba las tetazas en todas direcciones se me ponía dura, y no era plan de salir con aquello levantado, al final salí de la habitación y me dirigí al cuarto de baño a darme una ducha, cuando salí me di cuenta que no estaba en casa, pensé que debido a la vergüenza por lo que habíamos hecho se habría ido de casa, pero me extraño que no dejase nota alguna, en fin, no lo sabia y al meterme en la ducha recordé el memorable tamaño de sus tetas y como las sobe hasta la saciedad, hecho este que me provoco una tremenda excitación y en apenas 3 ó 4 minutos cascándomela, me corrí y me quedé a gusto…. Pasó la mañana, y a la hora de comer, llegó ella, venia con la compra, la ayude a guardarla, y solo nos dirigimos un escueto “hola” comimos sin hablarnos, evitábamos mirarnos a los ojos, la situación era muy tensa, yo tenia un nudo en el estomago y pienso que ella también.

A la tarde y en vista de que la situación no mejoraba, puesto que ninguno de los dos teníamos el valor de enfrentarnos a la realidad, y para poder tranquilizarnos y pensar tanto ella como yo, decidí salir a dar una vuelta, y así se lo hice saber…: Tía, voy a dar una vuelta…le dije sin prácticamente mirarla a la cara, a lo que ella me respondió un tímido “bien”, estuve toda la tarde dando vueltas por ahí, sin sitio donde ir, y sin poderme quitar de la cabeza que aquello no podía seguir así, ya de noche supuse que ella al estar sola toda la tarde también habría pensado y quizás seria ella misma la que diese el paso de hablar de ello.

Entre en casa, pero la cosa seguía igual, no nos mirábamos, no hablábamos apenas nada, y…se acercaba la noche, para mi era un dilema la hora de acostarse, porque por una parte tenia ganas de volver a hacerlo, y por otra, no sabia lo que ella pensaba al respecto, ni si me aceptaría en su cama otra vez. Y llego la hora de dormir, me fui a la cama y le di las buenas noches desde la puerta del salón, me acosté esperando ver su reacción, ella tardo casi una hora en venir, se acostó a mi lado y me dió la espalda, yo también estaba de espaldas a ella, me hice el dormido, y esperé que ella amparada por la oscuridad, se acercaría a mi, pero nada, yo de tanto esperar me quedé finalmente dormido. Algunos pensaran al leer esto que tanto yo como ella estábamos tontos, que una vez había sucedido ya no había lugar a tanta tensión, pero comprended que aquello era muy difícil de asimilar para los dos, habíamos hecho algo impuro, solo nos dejamos llevar por el instinto, un instinto casi animal, que no atiende a parentescos, pero que hacia que interiormente nos sintiésemos fatal.

El domingo amaneció igual que el sábado, es decir yo me desperté y ella ya se había levantado, pero esta vez la oí trastear por la casa, me levanté y me fui a darme una ducha, decidí dar el primer paso y hablar con ella en cuanto viera una ocasión, pero ó esa ocasión no se daba, ó yo realmente no me atrevía.

Después de comer nos sentamos a ver una película en la televisión, ni preste atención en toda la película, ya que no dejaba de darle vueltas a la situación, así que finalmente, cuando la película acabó, le dije:

– Tía tenemos que hablar, esto no puede seguir así, no podemos estar evitándonos por este sentimiento de vergüenza, por lo que hicimos, yo realmente no me arrepiento de lo que hicimos, me gustó muchísimo, me encantó, me dejé llevar por un deseo reprimido que tengo hacia tí durante mucho tiempo…

Ella al oír esto se sorprendió y me dijo:

_ Mucho tiempo?… pensé que surgió, que solamente surgió.

A lo que yo le contesté:

– Hace bastante que te deseo, que deseaba hacerlo contigo, pero como una fantasía, es decir, nunca pensé que se haría realidad, por eso en parte tienes razón, lo que pasó, surgió sin malicia porque realmente me excitas mucho y al invitarme a dormir contigo, pensé que tu también me deseabas.

Ella seguía sorprendida y así me lo hizo saber diciéndome:

– Pero a ver, como es posible que una mujer de mis años y mis hechuras te atraiga??

Yo no me atrevía a decirle que aquellas inmensas tetazas me volvían loco, me parecía muy basto, y acariciándole la cara, le dije que no lo sabia, que simplemente me atraía y aprovechando la ocasión la besé muy dulcemente, al principio ella entreabrió los labios y apenas juntamos las lenguas, ella se separó y me dijo:

– No !!, basta, esto no debemos hacerlo…

y le conteste:

– Tía, si realmente te hace sentir mal, no insistiré más, pero quiero que sepas que te deseo más que nunca

Ella se callo, no dijo nada, y bueno, ya no quise insistir más, supuse que a ella le habría afectado muchísimo y que no conseguía quitarse ese sentimiento de culpa.

Después de cenar, y en vista de que no había dialogo ni nada, decidí acostarme, y así lo hice, le dije:

_ Me voy a la cama tía

y sin esperar respuesta me acosté, de malhumor porque pensé que ya nunca más gozaría con ella… a los diez minutos oí que ella se estaba duchando e intente dormir, aún no me había dormido pero estaba casi en los brazos de Morfeo cuando a oscuras la oí entrar en la habitación y meterse en la cama, un susurro me acabo de despertar, era ella que me decía inclinándose sobre mi:

Estas dormido??

A lo que yo respondí:- …….no, aún no

y ella me dice:

– no te he dado las buenas noches

Y como un calco de la noche de amor que tuvimos, acariciándome la mejilla y mirándome en la penumbra a los ojos, me dio un largo y prolongado beso, pasándome la lengua muy dulcemente por mi lengua , por mis labios….se hizo eterno ese beso.

Me giré para estar completamente boca arriba, y al ir a agarrarle el culo para acariciárselo, me di cuenta que estaba completamente desnuda, ella seguía sorbiéndome la lengua muy lentamente, y acariciándome el pecho, los brazos….y fué bajando la mano hasta que llego a mi paquete, que en ese momento estaba para explotar, ya que esa forma de comerme la boca me excitaba muchísimo, empezó a tocarlo por encima del bóxer que llevaba puesto, estuvo así un par de minutos y enseguida se abrió paso a través de él, para agarrar mi pene y empezar a acariciarlo de arriba a abajo suavemente.

Yo por mi parte no dejaba de sobarle todo el culo, pero ansiaba sus enormes pezones, ansiaba lamerle aquellos increíbles globos y sobre todo tocarlos, acariciarlos, amasarlos, recorrer cada centímetro de su brutal contorno….joder!! me estoy poniendo a mil solo de acordarme!!

Le ayude a quitarme completamente el bóxer, bajó su cabeza y empezó a besarme la punta del pene y a pasarle la lengua por todo el glande, hasta ese día, a mi solo me la habían chupado una vez y mal, por lo que al notar como tiernamente la besaba y finalmente se la ponía toda en la boca y a la vez que succionaba, la metía y la sacaba lentamente de su boca, estuve a punto de correrme y le dije que parase un momento, ella hizo intención de volver a echarse sobre mi para comerme la boca de nuevo, pero la recosté sobre su lado de la cama y le agarre las dos ubres con ambas manos y juntándoselas, empecé a devorarlas, con ansia, con deseo, tanto que sin ella tocarme, otra vez estuve a punto de correrme de nuevo, mi excitación estaba al limite, y abriéndome paso a través de la sabana y besándole todo su cuerpo fui bajando hasta llegar a su coño grande y peludo y al mismo tiempo me coloqué de manera que ella también pudiese llegar a mi nardo, o sea un 69, nunca antes por mi practicado, empecé a tintinear su clítoris con mi lengua y notaba los espasmos de su mojada vagina ya que al mismo tiempo le metía dos dedos en un mete y saca lento.

Ella con todo mi pene en su boca aumentaba el ritmo de la mamada al tiempo que subía su excitación, y a mi me venia, no podía sujetarla ya, mi leche empujaba con fuerza por salir, le dije:

tía, no puedo más…aaaahhh!!, me corro, aaahhhh!!,

y ella:….aaahhh!!, no…te…pa-res!!, aahhh!! sigue!! sigue, por favor!!

y al tiempo que ella volvía a meterse mi polla en la boca con ansia y yo succionaba su clítoris y tiraba de él hacia afuera, nos vino un orgasmo tremendo, los jadeos y gemidos eran brutales, por un momento pensé en los vecinos que lo oirían, pero no podía dejar de gemir a cada latigazo de leche que soltaba mi inflamado glande en su boca.

Ni ella ni yo dejamos de mamarnos, aunque de mi polla ya no salía ni una gota de semen, hasta que se puso flácida; Ella por su parte, como yo seguía dándole lengüetazos en su coño aumentaba de nuevo el ritmo de sus jadeos, esto hizo que me volviese a excitar, y aún no había alcanzado mi polla su total dureza, y estando ella a punto de un nuevo orgasmo, me cogió de la nuca y me dijo…- ven, follame no puedo más, métemela toda….

y así lo hice, me volvió a enganchar mi espalda como un cepo con las piernas y abrazandome y moviendo la pelvis me decia: – aaahhh!!, toda, damela toda, empuja fuerte, más, aaahhh!!, más, aaahhh!!, no te pares, aaahhhhhh!! me corro, me corroooooo!!!!

Y sin parar de embestirla, como queriéndole meter hasta los huevos, se corrió al tiempo que me metía la lengua hasta adentro y me inyectaba en la boca sus jadeos y gemidos…

Yo después de su orgasmo estaba también con ganas de reventarle las entrañas de leche, y sacando mi amoratado pene de su chorreante interior me tumbe a su lado y le dije: – ven tía, ahora yo, cabálgame, ella subió encima de mi, se acopló mi pene en su cueva, y sentándose encima de mi , se la trago toda, se inclino hacia mi y empezó un suave balanceo atras y adelante de su pelvis sin que apenas mi rabo asomara de su gruta, sus tetazas se balanceaban en mi cara , yo sacaba la lengua y ella aproximaba sus pezones a mi lengua, y ese roce hacia que sus pezones se pusieran durísimos, luego le agarre las tetorras con ambas manos y se las estrujaba, le pellizcaba los pezones, alternaba esto con agarradas a su culo, pasando mi dedo por su ojal, y esto le arrancaba espasmos de placer, fuimos incrementando las sacudidas, ella cuando yo dejaba momentáneamente de magrearle las domingas, me violaba la boca con su lengua, joder que ansiosa comiéndose mi boca!!, así estuvimos un buen rato, y cuando note que ya no aguantaba más y sabiendo que ella estaba también en el clímax, le abrí las nalgas con las manos y alcance con un dedo a acariciarle el ojal, esto la saco ya de sus casillas y abalanzándose nuevamente en mi boca como hacia cuando se iba a correr, empezó a jadear en ella al tiempo que espasmódicamente me decia: – aaahhh!!, te deseo!!, da-me-la ya!!,… me co-rroooo!!, aaahhh!!!

y al tiempo que ella jadeaba en un gran orgasmo, yo me vacié en su interior, hasta que no salía ya nada de mi glande…seguimos muy dulcemente besándonos, enlazados en un suave y tierno abrazo, y sin despegar nuestros sexos, uno dentro del otro, durante mucho rato….

A partir de ese día, ya no hubo silencios, ni nos evitábamos, muy al contrario, volvía de trabajar y mientras ella estaba de espaldas guisando en la cocina, me acercaba lentamente y…..

joder, lo siento, he de hacer una cosa urgente, je, je…otro día más.

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