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Caray con mi abuela

Caray con mi abuela

Nosotros, mis padres y yo, vivíamos en unas casitas unifamiliares adosadas y como vecinos teníamos la suerte de tener a mi abuela Rosita que había enviudado a la edad de 60 años o sea hace unos 10 años y desde entonces no dejaba de irse de juerga con el Imserso pues es una autentica marchosa.

De su físico no se que decir, se trata de una mujer madura que como siempre se había cuidado mucho de su persona estaba de muy buen ver a pesar de su edad, además de tener unos buenos y generosos pechos así como un culito también muy generoso que dada sus costumbres en el vestir quedaban bien resaltados a la vista ajena. Y yo como cualquier otro sentía por aquella hembra una atracción muy especial a pesar de ser la madre de mi progenitora.

Aquel verano mi madre se fue con mi padre a pasar un fin de semana con mis tíos a un parador de Zaragoza, yo como ya tenia 20 años no supuse ningún problema a la hora de decidir que tendría que quedarme solo además debo decir que me puse contento pues tendría la casa para mi solo lo que es de agradecer.

Aproveche para quedarme en la cama hasta las doce del mediodía y entonces como hacia mucho calor decidí tomarme una refrescante ducha, como era costumbre en mi antes de nada me gustaba prepararme la ropa que me pondría, entonces fue cuando al buscar mis calzoncillos en el fondo del armario descubrí una revista que tenia olvidada ya sabéis una de esas de sexo duro llena de fotos y alguna que otra historia picantona.

Me puse a leerla y como era de esperar a medida que la hojeaba sentía subir mi excitación y mi pene “pedía a gritos” que le hiciera una sabrosa paja y aprovechando que estaba desnudo tendido sobre mi cama, cerré los ojos y agare con fuerza mi miembro y muy despacio empecé el masaje.

De repente note que no estaba solo en mi habitación y pude ver que allí estaba mi abuela contemplando el espectáculo con una mirada mezcla de sorpresa y deseo,.

– Vaya con mi nietecito y con su tranca en ristre, veo que todo sigue igual como cuando te bañaba y veía aquella hermosa pollita que me hacia suspirar y pensar en lo hermosos coñitos que tendría a sus pies. Verdad que dejaras que tu abuelita toque esa cosa pues hace tiempo que no veo una maravilla así?

Entonces como yo aun estaba bajo la sorpresa y no contestaba, se sentó al borde de mi cama y me atrapo la verga con su mano, exclamando:

– Que grande y dura la tienes, te parece si continuo lo que estabas haciendo ya sabes pajearte.

– Pues claro que si abuela, pero hazlo despacio.

Entonces me beso y empezó aquel maravilloso sube y baja que me producia mucho mas placer que el que yo hubiera podido proporcionarme.

– Te gusta como te masturba tu abuelita, a que si? Pues no dejes de avisarme cuando te vayas a correr tenemos que evitar a toda costa que le manches la cama a tu mamaita, y siguió con su trabajo (pero que bien lo hacia, es que la veterania…).

– Me corro, abuelita! No aguanto más, ahí va mi leche!.

Entonces ella, acercando su cara con la boca abierta dijo:

– Venga, nietecito mío descárgalo todo que aquí esta tu abuela para no desperdiciar ni una sola gota.

Y dicho y hecho se trago todo lo que broto de mi pene, y puedo decir que no fue poco, e incluso se metió mi polla en la boca para así poder tragarse hasta la ultima gota que salía de mis huevos.

Cuando acabo se puso de pie y limpiándose de la cara con su pañuelo los restos de mi explosión seminal:

-Bueno cariñito me voy a la cocina a prepararte algo de comer como le prometí a tu madre, así que dúchate y ven.

Yo me quede pensando en lo que había pasado, mientras ella se marchaba y una extraña sensación de nerviosismo me invadió.

Tanto es así que me puse de pie y desnudo como estaba y con mi pene con nuevas ganas de guerra, me fui hacia la cocina donde estaba mi abuela y sin hacer ruido me coloque tras ella y le susurre al oído mientras la agarraba por la cintura:

– Ahora te voy a encular como nadie te lo a hecho. Y le di la vuelta para que me mirara.

– Esta bien cariño, tu abuelita esta dispuesta. Pero te pide que seas dulce conmigo pues nunca me lo han hecho por el culo y creo que eso duele un poco.

-No te preocupes que tu nieto sabe como hacerlo.

Entonces la desnude, llevaba una especie de bambito celeste y debajo su sostén y sus bragas que pronto yacían en el suelo de la cocina y allí mismo le pedí que se pusiera a cuatro patas y cogiendo un poco de mantequilla de la nevera le unte su orificio anal que por cierto era tan estrecho como yo pensaba, e introduje en el primero un dedo luego dos y por ultimo una vela que encontré por allí y siempre preguntándole si le dolía a lo que respondía:

– Si un poco al principio, pero luego me gustaaaaaaaa! No pares nietecito mío y haz de mi culo lo que quieras

Y eso fue el disparo de salida para mi, así que empuje con fuerza y de un golpe seco de riñón le partí el culo a m abuela pues le introduje mi polla hasta que mis testículos chocaron con sus nalgas. Entonces ella lanzo un grito entrecortado.

– AYYYY! Que gusto! Sigue metiendo amor mio! No te pares que ahora voy a ser yo la que se corra.

Y acertaba pues tras un par de minutos de mis arremetidas anales sentí como se encogía dando a entender que había tenido un orgasmo y además podía sentir y oler un fluido viscoso que salía de su ano, yo antes de hacer lo mismo se la saque del culo y le ordene que se diera la vuelta para poder metérsela en su boca y volverme a correr pero esta vez antes de tragarse mi semen quería que me lo enseñara.

– Esta bien amor mío, como tu mandes las abuelas estamos para complacer a sus nietos.

Cuando todo hubo terminado nos levantamos y yo me fui a duchar mientras ella se vistió y me hizo algo de comer.

Del resto no vale la pena hablar o quizás si?

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