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Confianza con mi abuela

Confianza con mi abuela

Soy Freddy, un joven de 18 años, vivos con mis padres y tengo 3 hermanos Natalia de 16 y Alex de 14.

Un día recibimos una llamada de madrugada de mi abuela Daniela, avisando que mi abuelo había fallecido a causa de un infarto.

Inmediatamente nos trasladamos a la ciudad donde vivía y consternados por el dolor nos sumergimos en un profundo abrazo todos los miembros de la familia.

A mi abuela Daniela la hicieron casar cuando tan sólo contaba con 15 años con mi abuelo por salir embarazada.

De esa unión nacieron tres hermanos, entre ellos, mi padre.

Mi abuela aún es una mujer hermosa con quien siempre he tenido una relación especial, incluyendo que le cuento sobre mis relaciones sexuales con mis amigas y novias, donde ella siempre me aconseja para obtener más éxito.

Lo cierto es que mi padre propuso que se fuera a vivir con nosotros por un buen tiempo, cosa que aceptó y le ayude a empacar sus maletas.

Cuando lo hacía noté algo curioso dentro de su armario, cosa que sorprendió mucho.

Era un consolador por lo que le pregunte a mi abuela Daniela que de quien era y porque estaba en su armario.

Ella muy apenada evadió mi pregunta pero yo insistí y le dije que se acordara que entre ella y yo existía mucha confianza, que sentiría tristeza sino me decía la verdad.

No le quedó más opción que confesarme lo todo.

Era suyo el consolador y lo utilizaba para satisfacerse ya que mi abuelo por su enfermedad no podía cumplirle sexualmente.

Lo cierto fue, que desde allí quedé pensando en las cosas que mi abuela hacía con ese consolador para masturbarse.

Cuando llegamos a la casa yo seguía manteniendo contacto con mi abuela, quien me seguía preguntando por mis relaciones sexuales.

Un día estaba navegando por internet y por pura casualidad encontré una página de incesto y de sexo con maduras. Mi impresión fue de ver algunos videos donde aparentemente salía un nieto con su abuela manteniendo relaciones.

Después de leer y ver muchos videos, me fui hasta la casa a hacerme una paja, ya que no tenía ninguna novia o amiga íntima para hacer el amor.

Sería que estaba tan concentrado que no noté que había dejado la puerta de mi cuarto sin seguro, y mi sorpresa fue mayor cuando vi parada en la puerta a mi propia abuela fijamente mirando lo que hacía.

Apenado por el asusto, me tape y le pedí que por favor se saliera de mi cuarto. Ella me preguntó que cual era el motivo que tenía para hacerme la paja.

No quise contestarle por mucha vergüenza pero ella me dijo las mismas palabras que yo le hice cuando encontré su consolador.

Tampoco tuve más opción que decirle la verdad, pero me extendí diciéndole que estaba super excitado con eso de incesto y del sexo con maduras.

Ella sonrió y me dijo que después hablaríamos mejor de todo eso.

Lo cierto es que días después mi abuela decidió dormir conmigo en mi cuarto, lo que a nadie les pareció extraño porque sabían que entre mi abuela y yo había muy buena confianza.

Esa noche cuando estaba acostado en la cama y mi abuela en la otra, me llamó para decirme que me pasara a su cama para que habláramos, cosa que hice y fue cuando empezó realmente todo los que acá les cuento.

Mi abuela me confesó que ella desde niña había sido muy fogosa, que en el pequeño campo donde había vivido fue una pequeña puta de todos los chicos de aquella época.

Me contó sin pena alguna que su desvirgamiento fue a los 12 años y se lo había realizado un vecino de 35 años junto a otro hermano, quienes la pusieron de mil formas.

Después fueron más de 7 compañeros de clases, donde muchas veces se iban hacia un río que existía en lugar, donde la llevaban a ella para todos hacerle el amor, cosa que disfrutaba mucho.

Incluso un día llegaron 2 policías y la encontraron haciendo el amor con dos compañeros más del liceo donde estudiaban, y la sobornaron con meterla presa por actos inmorales en la vía pública, cosa que después tuvo que complacerlo cuando a ellos se les antojaba.

“Allí fui desvirgada por el culo, e dolió mucho pero me gustó, me afirmó mi abuela Daniela.

Cuando conocí a tu abuelo –seguía diciendo- fue porque nos mudamos a otra ciudad y el era un chico que repartía el periódico por mi vecindad, a mi me llamó la atención y a los pocos días éramos novios y teníamos relaciones.

Desde allí le fui fiel pero al poco tiempo salí embarazada y mis padres nos obligaron a casarnos, por eso es que hoy soy tan caliente y de allí uso un consolador, porque quien se va a fijar en mi”.

Yo me quedé impresionado con lo que mi abuela Daniela me decía y le respondí: “Abuela tu eres muy linda y cualquier persona se fijará en ti, porque no creo necesario que necesites de un consolador; además yo te quiero mucho y estaría dispuesto hacer lo que quisieras por ayudarte.

Es más –continué diciéndole- las páginas web porno que vi, logre detallar que habían jovencitos con abuelas como tu, además había algo que se llama incesto”.

No aguanté más y prendí mi PC y nos pusimos a navegar las páginas de incesto y de sexo con maduras.

Allí todo cambió, ni mi abuela ni yo pudimos ocultar nuestra excitación, y ambos empezamos acariciarnos mutuamente.

Saqué mi miembro erecto y mi abuela me hacía una buena paja, pero cuando de repente notó que baja su cabeza hasta mi miembro y se lo metió en la boca sin chistar.

Me dio una excelente mamada que en 8 minutos aproximadamente estaba acabando en su boca.

Al rato se volvió a parar mi miembro y le baje sus pantaletas y la ensarte por su vagina, era increíble pero logré que mi abuela se humedeciera toda.

Volví acabar dentro de su cuca y nos fuimos a dormir juntos.

Al rato como a las dos horas mi abuela me despierta confesándome que quería más, comenzó a mamarlo de nuevo, se lo volví a meter en su vagina y al poco rato le daba por el culo.

Hoy somos buenos amantes y abuela ya no usa su consolador.

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