Síguenos ahora en Telegram! y también en Twitter!

La mujer mas feliz de la tierra

La mujer mas feliz de la tierra

Después de haber sorprendido in-fraganti a papá cogiendo despiadadamente a la joven mujer de uno de sus mejores amigos, las cosas lentamente fueron mejorando para mis planes futuros.

La cena entre los tres se desarrollo sin contratiempos. Angie estuvo muy animosa y dicharachera.

Mi garantía de que no estaba molesta, para nada, transformó su cogida con papá en una victoria sin atenuantes.

Papá sonriente, pero, yo lo conozco bien, algo preocupado. No pasaba un minuto sin que levantara la vista y con disimulo me mirara tratando de evaluar mi estado de animo.

Yo charle animadamente con mi amiga y después del postre la acompañe hasta su camioneta sin dejarla un minuto sola.

No quería que hiciera una despedida cariñosa con papá.

De todas maneras, su “Chau Gustavo… gracias por todo” (con el beso en los labios) y el “te esperamos mas seguido, con Jorge, lógicamente” de papá me sonó a mensaje encubierto.

Me mantendré alerta para controlar eso, obvio.

Vuelvo a entrar en casa después de despedir a Angie y papá esta parado al lado del bar sirviéndose un whisky.

El solo verlo así, despeinado, con la camisa abierta, sus eternos bermudas y descalzo, me excita y me trastorna.

Paso a su lado, sin mirarlo, con cara de nada. Por el rabillo del ojo veo que me sigue con la vista en dirección a la cocina hacia donde me dirijo.

Solo un par de minutos después aparece él y con movimientos lentos se sienta en la punta de la mesa con el whisky en la mano.

-. Marianita, tenemos que hablar. Creo que han pasado algunas cosas…

-. ¡¡¡Mira Gustavo!!!.- lo interrumpo con firmeza y cara de enojo.- Si tu intención es disculparte por lo…

-. Ninguna disculpa…. no, no. Solo que creo…

-. No me i-n-t-e-r-r-u-m-p-a-s, por favorrrrr. Vamos a hablar mas tarde. Ahora me voy a dar un baño. Si viene Cristina a buscarme por favor decile que me aguante que estoy retrasada…

-. ¿Qué… vas a salir?

-. Si… por un rato. Trata de distraerla mientras me baño, porque no le gusta esperar…- poniendo cara seria y mirándolo a los ojos con firmeza, agrego- pero, por favor, papá… no te la cojas….

-. ¡¡¡¡ Marianaaaa ¡!!!… por favor… espero que primero me escuches y no me vuelvas loco con esas cosas a partir de ahora…

-. Lo que va a pasar a partir de ahora, entre nosotros, lo vamos a hablar muy detenidamente… pero después.

Salgo decididamente para el baño y lo dejo pensativo sentado en la esquina de la mesa.

Cuando termino mi ducha, salgo envuelta en una bata y vuelvo a la cocina. Tomo el teléfono y llamo a mi amiga Cristina anunciándole que he decidido cancelar hasta mañana la salida porque ya es muy tarde y estoy algo cansada.

Para hablar por teléfono, he apoyado mi cola en el borde de la mesada de mármol. Mi bata, sin atar, se ha abierto unos quince centímetros en el frente.

Para no mirar a papá, que ahora se ha sentado en una banqueta alta enfrente mío, miro como distraída mis uñas.

Al mirar para abajo veo que una de mis tetas esta casi totalmente descubierta y la otra asoma provocativamente la aureola de su pezón. Mas abajo mi pubis luce cuidado y subyugante.

Cuando termino de hablar, levanto la vista y me encuentro con la mirada de lujuria culpable de papá. Un hormigueo en la boca del estomago me excita y me incita a mimarlo.

Su camisa abierta y su eterno bermuda de estar en casa me ponen a mil… me lo comería a besos.

Trato de controlar mis impulsos. Son mas importantes mis planes.

Saco del bolsillo de la bata el cepillo y comienzo a estirar mi largo pelo para que se vaya secando.

Gustavo me mira y se le hace imposible no mirar mi cuerpo desnudo que, ahora que levanto los brazos para peinarme, esta mucho mas visible que minutos antes.

-. Mariana… esta situación no puede seguir así… debemos aclararla de inmediato….

-. ¿Y que tenes pensado hacer al respecto, Gustavo?… ¿Tenes pensado someter sexualmente a todo el que aparezca por esta casa?… ¿O vas a volver a tu costumbre de cogerte a todas las minas de la oficina y a todas las amigas de mama… pero afuera?. Porque déjame decirte una cosa…

-. Marianita, por favor… yo se que…

-.No me i-n-t-e-r-r-u-m-p-a-s, por favorrrrr. Mira papá… desconozco los apetitos sexuales de mamá y su comportamiento fuera de nuestra familia… que, por otro lado, tampoco me interesan… pero te digo…. con vos el asunto es totalmente distinto. Yo, Mariana, tu hija o no tu hija, ya soy una mujer. Por si no te distes cuenta, anoche colaboraste dignamente, aunque con muy poco entusiasmo, en que ello finalmente ocurriera…

-. ¡¡¡¡ Marianaaaa ¡!!!… por favor… sos mi hija, nena!!!!…

-. TU HIJA LAS PELOTAS….!!!!!!!… soy una mujer y como eso me tenes que tratar…. y te digo mas… no soy una regalada ni una mal cogida como muchas de las que vos te llevas a la cama. Estoy enloquecida con vos… pero no me voy a arrastrar pidiendo por favor que me atiendas. Me tomas o me dejas. Pero si me tomas va a ser como corresponde… y te comportaras en consecuencia. Y si me dejas anda pensando que inventas con mama, porque me voy de casa y le pienso decir a mama que me voy porque te deseo con locura y no quiero romper su matrimonio, ni robarle el marido… lo que es absolutamente cierto, por otra parte…

-. Nena… que locura te agarro?… hasta ayer tus problemas mas notorios en nuestra familia estaban referidos a la ropa, los zapatos, las salidas…. ¿qué paso, que de golpe aparece todo esto?. Quiero señalarte que anoche prácticamente me violaste haciendo uso y abuso de tu contextura y estado físico y de que yo no quería ser violento contigo. ¿Qué te pasa… Mariana?… ¿Qué bicho te ha picado que estas tan violenta conmigo?…

Aprovechando el hecho de tener la cabeza baja dejo el cepillo en el bolsillo y me tapo la cara con ambas manos simulando que estoy llorando. Papá se queda callado. Yo sigo simulando un sollozo muy tenue y logro que aparezcan las primeras lagrimas que siento en la palma de mis manos.

-. Marianita… – con el tono mucho mas suave y dulce – ¿qué te pasa ahora?…. ¿por qué lloras, mi vida?…

-. Es… que… – con la voz entrecortada por los forzados sollozos.- no entiendo…. porque me… pasa esto… estoy enloquecida… de necesidad de…. mimos de… tu parte… y vos parece… como si… me tuvieras asco…

-. Pero nooooo…. mi vida…. ¿cómo podes decir eso?

-. Es que…. anoche fue… el momento… mas esperado… de mi… vida… y vos… casi me… me… me… despreciates…. (buaaaaaaaaa)….

-. Pero nooooo… vos tenes que entender… eso no es posible… así las cosas no…

-. Que no… si yo… hace un rato… te estuve mirando…. un buen rato…. antes de aparecer… y te cogías a Angie… con pasión y con lujuria…. hasta con desesperación… (mas llanto desconsolado)

-. Pero es que vos sos mi hija… yo a vos te quiero con locura… yo por vos…

-. Yo creí… que anoche… para vos… había sido… tan hermoso… como para… mi.. pero ahora… ahora que te… vi con Angie… entiendo como es que se hace cuando se siente… (buaaaaaa)

-. Mariana… mi vida… no se como explicarte…

Hago el intento de ir hacia mi habitación y papá me toma de los hombros intentando consolarme. Me acerca hacia él y me abraza por sobre la salida de baño.

Yo sigo compungida y con la cabeza gacha, me acurruco en su pecho y pongo mi cabeza sobre su hombro.

Mi boca ha quedado a escasos centímetros de su cuello y su pierna derecha, elevada por su postura en la banqueta alta, a quedado metida entre mis piernas desnudas.

Mi altura ha dejado mi sexo en contacto directo con la piel del muslo de papá. Siento el vello acariciando los labios de mi vulva y un sacudón eléctrico recorre mi cuerpo como una ráfaga huracanada.

-. Mi forma de tratarte es porque realmente te adoro, mi vida – me dice suavemente papá frotando mis hombros por sobre la tela de toalla.

-. Pero yo siento otra cosa… o no se… me siento tan sola… tan poco querida.- murmullo en su oído mientras lenta y disimuladamente acomodo mi sexo sobre su vigorosa pierna.

Retiro mi cuerpo hacia atrás para mirarlo a los ojos y quedo prácticamente sentada con mi sexo sobre su pierna. Papá tensiona su cuerpo y sus músculos se endurecen…. los siento casi dentro de mi vagina.

Tomo su cabeza con ambas manos y meto mis dedos entre su sedosa cabellera. Lo acaricio suavemente mirándolo a los ojos. Estoy segura que se nota en mi mirada la terrible calentura que me esta empujando a la locura total.

-. ¿Te das cuenta como estoy, papito?-. le pregunto melosamente mientras comienzo a frotar muy suavemente mi clítoris en su pierna.- ¿Te das cuenta el fuego que tengo adentro?.- aprieto un poco mas mi sexo contra su pierna y un temblor descontrolado me pone los ojos en blanco y me obliga a tirar la cabeza hacia atrás mientras un delicioso orgasmo explota en mis entrañas.

Es tal la fuerza del temblor que suelto mis manos de su cabeza y ambas caen a ambos lados de mi cuerpo. La salida de baño cae y siento las manos de papa, en mi espalda ya desnuda, que me sostienen con firmeza para que no caiga hacia atrás.

Mi pelvis se mueve hacia atrás y adelante sin que yo la impulse. Mis jugos han empapado el muslo y el fino bermuda de papá. Ahora siento una locura descontrolada cuando mi clítoris recorre desenfrenado resbalando sobre su pierna.

Abro lo ojos y veo que papá esta con los ojos cerrados como haciendo fuerza para no sentir.

Me paro, despegando mis labios vaginales de su pierna, y sin alejarme de él meto dos dedos en mi vagina y con la otra mano apretó desesperadamente mis tetas.

Cuando él abre los ojos estoy masturbándome con desesperación y una cara de lujuria descontrolada que hace que la cara de papá se transfigure. Comienzo a ver que el Gustavo que cogía a mi amiga Angie esta empezando a aparecer.

-. Quedate… asi… no te pido… mas… dejame que… apague este volcán… que tengo adentro… como lo he hecho… en estos últimos… ssssssss…. dos años…. con vos… pero sin vos… sssssss… que hermoso me haces…. acabarrrrrrr…. ay ay ay ay … por favorrrrrrr… otraaaa,,,, vezzzzz…. ssssss…. toma… siiii… tomaaaaa.-

Sacando mis dedos untados de los jugos de mi orgasmo, los paso por sus labios.

Después de una leve duda Gustavo entreabre sus labios y dejando entrar mis dedos los chupa con suavidad al principio y con desesperación luego.

Sus dedos tocan suavemente, y con cierto temor, mis pezones. Un sacudón mas fuerte que los anteriores sacude todo mi cuerpo.

Papá comienza a descontrolarse. Acerco mi boca jadeante a escasos centímetros de sus labios. Su mirada de angustia, de impotencia por no poder controlar lo que sale de sus entrañas, se va transformando muy lentamente en esa mirada lánguida y deseable que hace enloquecer a tantas mujeres.

En un último intento de resistencia se para delante mío. Ya esta casi entregado.

Con ambas manos bajo la camisa de sus hombros y sin preocuparme por sacársela aprovecho que esta retiene sus brazos por detrás para agacharme y llevarme con mis manos su bermuda y su slip hasta los tobillos.

Su sexo, semierecto, queda frente a mi cara. Lo abrazo por su cola desnuda y acaricio mis mejillas y mis labios con sus genitales.

Antes que él logre reaccionar meto la punta de su grueso miembro en mi boca y, sin mucha experiencia, comienzo a chupar y lamer con desesperación.

-. ¡¡¡Mariana… mi Dios, por favor!!!! Me haces hacer locuuuurassss…. No… por favor, mi nena… esto es demasiado… -. Sus formas autoritarias y dominantes han dado lugar a un ruego tenue y lastimero que va dando paso a un jadeo acompañado por su pelvis que se mueve lentamente.

Sin duda el haber quedado a mitad de camino con Angie, sin poder llegar al orgasmo, me facilita mucho las cosas.

Apenas comienzo a chupar su verga comienza a crecer al punto de que a pesar de mi boca grande me da trabajo meter la cabeza dentro para poder chuparla.

De pronto, cuando mis manos en su verga ya sentían la máxima dureza, Gustavo me toma de los brazos y me levanta hasta que quedo parada frente a él.

Mi respiración jadeante y la suya se mezclan. Nos miramos a los ojos y me inunda una sensación de amor infinito. Lo abrazo con fuerza y nos fundimos en un beso apasionado e interminable. Por momentos siento que me voy a meter entera en esa boca dulce y cálida que me besa con lujuria.

Nuestros cuerpos desnudos pegados en el abrazo y soldados por dos bocas que se devoran entre sí, parecen incendiarse por la temperatura a flor de piel. Bajo mi mano y tomando el sexo de papa lo pongo entre mis piernas, por debajo de mi sexo.

Cuando siento esa gruesa barra de carne quemante en contacto con los labios de mi vulva mis caderas comienzan un involuntario vaivén haciendo que el lomo frote mi clítoris.

Las descargas eléctricas dentro de mi cuerpo ya están fuera de todo control. Siento deseos de jadear, de gritar…

Suelto la boca de papa y lo miro a los ojos. Meto mis brazos por debajo de lo suyos y lo abrazo cerrándolos por su espalda como una llave de yudo. Lo apreto con desesperación. Siento que cada vez que apreto su falo quemante, este se pone aún mas duro entre mis entrepiernas.

-. Cojéme, Gustavo… – murmuro jadeante en su oído mientras aumento el roce de mis labios vaginales contra el lomo de verga.- ¡¡Cojéeme YA!!!…. mi vida… no te das cuenta… que no puedo masssss…. cojéeeeeme por favor… necesito… necesito sentirte dentro mío…. necesito tenerte como anoche… por favorrrrrr… no aguanto esperar mass…

Nuestra bocas se vuelven a sellar. Lentamente, como si estuviéramos bailando una música que no existe nos vamos desplazando a pasos cortos y pausados hacia el living.

El caminar lentamente con su falo entre mis piernas me produce un morbo terrible.

Cuando siento la espesa moquete del living bajo mis pies desnudos el roce de la verga en mi clítoris descuelga otro orgasmo desde mis entrañas.

Los sacudones involuntarios de mi cuerpo ya no los puedo controlar… mis gritos de placer, tampoco.

Mis piernas soportan dos o tres pasos mas y se aflojan.

Gustavo acompaña mi cuerpo hasta que llega lentamente a la alfombra. Mis manos toman su verga erecta con desesperación.

Esta empapada y resbalosa de mis flujos orgasmicos. Intento dirigirla hacia mi sexo y abro desmesuradamente las piernas para que él entienda que ha llegado el momento.

Con su verga rígida como un garrote, apuntando hacia arriba y adelante, él se para y mira todo mi cuerpo desnudo y sudoroso.

Mi largo pelo se ha pegado en mi piel. Mis piernas descaradamente levantadas y abiertas y mis brazos tendidos hacia él acompañan mis gestos para que me penetre y calme mi desesperación.

El me mira con una cara que solo dice todo lo hermoso que va a pasar ahora que esta plenamente decidido.

Tomando una de mis piernas levantadas, que esta a la altura de su cintura, y agachándose lentamente, comienza pasar su lengua por la planta de mi pie. Es una sensación inenarrable.

Su lengua moja todo lo que encuentra a su paso.

Los deditos de mi pie se pierden dentro de su boca. En mi desesperación llevo mi mano hasta mi sexo y agito los dedos con locura.

El toma mis manos por las muñecas y las aparta para evitar lo que hago. Ahora su boca, dando suaves mordisquitos y dulces lametones avanza por la parte interior de mi pierna hacia abajo. Solo pensar lo que esta por ocurrir me desespera aún más.

Papa llega a mi sexo y a mi se me termina el mundo razonado. En mi mente las cosas pasan como en un torbellino psicodélico sembrado de estallidos luminosos que me enceguecen.

No se cuanto tiempo pasa comiendo mi sexo. Mis manos enredadas en su pelo para que los sacudones de mi pelvis, desesperados y descontrolados, no lo saquen de su faena, comienzan a tirar para arriba para que sus labios vengan a mis labios.

De pronto, se detiene. Se arrodilla entre mis piernas y me mira con infinita dulzura. Pasa sus manos con delicadeza y mucha suavidad por mis piernas desnudas.

Yo estoy super agitada y jadeo como si me estuviera ahogando. Me mira fijamente a los ojos cuando sus manos llegan lentamente a mis tobillos.

Con al misma lentitud me toma de los tobillos y los sube, como en cámara lenta hasta sus hombros. Mi corazón palpita que parece que se me va a salir por la boca. Me imagino lo que esta por venir. Me enloquezco mas de solo pensarlo.

Apoyando mis talones en sus hombros separo mas las rodillas y arqueo mi cuerpo levantando mi cola del suelo. Instintivamente mis manos separan los labios de mi vagina abriendo al máximo la entrada para él.

El tiempo se detiene para mi. Mi vulva palpita ya tanto como mi corazón. Se me nubla la vista. Bajo la mirada y papa tiene su verga en la mano listo para empezar. Esta terrible. El glande se ha puesto morado casi violeta. Me parece que mucho mas grande… o será mi deseo?.

Papa me mira, me siento como un toro frente a la espada… papa no esta midiendo para lanzar la estocada… solo esta gozando de mi lujuria desenfrenada y de mi desesperación porque me penetre de inmediato.

Se acerca muy lentamente hasta que ese glande gigantesco se posa entre los labios abiertos y empapados de mi sexo.

Los suelto al sentir que su verga ha quedado calzada en la puerta.

Clavo mis uñas con desesperación en su cintura para provocar el empujón hacia delante. El no se mueve. Siento que su verga esta calzada para entrar pero él no avanza.

-. Gustavo…. por favor… es necesario… que te diga… cuanto deseo… que me…

-. Si… es necesario…

-. ¿Cómo?… por favor… mi vida… metete dentro mío… no sentís… como estoy?

-. Seguiré… solo si me cuentas lo que vas sintiendo…

-. Ayyyyy…. siiii… por Dios… dame una señal… y te contare tooooodoooo…

En ese momento Gustavo aumenta levemente la presión… no empieza a entrar… solo siento como se separan aún mas los labios de mi sexo. Es la señal.

-. Mi vida… siento como… si se fuera a… desgarrar… mi cuevita… siento que… los bordes de ese… hongo… no lo dejan entrar… siento desesperación… por sentir… que empujas otro poquito… Asiiiiii…. sssssss… por Diosssss… que grande que… está ahora… siiiii… dejame que corra mis piernas por tu brazo…. me quiero abir mas… sino no va a poder entrar, Gustavo.

Papa maneja con mucha mezquindad su penetración. Al abrir las piernas al máximo, sin sacarlas de sus hombros, miro hacia abajo y veo que la cabezota de su verga aun no ha entrado en mi vulva.

Es tal el estiramiento de los labios de mi sexo que mi clítoris parece una pequeña pija, roja y sobresaliente, que a escasos milímetros del glande, apuntando hacia arriba.

-. Empujaaaaaaa…. malditooooo… no ves que me estoy muriendo de desesperación… empuja… por favor…

Extraviada, mirando la verga de papa que no avanzaba, veo su mano que se acerca lentamente a mi clítoris. Mojando sus dedos en mis flujos lo toma y comienza a masajearlo con extrema dulzura.

Un orgasmo violento me sacude por completo.

Un temblor descontrolado desarticula mis brazos y piernas justo en el momento en que papa sale un poco hacia atrás.

Presa de un orgasmo desconocido para mi, levanto la vista con asombro por su retirada. Al ver su cara, instintivamente vuelvo a mirar hacia abajo.

Al salir el tapón que obstruía mi vulva mis flujos inundan la verga de papá. Un corto y rápido empujón mete adentro la cabeza completa llevándose también los labios vaginales, vencidos por el empuje.

-. Ahhhhh… siiiiiiiiiiiii….. mi burro…. siiiii….. massssss… empuja esa hermosa… pija… dentro miiiiiiiiooooo…..

No tengo fuerzas para razonar o pensar en este momento… pero estoy segura que no es esta la verga de papá que se llevo mi virginidad anoche. Sentir la cabezota dentro mío es absolutamente enloquecedor.

Cuando entro la cabezota sentí como si los bordes de mi sexo se hubieran partido en dos para facilitarles la entrada. En medio de un orgasmo gigantesco el temblor me hace pedalear descontroladamente con las piernas sobre sus hombros.

Grito como una poseída y lo puteo para que me ensarte hasta el tronco. Me sacudo con desesperación porque mis temblores y movimientos mueven lateralmente su glande dentro de mi vagina y eso me produce una locura total. Le pido, casi entre sollozos, que por favor me penetre.

El, con una sonrisa en los labios, saca la cabeza de la verga de mis entrañas y cuando yo me callo por la sorpresa me hace seña con su dedo sobre los labios para que me quede un segundo en silencio.

Vuelve a meter y sacar su cabezota de mi sexo inundado de flujos y el ruido que hace es mágico… la tercera o cuarta vez que lo hace comienzo… o renace el anterior, ya no lo se… una acabada descomunal.

Gustavo me toma de la nuca levemente para que pueda mirar que, cada vez que sale y entra de nuevo tu tranca, penetra un par de milímetros mas adentro.

Ver como sale bañada en mi orgasmo y se pierde de nuevo dentro con el ruido de la penetración, me enloquece. Dentro mío siento que en cada entrada… que son ya incontables… el trepano se va abriendo camino inexorablemente.

-. Mi vida… no quiero… acabarme de nuevo… sin sentirme… que estoy… ensartada hasta… ayayayaya… no me mezquines… que me estoy… por… dame… hijo de puta…. damelaaaaa…

Consciente que me estoy por volcar como una yegua alzada me toma de los tobillos que están sobre sus hombros y flexiona mis piernas sobre mi pecho.

Comienza un vaivén cortito y rapidisimo desde la punta hasta la mitad de su verga. Lo que me hace sentir es algo que no puedo describir con palabras.

El sabe que me estoy por acabar de nuevo. Cuando mi orgasmo empieza empuja lentamente hacia delante con todo su cuerpo hasta quedar acostado sobre mis piernas flexionadas. Me acaba de empalar sin misericordia y hasta los huevos.

Penetrada por un terrible pedazo de carne que siento al rojo vivo, solo atino a abrir desmesuradamente los ojos y la boca como buscando el aire que siento les falta a mis pulmones. La penetración no es violenta… es firme… es perentoria… es determinante… es imparable… sin atenuantes, aunque esa terrible verga entre rompiendo todo a su paso.

Mientras el orgasmo me derrite… siento que se abre paso dentro mío un barreno que no para.

Empujando mis flujos y desconectándome cerebralmente la verga de papá me perfora hasta llegar al fondo de mi vagina.

Mi grito… mi alarido… de placer, de dolor, de satisfacción y de lujuria queda apagado por la boca de papá que se come la mía con desesperación.

A pesar de mi fuerte contextura física y mi exuberante cuerpo papá me maneja como a una muñeca inflable.

Su lujuria… su pasión desatada le dan una fuerza desconocida y me provocan aún mas morbo a mi que ya me siento su esclava sexual.

Me toma de los brazos y, tirándose hacia atrás hasta quedar sentado sobre sus pies, me levanta junto con él.

Deja que mis piernas se desplieguen a ambos lados de su cintura… me sienta sobre su verga sujetándome por la cola. El sacudón que siento es sublime.

Mis tetas saltan por el aire cuando miro hacia abajo porque sentí como si su verga me hubiera salido por el ombligo.

-. Aaahhhhhhhh…. ayayayayay… siiiii…. me estas… llegando… hasta la gargantaaaaaaa… por favor… papito… como me haces gozarrrrr…. nooooo…. no te tires… para atrás… que se va a ir mas…. adentro y ya no doy massssss….. ayayayayay… como me gustaaaaaaaaa…

Lentamente, y aprovechando que abrazada de su cuello me sacudo como loca ensartándome en su verga, Gustavo desenrolla sus piernas por debajo mío hasta que, tirándose para atrás queda totalmente acostado en la moquete del living.

Estoy absolutamente empalada en su verga.

Siento palpitar estaca en mis entrañas. Me tomo con ambas manos la pelvis y me parece sentir, a través de la piel, el pistón gigante que mi vagina se acaba de tragar hasta los pelos.

Ahora estoy segura que lo que tengo dentro es mucho mas gigantesco que lo de anoche cuando con él perdí mi virginidad. Por primera vez en mi vida me están, verdaderamente, cogiendo como corresponde.

Me siento rellena. Me siento hermosamente cogida por una pija que me hace salir lagrimas de los ojos. Que me hace retumbar los oídos.

Que me incita a gritar como una loca. Me erotiza sentir violadas mis entrañas. Domina todos mis sentidos ese cosquilleo, esa excitación, esa lujuria de orgasmo constante que ya no logro controlar. La sensación de que una cuña al rojo vivo esta a punto de partirme en dos, me provoca un morbo terrible.

Papá masajea mis tetas con pasión y sus dedos aprietan mis gruesos pezones hasta el delirio. Mis caderas mezclan los movimientos hacia arriba y abajo y hacia atrás y adelante con una velocidad endiablada.

El tronco que tengo dentro me revuelve las entrañas y comienzo a sentir que, para mí, se termina definitivamente el mundo.

El escozor en las paredes de mi vulva, el fuego en mis entrañas, las mil luces de colores que inundan mi cerebro, el ruido infernal de nuestros sexos en una batalla a muerte en el mar de flujo de mis orgasmos… son los últimos síntomas que logro distinguir cuando un rugido incontenible, y no provocado, comienza a surgir de mi boca hasta tapar los quejidos, gemidos y jadeos.

Papá, ya en el borde de su propio orgasmo, me toma de los hombros por atrás y en un titánico esfuerzo por contener mis descontrolados movimientos, se cuelga y me empuja hacia abajo ensartándome hasta lo indecible.

Su boca en mis tetas termina de gatillar mi descontrol.

Gritando desde dentro del estomago voy desacelerando mis sacudidas para dejar que una cadencia suave y lenta permita que el orgasmo gigante que me esta sacando se mezcle, se bata, se emulsione, con el semen que papá esta volcando como una catarata en mis entrañas.

Sigo moviéndome cada vez con mas lentitud porque mi orgasmo no cesa.

Tomo entre mis brazos la cara de papá y mientras le doy un dulce beso en la boca siento que las contracciones de mi vagina están exprimiendo hasta las ultimas gotas esa barra de carne que me hecho sentir la mujer mas feliz de la tierra.

Otros relatos eróticos de Mariana19:

¿Qué te ha parecido el relato?


Descubre más desde relatos.cam

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo