Lentamente empezó a subir sus manos, de mis muslos pasaron a mi cintura… lentamente recorría mi cuerpo y mi corazón empezaba a exaltarse. Siguió subiendo hasta que llegó a mis pechos... Cuarta parte de mi historia real acerca de mi despertar sexual. Cada vez más cerca a mi primera relación sexual.
Algunos de ustedes habrán leído uno de mis Relatos donde luego de varias orgias salí embarazada lógicamente sin saber quién era el papa.
En esta ocasión, les voy a relatar como, en otra reunión, igual me la metieron entre 12 viejos pervertidos, pero ahora estando embarazada.
Swingers. Martin de 50 años bien llevados estaba en la sala de su casa trabajando en su notebook mientras era acompañado de unos deliciosos quesos. De pronto baja las escaleras su esposa Roxana de 10 años menor que el, hermosa con un vestido negro escotado de espalda
Mis 12 años de terapeuta, respaldan mi trabajo, pero mi físico atrajo mujeres que solo quieren sentirse mujeres, les humedece la vagina sentirse sexis , y deseadas.
El esposo descubre, por accidente, que los nuevos ventanales permiten a los vecinos ver a su esposa Susana desnuda en la intimidad del baño. Entre sorpresa, celos y excitación, comprende que guarda un secreto capaz de cambiarlo todo.
La imagen de Ashlee reemplazando a Bella me vino a la mente. Vi su rostro flotando frente a mi polla. Sus labios carnosos y sensuales besaron suavemente la cabeza mientras sus uñas cuidadas rozaban mis muslos desnudos. Tragué saliva con fuerza al pensarlo, teniendo que luchar de nuevo para recupera.
Tras aquel día que me metió su enorme polla mi vida cambio, al llegar a casa ya no fue lo mismo me sentía como que todos sabían lo que había hecho, ya dejé de ir por ahí un buen tiempo pero en mi soledad empecé a masturbarme aunque no salía nada pero si me daba placer y al masturbarme empecé a tocarme el culo
“¿Me dejarías sentarme en su cara mientras te la follas? ¿Te gustaría hacer que me coma mientras Erin se sienta en tu polla? ¿Podrías jugar con tu adorable asistenta mientras odio follar con esa pequeña zorra? ¿Y si las dominamos completamente a las dos, cariño?
Todavía podía sentir sus labios alrededor de mi polla, pero ella había dejado de trabajar el sensible eje. Simplemente lo mantuvo en su lugar mientras comenzaba a bajar de mi euforia. Menos de un minuto después, gemí: "¡Joder! ¡Me corro!".
Guíe su boca de vuelta a mi polla, y no opuso resistencia mientras sus labios se conectaban con mi miembro sensible una vez más. Soltándola, cerré los ojos y recosté la cabeza en la almohada, dejando que ella marcara el ritmo mientras disfrutaba de la experiencia de que Bobbi Nanford me la chupara.
Mariana tenía 34 años, hacía siete meses se había separado. En realidad, él la había dejado de un día para otro con la sola explicación de que el amor se había terminado. Tenían un hijo de nueve años y un lindo chalet de dos plantas en la calle…
Cristopher y Fernanda se quedan a solas y cruzan una línea peligrosa. Luna comienza a sospechar que algo extraño ocurre en la casa. Las primeras veces no se olvidan.
En una tarde hermosa, en un área de juegos deportivos,ellos deciden ser cómplices, amigos,olvidandose por un momento de su relacion de 7 años y dejan que pase lo que tenga que pasar
Helen no esperó respuesta. Sin dejar de manipular mi polla con una mano, me sujetó la barbilla con la otra y me acercó la cara hasta que nuestros labios se encontraron en un beso lánguido. Mientras me besaba, me dio un suave empujón en el hombro y yo obedecí.
Cerró los ojos y sonrió, sus labios ligeramente apretados contra los míos de nuevo en un beso abrasador. "Toda tuya". La punta de mi polla se abría paso lentamente en su coño mientras se mecía contra mi entrepierna. Sentía como si la lava envolviera lentamente mi miembro.
Y luego continuó tragándose mi polla. Su lengua bañó la parte inferior de mi polla mientras comenzaba a bajar la cabeza, tomando más de mi polla en su boca. Antes de que supiera lo que estaba sucediendo, pude sentir la punta de mi polla llegar a su garganta, y sentí que estaba a punto de perderla.
Natalie estaba de pie en la puerta de mi cubículo, apoyada en el marco. Llevaba un jersey fino de punto blanco y una falda negra que le llegaba justo por encima de las rodillas. El jersey realzaba de maravilla su generoso pecho y la falda le ceñía las caderas de la misma manera.
Ella poco a poco estiró las dos manos hasta agarrarle la verga por la mitad; el cuñado solo se recostó en la cama y ella lo comenzó a masturbar lentamente mientras se acercaba para mirarle la verga, muy de cerca.
De cómo descubrí el sexo en la preadolescencia, en una época en que no había móviles ni internet, y el sexo sólo era accesible a través de revistas porno y de cintas VHS