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Familia bien avenida II

Familia bien avenida II

Nos habíamos dado cuenta, que alguien nos había visto. No sabíamos si mi novia o mi tía. Rápidamente nos vestimos, y fui a ver quién había sido. Al salir de la habitación, siento que alguien se está yendo del departamento, a su vez siento alguien duchándose. Voy al baño, golpeo, y me contesta mi tía, diciéndome que ya salía. Así que obviamente era mi novia la que nos había escuchado. Sin saber qué hacer, voy con mi madre, y le cuento que fue mi novia la que nos estuvo escuchado o viendo. No sabía qué hacer. Paso un día, dos… y supe nada más de ella.

Con mi madre, no ha pasado nada más, solamente conversamos del tema. Pero ninguno de los estábamos arrepentidos.

Una noche, festejamos el cumpleaños de mi tía. Invitamos únicamente a una vecina nuestra, de la cual se habían hecho muy amigas entre ellas y nadie más porque no era mucha la gente que ellas conocían. Al llegar de trabajar, vea a mi madre vestida muy elegante. Una remera ajustada, que marcaba muy bien sus pechos, un pantalón de vestir que marcaba su cola, casi a la perfección. Mi tía, siendo la agasajada estaba espléndida. Un vestido negro muy corto, con un gran escote en la espalda y sus pechos, no tenía más que el vestido al parecer, estaba sensacional.

Cenamos con nuestra vecina, charlamos, nos reímos, y sobre todo bebimos. Las que más bebieron fueron mi madre y mi vecina. Después de unas horas el alcohol hacía efecto, sobre todo en mi vecina, la llevo a su departamento con mi tía. Mi madre nos dice que se va dormir que está muy cansada (alcoholizada), mientras tanto, tratamos de llevar a mi vecina a su departamento la cual estaba muy borracha. Mi tía le pide la llave, ella se agacha para abrir la puerta, y colocar la llave, veo la hermosa cola de mi tía, con una diminuta tanga. Me excitación fue al instante. Entramos y la llevamos a la cama. Y la dejamos ahí, acostada. Mi tía pregunta si la desvestimos, para que esté más cómoda. La miro y le digo bueno hazlo, y cuando me estaba por ir, me dice:

¡Ayúdame!. Y no me costó mucho decir que sí.

Comenzó sacándole los zapatos y me dijo que le desabroche el pantalón. Una situación muy morbosa y excitante, pero mi tía lo hacía con toda naturalidad. Comencé a sacarle el pantalón, y veo su ropa interior. Nada espectacular, pero era excitante la imagen. Mi tía sonriendo me dice déjame a mí, en dos segundos ella la dejó semi desnuda, y mientras tanto yo no sabía mirar el culo de mi tía o a mi vecina desnuda. Estaba muy excitado.

Terminamos y nos fuimos al departamento. Al entrar voy a mirar a mi madre, y la veo acostada boca arriba, con su hermoso culo mirándome, igual que el de su hermana. Detrás está mi tía, y nos reímos al ver mi madre así.

Yo pícaramente, le digo vamos a tener que hacer lo mismo con mi madre, desvestirla. Mi tía sonríe y acepta. Pero me dice esta vez lo vas a tener que hacer vos, es tu madre. La tomo, la doy vuelta, y comienzo a sacarla su remera, y la dejo en corpiño, toda la situación me excitaba mucho.

Mi tía dice: ¿No te provoca nada, desnudar mujeres?…

A lo que contesto: ¿A vos qué te parece? Tenía ganas de decirle que más me excitaba era su culo.

Ella me dice: ¿Te excita desnudar a tu mamá?… No le contesto nada.

Y ella comienza un hermoso juego. Se excitará tu madre si la tocas… me dice. Pensé unos segundos, y mi excitación me llevó a seguir el juego.

– No lo sé. Probemos. Le contesto.

Y dejo sus pechos, al aire, mi madre dormía profundamente. Nos sentamos unos a cada lado de mi madre. Y comienzo con caricias en los senos, rozo tiernamente sus pezones, lo cuales reaccionan rápidamente. Mi tía me miraba mientras coloca sus manos en su entrepierna disimuladamente.

– Le pregunto: ¿Qué más le hago? – Ella me contesta: Bésalas… ¿A quién? Le pregunto. A quien tú quieras, me contesta.

Dirijo mi boca a los senos de mi madre, los rozo con mi legua, mirando a mi tía. Ella tenía su mano debajo de su vestido.

Qué haces, le pregunto… No me contesta.

Sin pensarlo me dirigí a ella. Fui directo a su boca. Nos besamos, desesperadamente sobre mi madre totalmente dormida. Me levanto y me tiro sobre ella. Como bestia, comienzo… a tocarla.

Vamos a otra parte que aquí está tu madre. Me dice.

Fuimos a la otra habitación, se acostó sobre la cama. Y me dice: HACEME EL AMOR, COMO LO HICISTE CON TU MADRE. Me quedé paralizado ¿Quién te lo contó? Le pregunto. Nadie, lo vi con tu novia. Me dice.

Ella no sé qué intentó con ello al decirme eso, pero me excitó más. Me dirigí a ella, me arrodillé, abrió las piernas. Y sentí una oleada de perfume a mujer excitada. Ella levantó su vestido, y yo comencé acariciar sus piernas… y delicadamente le saqué su tanguita, completamente húmeda. Sus gemidos eran suaves. Comienzo besándole las piernas acercándome cada vez más a su centro de placer. Ella me pide que me desnude, lo hago en dos segundos. Al quedar completamente desnudo, ante ella le pido lo mismo. Deja caer su vestido al suelo. Y nos miramos los dos. Y nos besamos con una fuerza salvaje tremenda. Nos tiramos en la cama, comienzo besándole su pecho… lo beso desesperadamente y no deja de gemir. Y finalmente llego, a su vagina la cual chorreaba de jugos. Dirijo mi legua, hacia ella… recorro cada rincón de su caliente vagina, provocándole gemidos, que eran casi gritos. Después de estar disfrutando unos minutos en su húmeda vagina, me pongo sobre ella, y me implora que la penetre. No lo dudo y lo hago. Comenzamos con movimientos salvajes… Rápidos… y ella llega a un orgasmo, el cual grita como una condenada. Y eso me excitaba más. Y me dice:

Espera que pongo en cuatro. Me quedé paralizado. Me dice: ¡¡¡Dale!!!… Mi tía, era tremenda. Al ponerse en cuatro veo su tremendo culo, pidiendo deseoso placer. A lo que mi tía me pide Placer… No lo pensé, y de un solo golpe, llegué a lo profundo de su cuerpo… Junto a un tremendo grito de placer y dolor de mi tía. Doy tremendos golpes sobre tu trasero… hasta llegar a derramar toda mi pasión dentro de ella. Llegando los dos a un estupendo orgasmo. Me pongo a su lado y le digo: Son ustedes dos las mujeres más excitantes que pude haber conocido. Ella me sonríe, igual que aquella vez con mi madre.

Y qué sucedió… Como aquella, vez nos vio alguien. Pero esta vez, sabía quién había sido. Estaba mi madre en la puerta…

¿Quieren saber qué sucedió?…

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