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Con la presidenta I

En algunos momentos de juegos eróticos , hacia que mi mujer me relatase alguna fantasía y en mas de una ocasión me contaba algunas de la picardías de su amiga, a la cual aparentemente le gustaba el sexo por sobre todas las cosas, lo cierto es que esto hizo que me fijase con un poco mas de atención en ella , me empezó a gustar sobremanera como vestía, muy moderna con camisas o remeras ajustadas que hacían sobresalir sus diminutos pechos y casi siempre en minifalda, lo que permitía observar sus proporcionadas piernas.

El juego de mi mujer

Alicia, sin soltar su pene, le susurró algo al oído y el reaccionó poco a poco y comenzó a acariciarla mientras tenían sus mejillas juntas. Yo no paraba de mirarles pero ellos a mi me ignoraban. Poco apoco comenzaron a animarse mas hasta el punto en el que Alicia acercó sus labios a los de Alberto y ya acariciándose sin ningún reparo comenzaron a besarse apasionadamente.

Diario de Verano IV – Final

Hoy mi marido, en la barca, ha comenzado a meterme mano en mi coño, primero un dedo, después dos, y al final casi toda la mano. He comenzado a convulsionarme de placer mientras le pedía que se quitase el bañador. Ya desnudos los dos me he puesto a mamarle su polla mientras él seguía con sus dedos en mi clítoris.

Mi esposa y mi amigo

El nos trajo dos tragos y salió del cuarto de baño, donde las dos permanecíamos detrás de la puerta de la tina. En ese momento intercambiamos los vasos y yo la bese como por impulso, ella se dejó pero estaba asombrada. Seguí tocándola y me di cuenta cuanto habíamos las dos deseado esa situación.

Diario de verano II

Me dio unas cuantas embestidas hasta que yo me corrí, luego se echo el en la cama y yo me puse a cabalgar encima de él, volví a correrme, entonces él me puso de rodillas en el suelo y él de pie, y poniendo su polla cerca de mi cara se corrió en ella.

Mi mujer es un putón I

Este es el relato de cómo descubrí que mi mujer que siempre había sido una mujer muy fría para el sexo me engañaba y como eso me convirtió en un cornudo, pero desde entonces nuestra vida ha cambiado y he convertido a mi mujer en un verdadero putón.

En mi closet II

Me dio mucha rabia escuchar eso, sobre todo porque no se preocupaba que yo pudiera llegar, trate de acomodarme un poco dentro del closet, pero tropecé y salí disparado hacia afuera, caí en el piso mientras mi novia de pie me miraba con cara de aterrada.

En mi closet I

Un día, mis padres me dijeron que salían de camping, así que aproveche para decirle a Vanesa que se quedara en mi casa ese fin de semana, Vanesa no se comprometió, ya que tenia que hacer muchos trabajos de la universidad, pero me dijo que esperáramos al fin de semana a ver que pasaba.

Otro fin de semana II

Llegamos al rastro y nos metimos en todo el jaleo, a mi me daban muchos empujones y a ella eran distintos, más que empujones eran restregones, eran mas despacio y se recreaban al pasar a su lado, algunos chicos la hacían corro y decían piropos y burradas a lo que ella contestaba con una sonrisa bastante picara. Ella estaba despampanante, sus pecho botaban sueltos y sus nalgas tenían un movimiento que volvía loco a cualquiera que estuviera detrás suyo.