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Iniciación filial I

Iniciación filial

Después de leer relatos donde mucha gente contó su experiencia con familiares me animo a contar vivencias de mis 13 – 14 años con mi mama de 39 – 40 años , hoy tengo 38, soy el menor de 2 hermanos y 2 hermanas, vivo en Bs.As. Argentina y los recuerdos me siguen calentando, disculpen los lectores si es demasiado extenso, pero así lo viví.

A pesar de no haber tenido ninguna relación sexual, mis hermanos me habían mostrado revistas porno y mi loca imaginación ó no, hizo el resto.

Desde muy chico en mi casa, por las noches nos reuníamos a ver TV. se apagaba la luz y estábamos en penumbra con solo la luz que emitía la TV. mi mama se acostaba en el sofá, y yo me acostaba junto a ella, muy pegadito, poniendo mi cabeza sobre sus pechos (que por cierto son muy grandes) sintiendo su aroma de mujer , y muchas veces me ponía de costado para poder acercar mi pene a su pierna, siempre esperando que ella me diera la espalda, para poder tener su culo a mi vista, pero nunca paso, tal vez porque ella no querría incitarme a nada loco, además en la habitación estaban mis hermanos y mi papa.

Muchas veces cuando me encontraba solo en la casa iba a su dormitorio y buscaba cosas que me excitaran, por ejemplo en su mesa de luz guardaba una toalla con la que seguro se limpiaba luego de coger con mi papa, tenia su aroma, su olor a concha (lo se por haber olido sus bombachas en el baño). Una vez hurgando entre sus ropas encontré un consolador, lo olfateé, lo lamí, esperaba encontrar sus jugos. Entre las cosas de mi papa también encontré forros, algunas revistas porno, y un pote de vaselina, al ver las fotos de las revistas me imaginaba a mi mama en esas poses, cogiendo conmigo, yo me ponía un forro, le ponía un poco de vaselina a mi pija enfundada y oliendo su toalla me pajeaba a mil, a veces hasta varias veces seguidas.

Llegue a espiarla cuando se duchaba, verla toda desnuda recorriendo su cuerpo con el jabón, fregándose las tetas, ver sus pezones de color marrón claro, su concha con poco pelo que casi se podía ver su raya, y su culo redondo hacia que me pajeara hasta quedar seco.

Lo mismo ocurría cuando la espiaba haciendo pis, sentir el ruidito del líquido saliendo los labios de su concha, y luego verla lavarse en el bidet me ponía de la cabeza.

Muchas noches de verano me levantaba sin hacer ningún ruido, mi papas dejaban la puerta de su dormitorio entornada y con la luz apagada cogían, yo me acercaba a la puerta gateando para poder escucharla cogiendo con mi papa, escuchar sus susurros y su jadeo.

Un buen día empecé a pensar como hacer para tener a mi mama junto a mi toda desnuda y haciendo el amor, ese amor de madre a hijo que es único, sin igual. empecé a darle más mimos, acariciar su brazo y como al descuido rozar sus tetas, al llegar de la escuela la buscaba para darle un beso tratando de hacerlo en la comisura de sus labios, que siempre los tenía pintados con un rojo pálido, acercando mi cuerpo la mas posible a ella.

Una tarde al regresar de la escuela, estaba ella sola en casa, estaba dormida en su cama, la fui a saludar, y al verla tendida sobre la cama, el corazón me empezó a latir muy fuerte, la observe sin hacer ruido intentando espiar mas allá del borde de su pollera que estaba por encima de sus rodillas permitiéndome ver parte de sus muslos blancos y firmes, me acerque y mire sus labios rojos que eran una invitación al placer, me imagine besándolos, recorriéndolos con mi lengua lentamente, saboreándolos.

Mi mama despertó y me saludo con una sonrisa, me acerque para darle un beso y por un movimiento torpe de los dos, le doy el beso en la boca (juro que sin intención), ella me sonrío y yo me puse colorado, me acosté a su lado y me acurruque con la cabeza en sus pechos, y ella comenzó a acariciarla, mi imaginación corría a mil por hora, sentía su aroma a mujer, podía oler su concha, la veía en mi imaginación, estuvimos así un buen rato, callados, solo disfrutando uno de las caricias del otro, ella me acariciaba la cabeza y yo paseaba mi mano por su estomago extendiendo el movimiento hasta el costado de su pecho, y me atreví a decirle

– Te quiero mucho mami, y le di un beso…

y ella me devolvió el beso, justo en los labios, la mire a los ojos, perturbado, note que su respiración cambiaba y pude ver su amor, pero no el de siempre otro mas caliente, otro amor mas físico, sentí un cosquilleo en mi estomago, como de nervios y no pude aguantar de darle otro beso esta ves con los labios un poco separados, ella respondió con su lengua, suave y dulce, su saliva era para mi como un néctar, busque casi con desesperación poner mi lengua en su boca, ella me separo un poco y me dijo:

-Despacio, tranquilo que soy toda tuya, y tenemos muchos tiempo…,-

Esto acabo de perforar mi cabeza, y mis pantalones, que ya estaban húmedos por las gotitas que salían de mi pene que estaba duro.

Mi mama volvió a besarme dejando que mi lengua busque la suya, trate de absorber toda su saliva, que estaba caliente y dulce, nos besamos durante varios minutos, mis manos traban de tocar todo su cuerpo a la vez, buscando abrir su blusa muy torpemente, ella volvió a calmarme.

Se sentó en la cama y mientras desabotonaba su blusa, me dijo que todo lo que fuera a pasar, no debía enterarse nadie, que solo era para ser vivido por nosotros, que los demás no lo entenderían, asentí con la cabeza, mudo de calentura al ver las montañas de sus pechos asomar de sus corpiño casi transparente que me mostraba los pezones marrones duros y apuntándome, los tome con ambas manos y empecé a lamerlos arriba del corpiño, esto calentó a mi mama que gemía y me apretaba la cabeza contra las tetas, esas tetas que tanto me gustaban, que tanto había espiado y que ahora las tenia delante mío, solo para mi.

– Déjame ver tus tetas, mami… –

le dije y comenzó a quitarse el corpiño, al hacerlo vi sus increíbles pezones duros, empapados por mi saliva, la pija me dolía de tan dura que la tenia, tenia miedo de acabar si mi mama me la tocaba, volví a la carga con sus tetas, las chupaba como queriendo sacar la leche que me daba cuando era bebe, mientras mi mama me besaba y acariciaba la cabeza, deje un momento sus tetas y busque nuevamente su boca, quería comerla toda, sentí nuevamente el dulce de su saliva, lo suave de su lengua, y acabe tontamente en mis pantalones, ella se dio cuenta de mis sacudones se separo de mi, me miro los pantalones mojados y me dijo:

– No te preocupes mi amor, mama te va a ayudar a limpiarte…

Lo dijo con ternura y calentura a la vez, con su voz agitada y entrecortada, y su mano entre las piernas, de tanta calentura no vi que mi madre se había estado masturbando mientras yo le chupaba las tetas, vi su mano libre metida entre sus piernas fregándose la concha por sobre la bombacha, un bombacha de las tantas que yo había olido en el baño, una bombacha negra semitransparente con encajes, no pude quitar la vista de su entrepierna, ver algunos pelitos salir de su ya desacomodada bombacha, hizo que me empezara a poner duro de nuevo.

Bajo de la cama y tomándome de la mano me llevo al baño, y ahí comenzó a quitarme los pantalones para ayudar a lavar mis partes que ya estaban duras de nuevo, al inclinarse un poco para quitarme los pantalones y el calzoncillo, vi el vaivén de sus pechos, los cuales nuevamente sobe con toda mi mano, y note como a mi mama se le ponía la piel de gallina ante mi contacto, y en esa posición con su cara cerca de mi pija le dio un beso a la cabeza y una caricia, se quito la pollera, para mi fue algo único, grandioso, verla con su bombacha húmeda la cual se quito lentamente dejándome ver el contorneo de sus caderas y su pequeño triangulo de pelos negros, entro en la ducha, dejando abierta la cortina para que yo pudiera verla, me quede parado mirándola a pleno, regocijándome de su cuerpo enjabonado, como cuando la espiaba, pero esta vez en palco de honor, ahí estaba ella sobándose las tetas con las dos manos, cuando pasaba el jabón por su concha se estremecía de gozo, con una sonrisa y un gesto de su mano me invito a ir con ella, ya bajo la lluvia tibia comenzó a lavar mi pene con tanta dulzura, con tanta suavidad, pasaba sus manos enjabonadas por todo el tronco de mi pija, cerrando su mano al llegar a la cabeza, pude ver en la expresión de su cara que realmente lo estaba disfrutando, y yo mucho mas, enjabone mis manos y comencé a pasarlas primero por sus tetas, bajando por su estomago hasta llegar a su pubis allí me detuve, con mi mano sobre sus pelos, comencé a hacer movimientos de círculos sobre ellos, y comenzó a temblar, sus mejillas tomaban un color rosado, cerro los ojos y comenzó a mover mas rápido su mano sobre mi pija, esto hizo que acabara en sus manos enjabonadas que me sobaban de forma única, especial, mi mama me sonrío y me dio un beso de lengua, luego nos enjuagamos y nos secamos dándonos caricias por todo el cuerpo, no podía creer que estaba viendo esos momentos, no podía sacar mis ojos de el cuerpo desnudo de mi mama.

Ya de nuevo en su cuarto, y más calmado, desnudo me recosté en la cama, ella lo hizo a mi lado y dándome un tierno beso me dijo:

– Ahora que estas mas calmado, vas ver como vas a disfrutar mas de todo esto, no sabes como soñé en tenerte así a mi lado, sentía calor cuando me besabas, o cuando te acostabas a mi lado y apoyabas tu cabeza sobre mi pecho, sintiendo tu respiración muy cerca.

– La verdad, es que yo también deseaba estar así con vos, pero no me animaba a nada. – le dije mirándola a los ojos.

– Bien que me mirabas la cola cuantas veces podías, me besabas cerca de la boca, o me rozabas las tetas, no…

– Te diste cuenta…

– No sabes como me ponía sentir tus labios húmedos cerca de los míos, tu mirada siguiendo el movimiento de mi cola, el solo roce de tus dedos hacían que me estremeciera sin entender bien por que, sos mi hijo no tendría que tener estas sensaciones.

– Y como te animaste a hacerlo conmigo? Lo haces con (sin nombres) mis hermanos.?

– No mi amor, con ellos no tengo este sentimiento, solo me pasa con vos, tampoco son los mismos sentimientos que con tu papa, por eso me anime, porque con vos hay algo especial, no se bien que es, es un impulso único que me nace de muy adentro, mas allá de todo…

Me tomo la cara y me dio un beso de lo más apasionado, único, que aun hasta hoy no lo he vuelto a vivir con ninguna otra mujer, respondí a su beso con la misma pasión.

– Ves lo que te digo, esta pasión, este deseo, este amor es solo nuestro, nadie lo puede vivir como nosotros. – me dijo con una luz en su mirada.

volví a besarla poniendo mi lengua muy adentro en su boca, bebiéndola toda, busque con mis labios su cuello, su pecho, sus pezones, los chupaba, los apretaba con mis labios, de nuevo con mi lengua en su boca, busque con mi mano su pubis, y pase un dedo por su raya, de arriba abajo, separando los labios esta encontrar la cueva húmeda que me dio la vida, esa cueva que rebalsada de jugos, esos jugos que soñé infinidad de veces, ese día eran míos,

me acomode entre sus piernas separadas y hundí mi cabeza entre ellas, la olí, por primera vez podía oler, esa concha fabulosa, su aroma era exquisito, nuevamente me desespere, quería comerla, pasaba la lengua a lo largo de su raya una y otra ves, poniéndola dura dentro de la vagina, tomando su esencia, mi mama me alentó a que me calmara, que fuera despacio, que disfrutara de ese momento sin igual, levanto un poco sus cadera separando mas sus piernas, dándome una mejor panorámica de los labios abiertos al sexo, al sexo mas puro que yo haya vivido hasta hoy, quería entrar, quería estar dentro de ella de nuevo, y que me volviera a expulsar como cuando me parió, quería ser yo mismo el que entrara y saliera de ese canal rosado, suave, lubricado.

Mi mama me saco de ese éxtasis perturbador, al tomarme de la cabeza y guiar mis movimientos, ella hizo que le lamiera alternando entre el clítoris y su cueva, dándome pausa para tomar aire y volver a la faena, la sentí acabar varias veces, tomando en cada una sus jugos que eran abundantes, tenia la cara empapada, llevo de mi cabeza hacia arriba, y me lamió la cara, la boca, hurgó con su lengua en toda mi boca, tratando ella de beber sus propios jugos.

– Ahora me toca a mi, mi amor… – dijo con la vos perturbada por la agitación y la calentura que estábamos viviendo y repitió conmigo lo que había hecho con ella, beso mi cuello, luego mi pecho, mis pezoncitos, bajo por mi estomago dejando un camino de saliva hasta mis pelitos (que eran pocos), dándome primero tiernos besos en la base del tronco, subiendo hasta la cabeza de mi pija, al llegar a la cabeza empezó a ponerla dentro de su boca lentamente, succionando, acariciándola con la lengua, no se cuanto tiempo demoro en ponerla toda en su boca, para mi fue una eternidad, sentir deslizar mi pija en su boca fue maravilloso, su cabeza empezó a ir y venir, la sacaba totalmente, la besa y empezaba de nuevo, entendí en ese momento porque me pedía calma, que disfrutara lo que hacia, ella realmente lo disfrutaba, me transmitía todo el placer que ella sentía al chuparme la pija, estaba por estallar no aguantaba mas y le pedí que se detuviera, la saco de su boca y me miro, también tenia la cara empapada, mezcla de mi pre-eyaculación y su saliva, la atraje hacia mi y esta vez fui yo quien repetía lo que ella había echo conmigo, le lamí la cara, y hurgué su boca con mi lengua.

– Vení mi amor, dámela toda… – dijo acostándose boca arriba con las piernas abiertas y flexionadas.

En un segundo me puse encima de ella, iba a cumplir el sueño de mi vida, “penetrar a mi mama”, temblaba de emoción, mi mama me acomodo sobre ella y tomando mi pija la guió hasta su concha mojada, dándome besitos me dijo que me calmara que fuera despacio, que lo gozara, que me tome mi tiempo, algo difícil de hacer por la calentura que yo tenia, me tomaba de la cintura para controlar mis movimientos mientras nos besábamos, nos chupábamos las lenguas, lentamente llevo mi pija cada vez mas dentro suyo hasta llegar a que nuestros pelos se entremezclen, ella movía la cadera en semicírculos frotando su clítoris contra mis pelos, yo trataba de no moverme por no acabar, porque sabia que todo aquello terminaría, mi mama empezó a acelerar sus movimientos, haciendo que mi pija entrara y saliera de su concha

suave y caliente, no pude aguantar a tan maravillosa sensación de placer, de gozo, de verdadera lujuria, le avise que estaba por acabar, podía sentir la leche que ya recorría el largo de mi tronco para desparramarse en ese canal y mezclarse con los jugos de mi mama, ella acelero mas sus vaivenes y empezó a acabar junto conmigo, empuje aun mas mi pija hacia adentro cuando sentí que su cueva me la apretaba y la soltaba en espasmos rítmicos, mientras sentía que mis bolas se mojaban de los jugos que salían del canal empapado.

Me desplome sobre mi mama, ella se relajo dejando su cuerpo tendido, agotado, sobre la cama.

– Gracias mi amor, fue lo mas maravilloso que jamás me ha pasado…-

Me dejo mientras me daba un dulce beso, y nos quedamos tendidos, yo encima de ella aun penetrándola, y acariciando sus pechos.

Las experiencias sexuales que tuve con mi mama me marco para toda la vida, creo que es por eso que aun hoy me ratoneo con mujeres maduras.

Cuando vuelva a tener valor para volcar mis otros recuerdos vividos con mi mama a la compu lo enviare…

Continúa la serie Iniciación filial II >>

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