Últimos relatos eróticos:

dominacion

Mi cuñadita esclava VI

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Cris obedece, atrapada por mi cuerpo contra la encimera, y mi polla salta sola cuando su pequeña mano izquierda retira mi calzón.
no consentido

Mi cuñadita esclava V

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Sus tetas vuelven a estar libres, frente a mí, levemente húmedas de su propia saliva. Su coño mojado aún atrapado entre las piernas cerradas. La miro a la cara mientras me saca la polla y la agarra. Ya sabe lo que quiero, no he tenido que ordenárslo, así que empieza a masturbarme lentamente.

La doctora del placer

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la hermosa doctora Laura Uriarte de unos 40 años de edad esta sentada en su escritorio junto a su cliente Alejandro Gómez comentándole como a sigue su caso a cual ella es su defensora (ella es una excelente abogada de derecho penal) al lado de su cliente estaba su secretaria Estefanía de unos 31
dominacion

Mi cuñadita esclava IV

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Y siempre he disfrutado mirar a Cris. Obviamente, ella lo sabe. Pero gozo más aún de verla sabiendo que puedo observarla detendamente en vivo y desenvolverla cuando me dé la gana.
dominacion

Mi cuñadita esclava III

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Cuando se le escapa un gemido y chupo más fuerte y empiezo a darle lametones largos de nuevo, apretando en el pezón. Le azoto el culo y la miro. Estás gimiendo fácil, putilla. Ha sido buena idea, la de Carmen: “espera a pillarla in fraganti, y ahí le das”...
no consentido

Mi cuñadita esclava II

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Le junto las tetas para chupar ambos pezones lo más cerca posible, mientras ella acompasa el movimiento de sus caderas a las mías. Está dejándome su humedad en el pantalón, la siento en el tronco de la polla a través de la tela...

El fuego después del fuego

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El amor, después del amor tal vez, Se parezca a este rayo de sol, Y ahora que busque y ahora que encontré, El perfume que lleva el dolor, En la esencia de las almas, En la ausencia del dolor, Ahora sé que ya no puedo, Vivir sin tu amor.

Mi cuñadita esclava I

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Las tetas de Cristina se aplastan a su vez una contra la otra, ondulando rápidas como flanes, presionadas por su brazo izquierdo. Su mano está dentro de su pantalón, entre sus piernas, y sus nudillos se dibujan en la fina tela, mientras se masturba.

Elise XII

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Todo su cuerpo sufrió un espasmo y se puso rígida, arqueándose sobre la cama con mi boca y mi lengua acariciando su húmedo agujero y clítoris. Solté su coño y me incorporé mientras su cuerpo temblaba con fuerza en su orgasmo. Pareció pasar mucho tiempo antes de que soltara la colcha y se desplomara.
trios

Vecinos, amigos y los compadres VIII novena

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No podía creer, que ninguno de los dos me hubiera llenado de leche, pero así sucedió, me dejaron relajar y al ver sus vergas duras y paradas no pude contenerme y los hice acomodarse en la cama uno junto al otro, me monté encima de una pierna de cada uno y pude mamar sus troncos teniéndolos
bisexualidad

Érase una vez en una isla III

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Alessio y Giorgio han ido a disculparse con Anilem y esta les sorprende con su actitud; ambos aprenderán una lección muy importante de manos de esta sabia nativa ¿Quieres ver como Anilem hace reflexionar a los dos jóvenes marineros y como prosigue su relación de aquí en adelante? Continúa leyendo.

Elise XI

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Elise se arqueó hacia arriba y gritó cuando su coño se espasmó en mis dedos. Sentí su ano apretarse en mi dedo y empujarlo hacia afuera mientras jadeaba en busca de aire. Su cuerpo se estremeció y sus piernas temblaron cuando su orgasmo la recorrió.

Mi lado activo

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En un viaje en el que me prometí a mi mismo portarme bien descubrí que aún sin proponérmelo el sexo me busca para enredarme en su placer

Érase una vez en una isla II

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Luego de haber sido confrontados por Anilem, quien se retiró ofendida y llorando; Alessio y Giorgio se enfrentan a su frustración y sus sentimientos de culpa, pero a partir de allí surge una nueva conexión entre ellos y son capaces de perdonarse mutuamente ¿Lo hará también Anilem más adelante?
amor filial

Las perversas fantasías de Astrid

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El búnker ya no es seguro para Astrid y Lars y deben idear un plan de escape. Mientras se piensan como enfrentar al peligro más temido, Astrid confiesa una de sus fantasías más perversas.
amor filial

Nuestras más oscuras fantasías

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El miedo a lo que hay afuera rompe todas las barreras, y los hermanos dan rienda suelta a sus más oscuras fantasías y perversiones, sabiendo que probablemente deban quedarse en ese búnker toda la vida.
amor filial

Aquello que nos excita

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Pasan los días y los hermanos empiezan acostumbrarse a la nueva rutina. Sin embargo descubren que no están solos en ese paraje desolador. Lo que van a encontrar los hace unirse de una manera que nunca hubieran imaginado
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