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De cómo mi sobrino me espiaba en el baño y tuve que follarmelo

De cómo mi sobrino me espiaba en el baño y tuve que follarmelo

Esta historia es totalmente real.

Jimena se estaba duchando temprano aquella noche, estaba algo cansada y solo tenia ganas de ir pronto a la cama con su marido.

Yendo hacia la pieza, el marido de Jimena recordó que debía llevarle la salida de baño a su esposa, la tomó del armario y fue hacia el toilete, sigilosamente, tratando de no hacer ruido para así poder sorprenderla.

Grande fue la sorpresa que se llevó, cuando descubrió que agachado frente a la puerta, estaba Esteban, espiando por la cerradura totalmente empalmado.

Pensó en sorprenderlo y levantarlo del piso a patadas, pero no, volvió sobre sus pasos y retomó el camino haciendo claros ruidos para anunciar su llegada.

Cuando llegó, su sobrino ya estaba a unos metros, simulando estar atándose los cordones de sus tenis.

– Que hay Esteban, vas a salir a correr a estas horas? , -pregunto burlonamente.

– No, solo me ato los cordones.

Se levantó, dio media vuelta, y se metió en su habitación.

Ruben se quedó unos instantes parado frente a la puerta del toilette, sin moverse, solo mirando hacia la habitación del muchacho, respiró hondo, golpeo y abrió la puerta para alcanzar la bata a su mujer.

– Gracias Ru …- , dijo ella con una voz suave.

– Te espero en el cuarto, no demores como siempre, si?

– No , amor.

Jimena no tardó demasiado, ni siquiera le dio tiempo para meditar en lo que había visto.

– En qué piensas , – preguntó Jimena , – algo te preocupa ?

– Ven, siéntate, te voy a contar algo que no vas a creer.

Ella se sentó en la cama, junto a él, desconcertada y con curiosidad.

– Hace un instante , cuando iba camino al toilette a llevarte la bata, encontré a Esteban espiándote, vaya a saber cuánto tiempo estuvo allí…

– Que dices ! interrumpió con un sobresalto.

– Como lo escuchas, espiandote, yo actué como si no lo hubiese visto, y él se metió en su cuarto a las corridas.

– Es un cretino ! Como no lo sacaste de los pelos , deberías haberle dado un escarmiento ! – , se la notaba algo enfurecida , – Ve a su cuarto y regáñalo.

– Tal vez él prefiera que vayas tú… dijo él y luego echó a reír.

La idea de ver a su esposa en la habitación junto al muchacho le produjo una sensación rara, placentera.

– Eres un pervertido, lo sabías ?

– El muchacho debe estar muy caliente, – le dijo el a su mujer. – Tal vez hasta este en su cuarto , sacudiendo a su “amigo”, recordando lo que vio…

– Qué…a qué te refieres ? ¿Masturbándose? preguntó asombrada, y se largó a reír.

– Que pasa, te agrada ser la fantasía del muchacho ?

Se sintió halagada al saber que Esteban la había estado espiando.

Luego tuvo curiosidad de saber hasta dónde habría visto.

Su marido no podía salir de sus eróticos pensamientos que ahora había llegado un poco más allá, imagino a Jimena entrando a la habitación del muchacho…

Como podría proponérselo a su esposa sin que fuera de mal gusto.

En un arrebato, tomó coraje y le dijo: “Te imaginas cuál puede ser su reaccion si tu estuvieras parada junto a él observándolo, lista para ayudarlo con su “trabajo” ?

Jimena quedó petrificada ante la propuesta, pensó que aquel pedido era algo subido de tono, y con un gesto de enojo le pego una fuerte cachetada en la espalda.

Los dos se quedaron en silencio durante largos segundos , mirándose fijamente , escuchando los gemidos que emitía su sobrino, tal vez, pensando en la propuesta.

Jimena empezó a sentir que esta situación la acaloraba, y esto la hacía sentir incómoda.

El la tomo de la mano y la llevó nuevamente hacia la pared, para oír mejor lo que sucedía en la otra habitación.

Los dos apoyaron sus oídos contra la pared , tratando de no hacer ningún ruido , concentrándose e imaginándolo todo.

– Creo que lo está haciendo con unas revistas, lo oyes ? dijo Jimena rompiendo el silencio.

La proximidad del cuerpo de Jimena lo motivó rápidamente, y no dudo en estirar uno de sus brazos y abrazarla fuertemente, para luego besarla en forma apasionada.

Ella lo recibió dispuesta, y luego de varios besos comenzó a deslizar su mano hacia abajo en busca de algo más.

No se sorprendió al notar que su marido estaba totalmente empalmado, y aprovechando la ocasión, con un suave movimiento le corrió el slip y comenzó a masturbarlo, tal vez motivada por lo que ocurría en la habitación contigua.

La respiración de Jimena comenzó a tornarse ruidosa y entrecortada, y los besos ya eran un torrente húmedo y tibio.

Él se apartó de un salto y volvió a la carga, esta vez sin rodeos, ambos estaban muy excitados y pensó que si la quería convencer, ese sería el momento.

– Por favor Jimena… quiero que entres a la pieza y hagas gozar a nuestro sobrino con una verdadera y muy caliente paja. No creo que tome mucho tiempo, hasta quizás ni llegues a tocarlo, creo que con sólo sacarte el sostén el muchacho terminaría…

Jimena esta vez no reaccionó y solo se quedó mirándolo, imaginando lo que él le pedía.

Esto la puso más nerviosa aún.

Cerró los ojos y se imaginó en la habitación, junto a su sobrino desnudo y al instante sus mejillas se pintaron de rojo.

Parecía que estaba por explotar.

Miró a su marido y le dijo que iría , pero que si se sentía incómoda saldría sin hacer nada. Que fingiría haber ido solo para retarlo.

El no se opuso en nada , sabía que una vez que su esposa estuviese dentro con el muchacho , no se echaría atrás.

Jimena se levantó y fue hacia la habitación del joven.

A mitad de camino se detuvo dudando de la decisión que estaba por tomar , pero sintió una curiosidad terrible de saber que pasaría al estar allí adentro.

Ya decidida, pensó que sería mejor si se quitaba el sostén , de esa manera dejaría transparentar sus pechos a través del fino camisón que llevaba puesto.

Siguió silenciosamente y se quedó parada observando desde la puerta.

Fue entonces cuando el muchacho presintió la presencia de Jimena y al verla allí parada, comprendió que había sido sorprendido, y con un movimiento brusco intentó taparse con la sábana.

– Oh Tía Jimena… no te oí llegar !, Se lo notaba muy avergonzado.

– Shhhhhh….no levantes la vos , le dijo ella intentando tranquilizarlo .

– Qué es esto ? , preguntó Jimena , mientras tomaba una revista que estaba sobre la cama de el chico.

– Nada tía , no es mía , me la prestaron.

Jimena pudo ver como su sobrino intentaba disimular una terrible erección cubriéndose con las sábanas.

-Te estabas masturbando ?

– NO !

– Te estabas masturbando ? ; volvió a preguntar con una sonrisa cómplice.

– Ahá…contestó casi imperceptiblemente.

Ella también estaba nerviosa , su marido había sido el primero y el único hombre en su vida.

Sentía curiosidad por saber cómo sería el miembro de otro muchacho.

Pero su sobrino era un adolescente aún, y eso la hacía sentir mal , aunque también la excitaba.

Decidió no resistirse más, y con un suave movimiento comenzó a correr la sábana con la que él se cubría, hasta dejar su polla al descubierto.

– Eres un chico muy guapo… ahora déjame ver como te masturbabas… Vamos, no tengas vergüenza… , si quieres yo puedo ayudarte ? Has estado alguna vez con una chica ?

El negó con la cabeza , sin emitir ninguna palabra, ella sería su primer experiencia.

Su sobrino iba perdiendo de a poco la timidez, ya que no apartaba la viste de los pechos de Jimena, que al darse cuenta le preguntó si quería verlos.

– Me encantaría ! exclamó.

Con un delicado movimiento corrió hacia un costado parte de su camisón, dejando al descubierto su hombro y uno de sus pechos.

No eran grandes, peros sí firmes y con unos hinchados pezones rozados.

Ella noto como el pene del muchacho comenzaba a agrandarse , mas de lo que ya estaba.

– Me dejas tocártelo ? preguntó el.

Sin responderse , comenzaron a intercambiarse caricias, él tocando toscamente sus pechos y ella disfrutando su suave miembro. Era fino , con poco bello.

Jimena estaba totalmente excitada , fuera de si ; ni siquiera recordaba que su marido debería estar escuchándola tras la pared.

– Oh tía , no puedo creer esto que está pasando , estoy muy caliente… Exclamó su sobrino , que no sabía si disfruta de los pechos o en la paja que le estaba haciendo

su tía.

– Voy a terminarme ¡

– No , espera un poco , no te termines todavía …, le dijo ella sin apartar su vista del pene del muchacho , … – ” debes ir mas despacio”.

En ese instante, el marido de Jimena entró a la habitación, él deseaba ver ese espectáculo.

No pudo contenerse y besó calientemente los labios de Jimena ante el asombro del muchacho.

Luego se sentó en la cama con ellos , y comenzó a besarle los pechos suavemente.

Jimena sintió deseos de llevarse el miembro del muchacho a la boca , era una extraña sensación de excitación y amor maternal.

Pensó que su marido tal vez no estuviese de acuerdo, que eso solo era para él. Pero después de todo, lo que estaba sucediendo en la habitación había sido su idea , por lo que ahora no podría detenerla.

Giró la cabeza, se acercó al pene de su sobrino y sintió en sus labios un roce tibio, y de a poco comenzó a bajar, muy despacio, luego con su lengua, y así continuo entre besos, labios y más lengua, hasta sentir como palpitaba la cabeza entre su labios.

La boca de Jimena fue follada por el pene del muchacho que gemía ante los placeres que su tía le otorgaba.

Su marido, ya demasiado caliente, intentó bajarle las bragas.

Jimena adivinó que sería penetrada mientras ella seguía chupando y se entregó totalmente abriendo sus piernas , mostrando su sexo para que su sobrino la vea completamente desnuda.

Estaba totalmente sometida al deseo de su marido y a su propia excitación.

El se levantó y se dispuso entre las piernas de Jimena. Su polla muy dura ya apuntaba hacia la vagina.

– Métemelo, dijo suplicando de excitación… mételo todo.

El comenzó a follarla con energía. Jimena sintió como la cabeza del miembro de su sobrino se agranda , igual

que cuando se la chupaba a su marido.

Agitadamente siguió besándola sin cesar…

Mientras, su marido la penetraba incansablemente hasta llevarla a un grado de excitación tal, que le hizo

comprender que pronto alcanzaría el clímax.

Pegado a su cuerpo, su sobrino anunció con gemidos que estaba por terminarse , y sin poder contenerse ,

acabó abrazando a los pechos de su tía , disfrutando cada chorro de semen que sentía salir.

Su marido todavía tenía resto, y logró que Jimena llegará al segundo o tercer orgasmo , hasta que no pudo contenerse y eyaculó dentro de ella, provocándole fuertes espasmos de placer.

De esta manera concluyeron un acto sexual que los llenó gozo y les otorgó un armonioso descanso después de una noche diferente.

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