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Mi cuñada y familia II: la suegra

Mi cuñada y familia II: la suegra

La ocasión no tardó en presentarse un día que tuve que acompañarla a realizar varias gestiones y que al llegar la hora de comer me invitó a un restaurante.

Hábilmente, al tiempo que le llenaba el vaso de vino, fui derivando la conversación a su relación con su marido, mi suegro, pues de toda la familia era conocido que no era muy cordial.

Comencé a decirle que era una pena una señora tan guapa, con un buen tipo para su edad, y todas esas cosas que una mujer desea oír y más cuando se siente abandonada por su pareja.

Mis palabras y el vino comenzaron a hacer mella y como quien no quiere la cosa le tome la mano y suavemente le dije

– No te preocupes Mayte, estés segura que hay un montón de hombres que desearían estar contigo porque esta muy guapa

– Ah ¿tu crees?

– Sí Mayte, ya veras. Dale tiempo al tiempo

Ella no podía imaginar que pronto habría otros hombres en su vida. En el postre la anime a tomarse un chupito, el alcohol la había desinhibido casi por completo.

Camino del parking donde tenia el coche le fui diciendo que varios hombres la habían mirado (aunque no era cierto), ya en el coche le pase la mano por detrás del hombro mientras la otra la apoyaba en su pierna al tiempo que me acercaba a ella

– Mayte esta guapisima, ¡ah! Lo que habría dado yo por conocerte antes

– ¿De verdad encuentras que estoy bien?

– Si, mírame

Ella me mira y sin darle opción la bese en la boca, Mayte se aparto bruscamente pero yo la retuve con mi brazo volví acercar mis labios a los suyos. Ya no se resistió, nos fundimos en un apasionado beso al tiempo que mi mano le acariciaba el coño. Le desabroche la blusa y bese sus pechos, ella cerro los ojos de placer y dijo

– ¡Oh dios! Cuanto tiempo

– ¿Quieres que vayamos a un sitio más tranquilo?

– Si – musita ella

Nos adecentamos y me dirigí con el coche hacia unos apartamentos que alquilan por horas para ese tipo de necesidades.

Una vez dentro me puse detrás de ella y mientras le besaba en el cuello y la oreja le fui desabrochando la blusa, cuando sus pechos quedaron libres de los sostenes los tome con mis manos apretándolos, ella se recostó en mi y girando su cabeza nos besamos, una de sus manos palpo mi polla que ya estaba dura.

Los dos desnudos nos echamos en la cama, nos besábamos, mis dedos jugueteaban con su clítoris mientras su mano me masturbaba. Luego se puso de rodillas y comenzó a mamarme la polla, al poco la eche en la cama y me acerque, le puse dos dedos en el coño, este estaba completamente mojado, le separe las piernas y la penetre.

Una serie de gemidos escapaba de su garganta a cada embestida mía, notaba sus orgasmos, ella me sujetaba las caderas apretándolas hacia sí, yo no pude más y un chorro de semen inunda su coño.

Permanecimos echados uno al lado del otro acariciándonos, besándonos, ella volvió a masturbarme, primero despacio y a medida que se me iba poniendo dura Mayte aumentaba el ritmo hasta que me corrí, entonces ella me la limpio con su boca.

Nos vestimos y la lleve a su casa, me despedí de ella hasta la noche pues luego vendría con su marido a cenar a casa.

Por la noche durante la cena ella estaba sentada a mi lado, yo me divertía con la escena pues estaba el padre que se follaba a la hija y la madre de mi mujer a la que me follaba yo. Con todo el descaro del mundo le metía mano a mi suegra por debajo la mesa, le había subido la falda y le toqueteaba el coño por encima de las bragas.

Vi que ella estaba incómoda pero no me importo.

Aprovechando que mi suegro subió al piso de arriba con mi mujer con alguna excusa (yo ya me imagine que iban a hacer) me acerque a mi suegra la bese al tiempo que le tocaba los pechos por encima del vestido, luego le levante la falda y le quite las bragas, entonces saque mi polla y se la puse en la boca. Mayte se sentía cohibida pero yo le dije

– No te preocupes que tardaran en bajar.

Mayte siguió chupando mientras con una mano me la masturbaba, yo le sujete la cabeza y me corrí en su boca obligándola a tragarse mi semen. Ella me dijo

– Te has pasado

– No quería que se manchase tu vestido

Apenas se había limpiado la boca cuando mi mujer y su padre regresaron al salón, al rato se despidieron y se fueron a su casa. Cuando nos quedamos solos le pregunte a María

– ¿Qué, hoy que le apetecía a tu padre?

– Hoy solo se la he chupado

Mi mujer y yo nos fuimos a dormir, al día siguiente le conté a Juan lo de mi suegra y entre ambos urdimos un plan. Llame a Mayte y concerté una cita en el apartamento.

Cuando ella llega la recibí con un gran beso y me dijo

– He venido como tu querías, sin bragas

La desnude, bese sus pechos, su coño, ella me mama la polla, entonces cuando estuve a punto me senté en el sofá y le dije que se pusiera encima, estabamos follando cuando se abrió la puerta del apartamento, era mi amigo Juan. Mayte intento bajar de mi polla pero la sujete con fuerza al tiempo que le decía

– No te preocupes Mayte, es un amigo

No paso un instante que Juan se puso a nuestro lado y comenzó a acariciar a mi suegra, ella poco a poco se fue relajando, siempre sin sacar mi polla de su coño, volvía a cabalgar mientras Juan le besaba y toqueteaba, ella al mismo tiempo le masturbaba y mamaba. Juan y yo nos cambiamos, ahora era él el que se la follaba y yo quien se la metía en la boca. Cuando la tuve bien me puse detrás de ella y con suavidad la encule.

Mayte gimió de placer, yo estaba seguro que nunca había estado con dos hombres y es probable que nunca la hubieran enculado. Juan y yo nos corrimos dentro de ella. La tomamos de la mano y la llevamos al dormitorio, allí los dos de pie y ella sentada al borde de la cama nos chupo nuestros penes y no tardamos en corrernos en su cara. Mayte los limpio con amor y devoción.

Nos despedimos y le dijimos que le esperábamos al cabo de dos días y que por favor se pusiera ropa sexy.

Mayte fue puntual como un reloj suizo, iba con un vestido de una sola pieza abrochado por delante, pícaramente había dejado los primeros y últimos botones sin abrochar para mostrar sus pechos y piernas. Llevaba ligas y sin bragas. La llevábamos a una habitación y cambiamos el vestido por una negligé de seda, casi transparente. Le dijimos que esperase y salimos.

Cuando vio entrar a Toby y Mohamed ido ademan de salir pero los fuertes brazos de Toby la detuvieron. Ambos estaban desnudos, Juan y yo no sabíamos si se asusto al ver sus aparatos o quizás que era racista.

Toby la sujeto con fuerza y obligándola a agacharse le metió su polla en la boca, su aparato apenas le entraba un tercio, mientras Mohamed por detrás le pasaba la lengua por el culo y el coño. Ella intento zafarse pero ellos la amenazaron con pegarla, ante el temor Mayte obedeció y se puso a mamar la polla del negro.

Mohamed con sus lengüetazos ya le había dejado el coño completamente mojado, él se sentó al borde de la cama Toby cogió a Mayte y la puso encima de la polla de Mohamed, mi suegra ya se había desinhibido completamente y estaba disfrutando del sexo como nunca, Toby se apoyo en Mayte y apuntando a su ano comenzó suavemente a metérsela, ella gritaba y gemía del dolor pero el negro fuertemente agarrado a ella empujo y empujo hasta que se predio en su culo.

Ah que placer ver a toda una señora de la alta sociedad follando como una puta, cuando ambos terminaron con ella le dieron un reconfortante baño y un masaje relajante. Le dieron ropa limpia y muy sexy y le dijeron que esperara.

Entre yo y le dije

– Mira hay un amigo que desea conocerte

– Bueno, pues yo no. Dame la ropa que me voy a casa

– No Mayte, debes colaborar, es un favor muy especial o deberé tomar otras medidas.

– Bien ¿Qué he de hacer?

– Nada, muy sencillo, este señor te va a dar 300 Euros a cambio de hacer el amor

– Ah no. Yo no soy una puta

– No, si prefieres lo haces gratis.

En ese momento entro Juan y la beso metiéndole el dedo en su clítoris, ella dio un ligero respingo, yo la bese y le dije

– Pórtate bien, amor

Juan y yo salimos y a continuación entro el cliente y he de decir que mi suegra se comporto muy bien, ah y cobro los 300.

Desde entonces Juan y yo nos la follamos regularmente, lo mismo que Mohamed y Toby, y algún día hace de puta de lujo.

Ahora solo quedaba pervertir a las nietas.

Continúa la serie << Mi cuñada y familia I: La cuñada

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