Su atuendo preferido son las minifaldas que combina con un saquito al tono que realza formidablemente los pechos jóvenes que tiene. Además sus largas piernas que asoman por la minifalda terminan siempre en zapatos con tacos aguja, que me parecen de lo más sensuales.
Ella se levantó y yo me acosté boca arriba en la improvisada camilla. Ella se quitó el polo y sus senos, realmente soberbios, quedaron cubiertos por un sostén con encajes que realzaban su belleza; los pezones se apreciaban a través de la tela y amenazaban romperla.
Ante sus ojos apareció una polla inmensa, no tenia nada que ver con picha chica de su ya exnovio. Aquella polla gorda y nervuda que miraba al techo tenia una boquita de la que salía un líquido transparente que le llamó la atención.
Cuando entraron Luis y Jorge se quedaron pasmados de ver semejante hembra, con un cuerpo increíble, una bellísima cara, y sus ojos irradiando pasión y lujuria, y devorándolos con esa mirada de hembra ansiosa de ser follada intensamente. Inmediatamente en sus pantalones se notó la protrusión de sendos bultos, que hablaban de su estado.
Me detuve allí y sabiéndola desesperada por que continúe mi faena, lentamente me desvestí, quedando frente a ella, ofreciéndole mi cuerpo y sobre todo mi lanza en ristre, que ya la apuntaba con toda su magnificencia, erecta, roja, lista para el asalto final.
Debo confesar que recibí de esta mujer, el mejor sexo oral que mi persona haya experimentado jamás, con la experiencia de una profesional, Luciana recorrió con su lengua los más oscuros rincones de mi cuerpo sacando de mí, los placeres más intensos que un hombre puede recibir.
Cuando de momento sentí que sus labios junto a los míos, yo respondí inmediatamente, ya no dijimos nada no había necesidad de hacerlo, poco a poco nos empezamos a besar mas y mas cachondamente...
Al principio los dos estábamos un tanto nerviosos pero al caminar nos fuimos relajando y el tono de la conversación fue subiendo en calor mientras que iba guiando la caminata hacia un bosque bastante cerrado que hay a pocos metros del lugar y que por esa hora no es muy concurrido.
El viaje que nos esperaba era de órdago, 12 horas de viaje, así que no tardamos mucho en ponernos de camino. Habíamos estado dudando si salir por la mañana temprano o por la tarde, y nos decidimos salir por la tarde porque haría menos calor y porque al día siguiente se preveían grandes retenciones al cruzar Madrid.
Pues quedamos para cenar esa noche, le dí la dirección de mi hotel para que pasara a buscarme e irnos a cenar, a donde ella dispusiera que para eso era la anfitriona. Estaba tan ansioso por no saber si personalmente le caería bien, si a mí me gustaría, si habría química entre nosotros, que pese al cansancio del viaje, no pude echar un sueñito en toda la siesta
Después empecé a besarla y a acariciar su cuello y con mis labios. Estuvimos agasajando por un buen rato y ya cuando vi que ella estaba tan excitada como yo, me puse el condon y ella solita se quitó lo que le quedaba de ropa. Se abrió de piernas y se puso en forma de arco.
Un instante después y con mi corrida resbalandome por mis muslos me llevaron al cuarto de Toni, al llegar al cuarto me bese con Ramón mientras Toni se desvestia y después con Toni mientras lo hacía Ramón entre los dos besos ya me había quitado la poca ropa que me quedaba Ramón se tumbó sobre la cama y yo me acerque a el puede verle su polla de unos 18 cm ,gruesa, con un capullo grande de las que me gustan :)
Yo tenía a mi amigote, Ricardo el cual tiene un gran éxito con las mujeres y como esta huelga paralizaría todo tipo de actividad por una semana, excepto la actividad de los Cuerpos Especiales de la policía y gendarmería que llegaron a emplearse a fondo y con verdadera saña, contra todo grupo formado por 4 o más personas.
Me miró a los ojos desde la altura de mi pubis, mi verga tiesa y dura era sostenida por una de sus delicadas manos, haciéndola verse más gruesa y grande. Abrió su boca lentamente y sin dejar de mirarme dio un pequeño chupón a la punta de mi glande, un suspiro de placer escapó de mi pecho.
La lamia con esmero, era toda mía, me encantaba el sabor agridulce de la mezcla de la nata y su líquido, chupaba sus testículos uno tras otro y volvía a mamarla moviéndola con mi mano a la vez y de vez en cuando la ponía entre mis tetas haciéndole una cubana.
Deseas mi nabo. Quieres sentirme dentro de tus entrañas. Yo juego con tu placer. Amago la jugada, hago como si te penetrara pero no lo hago. Tu me miras y sonríes. Debes pensar "que cabrón que eres". Yo lo asumo y río. Cierras los ojos para sentirme.
Me quitas el resto de mi ropa sin mucha ceremonia, pero al quedar desnuda solo me observas, sin moverte, sin tocarme... tu mirada es la que recorre todo mi cuerpo. Das la vuelta y te acercas a la ventana, cerrada en ese momento, descorres las cortinas y te quedas mirando la lluvia...
La besé y mientras hacia esto dirigí mis manos al cierre de su sostén que cayó con facilidad, al notarlo baje mis labios de sus labios a sus pechos, los bese dulcemente, rodeando sus erectos pezones, tras esto me arrodille ante ella y bajé lentamente sus braguitas dejando a pocos centímetros de mi vista su precioso sexo, al verlo bese su escaso vello púbico y di un par de lametones a su ardiente sexo.
Cuando su amiga nos descubre tratamos de explicar lo que sucedió mientras nos arreglábamos la ropa, al no caber los tres en el reservado Jessica (la rubia) se va dejándome solo con Marcela, cuando estamos solos me dice que me desea y que podría calmar la calentura que le hicimos agarrar con nuestro espectáculo de susurros y por lo que vio al descubrirnos, al no responderle se acerca a mi y me besa en los labios mientras que con una mano
Esta es la historia de cómo conocí mas íntimamente a Jessica y a Marcela, dos compañeras de la facultad.