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El Cartero

Para sorpresa de Jazmín y mía se la saco y dijo que sé tenia que ir porque se le había hecho muy tarde, ella le rogó que le acabara adentro y que luego se fuera, el tomo su ropa y le contesto que la única forma que se quedaba un rato mas es si le dejaba darle por la cola.

Doña Mercedes la del décimo piso I

Acto seguido ella se ubicó en el sofá colocando su culo hacía afuera de manera que quedaba a una buena altura, mi verga que se había bajado un poco debido a la corrida anterior, inmediatamente tomo sus dimensiones y apunto directo a aquel culo que parecía llamarlo.

Carmen la nueva vecina II

Con lo que procedí, a masajear sus senos, y tomarlos con la mano y llevármelo a la boca, eran dos enormes esferas, que al contacto con mi boca mi lengua parecía desaparecer, luego de eso, nos dimos un largo beso, y la tire contra la cama, y ella se recostó

Carmen la nueva vecina I

Al escuchar eso, me calenté un poco más, luego le di la vuelta y empecé a tomar sus caderas y ella empezó a moverse también  y gemía mas fuerte cada vez mas, como una puta, empecé con mis manos a abrir un poco sus nalgas mientras ella pasaba uno de sus dedos por su culo.

Mi madura vecina

En lo que terminó la reunión se paro todo el mundo y yo estaba tan excitado que no me podía parar me quede sentado y ella se me acercó y me dijo en el oído que era un mirón y que le había encantado, que se imaginaba lo que yo iba a hacer esa noche.

Concha abre su concha

Pese a que sus bañadores eran pantalones bastante más largos de lo que me hubiera gustado, cuando salían del agua la tela se les pegaba a la entrepierna y podía comprobar que sus aparatos en desarrollo estaban muy bien, no del todo en reposo como a ellos les gustaría.

Mi alumno preferido

Me masturbaba a menudo pero no era suficiente, necesitaba un hombre, sentirme deseada y querida. Como dije estaba bien físicamente así que notaba las miradas de compañeros y hombres por la calle, aunque yo soy recatada en el vestir.

El sobrino de mi ex

Procedí a desabrochar su cinturón y bajarles los pantalones, ante mi apareció una pija en toda su gloria, comencé a darle una mamada de película, Roberto gemía y me apretaba las tetas, no tardó en llegar a un orgasmo inundando mi boca con su leche.

La venganza

Ella debió sentir el calor y la humedad de mi nabo a punto de atravesarla, porque empezó a acelerar sus respiraciones, creo que en el fondo deseaba que me la follara, incluso noté como retrocedió un poco su culo para sentir mi polla más cerca.