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Any VI: Regreso difícil

Any VI: Regreso difícil

Sin la mas mínima noción del tiempo transcurrido desde el anochecer, en que Marcos me cogió hasta el hartazgo, me despierto encandilada por los rayos de sol que entrando en la habitación dan de lleno en mi cara.

Muevo un poco mis piernas y siento un generalizado dolor muscular… como si hubiera corrido una maratón.

Mi sexo esta en muy malas condiciones… arde, pero esta vez no de pasión… lo siento irritado y muy dolorido. Me duelen las piernas, los brazos, la espalda… me duele todo… absolutamente todo.

No puedo coordinar mis ideas. Tengo, eso sí, muy en claro que anoche he cometido un grave error del que tarde o temprano… me arrepentiré.

Haciendo un verdadero esfuerzo logro sentarme en el borde de la cama… la habitación gira lentamente en torno mío… vuelvo a dejarme caer de espaldas. Mi Dios, que mal que estoy !!!!

Recuerdo claramente que el vuelo en que llegan Fatiga y Carolina tiene horario para la ultima hora del día. Pero… ¿tendré tiempo de recuperarme, para ese momento?

Vuelvo a sentarme en la cama y comienzo a mirar distraídamente en mi derredor. Mi mirada se encuentra con un vaso con restos de jugo de fruta sobre la mesa de luz.

No… no lo había soñado… Marcos me había traído jugo fresco después que yo cayera casi desmayada en la cama.

Estaba muy enojado cuando se encerró en su habitación después de la indescriptible sesión de sexo que habíamos tenido.

Pero…. no tanto para no tener la delicadeza de traerme algo para calmar mi sed. Un amor…!!!

Un nudo en la boca del estómago parece borrar de mi mente toda referencia a lo que ocurrió anoche. Mi conciencia, tan maltrecha como mi cuerpo, masculla en voz baja que quizás en mis entrañas se esta desarrollando ya, el problema mas grande de mi vida.

Caminando lentamente, transporto mi desnudez temblequeante hasta el baño.

Un acto tan simple como orinar me lleva todo un procedimiento… además del dolor en los músculos… un incomodo ardor en mis labios vaginales.

Abro la ducha y me quedo mas de una hora, casi sin moverme, sintiendo como el potente chorro de agua masajeaba mi dolorido cuerpo.

Luego, envuelta en un una bata de toalla, me siento en la cama para analizar un poco la situación.

Lo hecho… bueno… hecho está, pienso. Tengo que analizar las consecuencias. Y, sobre todo, tener muy en claro que nadie me ha obligado… es mas… si hay culpas… son todas totalmente mías.

Abstraída en mis pensamientos… (o quizás remordimientos) de pronto recuerdo que debo hacer desaparecer los dos porritos de marihuana que hurte en casa de Moni.

Mientras voy hacia el tocador a buscarlos cambio de idea… los guardaré…

Fatiga no ha sido ningún santo en su vida, aunque esta retirado de ciertas cosas, quizás algún día sea interesante tenerlos.

Busco en mi placard la caja de madera donde guardamos algunos <chiches> para nuestros momentos íntimos (muchos de los cuales hemos comprado mas por curiosidad y aún no los hemos usado).

Al abrir la caja encuentro una nota de Fati prendida a un pimpollo de rosa, ya casi totalmente marchito por los días pasados, que dice:

<Mi amor, si lees esta nota es que aún no he vuelto de viaje para retirarla. Si has abierto la caja por sentirte sola y mal… solo te pido que tengas paciencia.

Si la has abierto porque estas muy excitada y a punto de hacer lo que vos llamas una trampita, solo quiero decirte una vez mas que para mí no hay trampas, ni trampitas.

Quiero que, siempre, por sobre todas las cosas, seas auténtica con vos misma. No te ates a falsos prejuicios. Ya sos una mujer… tenes derecho a determinar lo que te vas a dar a ti misma.

Estas preparada para ello… en eso hemos trabajado desde que nos conocimos. Solo quisiera que guardaras para mi tu corazón… sin él, para mí, la vida no tendría razón de ser. Un beso, con mucho amor, Fatiga.

Me tiemblan las manos… mi amor me ha demostrado una vez más que sabe mucho mas de lo que demuestra.

Puede seguir sorprendiéndome hasta al saber de antemano que yo puedo llegar a tener una debilidad. Una sensación de culpa me invade por completo.

En el reloj de la cómoda son las cinco de la tarde… faltan siete horas para que llegue el vuelo. Tengo que estar en excelente estado para cuando ellos lleguen.

Tengo un apetito voraz que me hace sonar el estómago vacío. Envuelvo mi largo pelo mojado en una toalla, acomodo un poco mi bata y bajo a la cocina.

Al terminar la baranda de la escalera una notita de Marcos dice: << Any… En cuanto te levantes llámame que tengo algo muy importante que decirte. Es MUY urgente>>.

Me asomo a la puerta de la cocina que da al patio y lo veo en la entrada de la caballerizas acomodando unos arneses.

-. MARCOOOOOSSS… estoy levantadaaaa.- le grito desde allí. El deja lo que estaba haciendo y sale corriendo hacia donde yo estoy.

-. Hola Any.- me saluda entrando como una tromba en la cocina.

Va directamente a un cajón de la cocina, saca una pastilla. Sirve un vaso de agua y me da ambas cosas.

-. Tomá… tomá esta pastilla por favor.- me dice muy serio.

-. Que es, Marcos?.-

-. Vos tomala… después te explico.-

Es tal su convicción y esta tan serio al decirlo que un poco anonadada la tomo sin chistar.

-. Marcos… vos sos veterinario… pero yo no soy un animal para que vos mediques a tu antojo.- le digo en tono de broma.

El me mira con cara de pocos amigos y me dedica una imperceptible sonrisa mas de compromiso que sentida.

-. Mira Any… anoche hemos hecho un cagadón fenomenal. No hagamos mas jodidas las cosas y evitemos que eso nos traiga mas consecuencias que las que, estoy seguro, nos va a traer con Caro y con Fati. Te di anoche, cuando estabas dormida, la primera toma de una píldora que se llama <del día después>… es para evitar que quedes embarazada… son dos tomas… esta de recién es la segunda. Ya esta… ahora ya estoy seguro que no corremos, por lo menos, el riesgo de que, encima de todo el quilombo que vamos a tener, quedes embarazada.

-. No sabia que eso existía… como es eso?…explícame!!!

-. Es un medicamento que cierra y obstruye temporariamente todos los conductos por donde deben circular los elementos que intervienen en la fecundación… evita que el óvulo fecundado anide en la matriz… por tanto no quedas embarazada.

-. Mirá vos !!!… primera vez que escucho algo de eso.- trato de decir algo sin demostrar mucho entusiasmo pero la verdad es que me siento, de pronto, muchísimo mas aliviada de saber que no tendré consecuencias mayores a las que se avecinan.

-. Que vamos a hacer… o decir… porque tu cara es imposible disimular, Any… estas muy demacrada… no podes hacer algo para que no se note tanto?.- me dice Marcos con una cara de preocupación indisimulable.

-. Vamos a decir que anoche tuve una nueva descompostura igual que la de hace algunos días… NO… mejor… vos anda a buscarlos al aeropuerto y les decís que yo estoy con una descompostura de hígado por haber matado la ansiedad con una caja de bombones. Ahora anda en el auto hasta el centro y compra una caja grande de bombones o chocolate en rama. Vamos a tirar la mayoría a la basura dejando los envoltorios vacíos en varias partes de la casa… dale… anda rápido!!!!

Mientras Marcos sale raudamente en busca de nuestra coartada me pongo a pensar que quizás con eso solo no bastará. Que debo asegurar aún mas la situación. Solo se me tiene que ocurrir… como?.

Marcos regresa y nos ponemos a preparar todo el escenario de una casa de un día y medio sin Angela (la señora que se ocupa del orden y limpieza) y con restos de un atracón de bombones.

Marcos va a guardar los animales y a cambiarse para ir al aeropuerto. Yo me doy una nueva ducha. Me pongo ropa interior y un buzo pijama de algodón. Me meto en la cama… casi al instante quedo profundamente dormida.

Me despierta el beso tierno y dulce de mi amor. Abro los ojos y están los tres. Detrás de Fati están, abrazados por la cintura, Caro y Marcos.

A los viajeros se les nota en sus rostros el cansancio del largo viaje en avión.

Pregunto la hora y me dicen que son las dos y media de la madrugada. Ellos, sabiendo que yo estoy descompuesta, han parado a cenar por el camino desde el aeropuerto.

Con la propuesta de charlar mañana las alternativas del viaje, simulando una somnolencia propia de mi inexistente descompostura saludo a todos y me vuelvo a hacer la dormida.

Mientras Fati se da un baño en el jacuzzi comienzo a sentir los primeros ruidos de la batalla sexual que se inicia en la habitación de Carolina.

Lo que escucho no me motiva como en días pasados, es indudable que he quedado mas que tranquila con lo experimentado anoche.

No me siento en condiciones de nada así que pongo música en la radio de mi mesa de noche y me acomodo en la cama quedando profundamente dormida. Cuando Fati llega del baño yo ya duermo profundamente.

A la mañana siguiente, casi cuando recien sale el sol (tantas horas de sueño seguidas me han hecho muy bien pero ya no logro seguir durmiendo) me levanto y mientras preparo el desayuno escucho las noticias de la mañana.

Como Fati ha decretado un par de días de descanso después del viaje, estoy segura que todos se quedarán en la cama hasta tarde.

Salgo ha hacer mi sesión de carreras diarias y me encuentro con Marcos que esta sacando a varear los primeros petisos.

-. Como anduvo todo, Marcos?.- pregunto para estar al tanto como andaban las cosas por el otro frente.

-. Bastante bien, Any. En realidad, mejor de lo que yo me esperaba. Y te cuento una cosa. Casi… casi por muy poco no tenemos que pedirnos disculpas mutuas.

-. Como es eso… no entiendo.-

-. Caro, después de hacerme el amor como una ninfómana, casi hasta las cinco de la madrugada, me contó que Fati estuvo bastante decaído los últimos días. Y que se tuvo que contener para no aliviarle la tristeza, jajaja.

-. Pero… ¿pasó algo… entre ellos?.-

-. Nooo… pero según me cuenta Caro estuvo a un paso de irse hasta la habitación de Fati, la ultima noche, para levantarle el animo.

-. Porque te contó eso?.-

-. Porque me pregunto como me había portado. Yo te dije que nosotros habíamos hablado sobre lo que yo sentía físicamente por vos… lo recordas?

-. Si… pero vos… que le dijistes?

-. Nada… bah.. que no había pasado nada.. que vos habías estado mal la mayor parte del tiempo… y eso… por eso ella me contó que Fati estaba decaído también

-. Ahhh…. pufff… bueno… menos mal… bueno.. me voy a correr un rato… chau

-. Chau, Any…. ahhhh, como ellos no van a trabajar hoy… pensaba hacer un asado… llegarán Don Mario y Angela a tiempo para almorzar?… los cuento en el asado?

-. Si… Marcos… ellos llegaran en cualquier momento… contá que seremos seis.

Cuando vuelvo de correr, a lo lejos veo a Fatiga y Marcos taqueando un rato para hacer practicar un poco los caballos. Entro a la casa y como no veo a Carolina me meto directamente en la ducha.

Con los ojos cerrados dejando que el agua pegue en mi cara me dejo estar pensando que, afortunadamente, me he recuperado de mi catastrófico estado de ayer.

No estoy cien por ciento en condiciones, pero me siento verdaderamente bien.

Abro los ojos y al mirar hacia la puerta me encuentro con Carolina que, con cara de dormida y aún en camisolín, estira sus músculos apoyada en el marco de la puerta del baño.

-. Hoooolaaaa Caro!!!… que carita nenaaa… jajaja. Tanto te deterioro el viaje?… jajajaja.

-. Siiii… vistes, jajajaja… es que un avión me transportó… y otro… mas grande y violento… me pasó por encima, anoche en mi cama….. jajajaja

-. Jajajaja… veni negrita… veni… compartí conmigo la ducha que te doy un baño y unos masajes… jajajaja

Carolina se saca la única prenda que la cubre y se mete debajo de la ducha. Nos abrazamos con mucho cariño. Mientras a ella el agua, que cae en su cara, la despabila del todo, tomo la esponja y comienzo a pasar jabón con mucha espuma por todo su cuerpo.

Ella se deja hacer. Se da vuelta y dándome la espalda la apoya sobre mi pecho para que pueda pasar la esponja por sus tetas y su pubis como si fuera el mío.

Me erotizo mucho el abrazar ese cuerpo suave y resbaloso y el sentir la entrega total que tengo entre mis brazos.

Caro gira su cabeza hacia atrás y mirándome con mucha dulzura me da un suave beso en los labios. Lentamente su cuerpo va girando hasta quedar enfrentadas y besándonos con cada vez con mas intensidad.

Siento su mano que baja desde mis tetas hacia mi pubis.

Sin pensarlo abro un poco mis piernas para que pueda acariciar mi sexo como ambas lo deseábamos. Yo la imito y una sensación hermosa nos une entre suspiros y besos entrecortados por la necesidad de jadear.

De pronto siento que Caro se sobresalta… instintivamente miro hacia donde ella mirando. En la puerta del baño, mi adorado Fati, desnudo, con cara de cierta sorpresa… y agazapado como predador al acecho de una presa… ¡¡ Como le conozco esa cara!!!… ¡¡y como me erotiza vérsela!!!

-. Mi amor… te venias a duchar?…

-. Si… estaba muy transpirado de montar y venía a la ducha… cuando sentí el ruido del agua pensé que estabas vos… por eso estoy desnudo… no esperaba esta sorpresa tan grata!!!

-. Pero veo que la sorpresa ha comenzado a despertar al león, jajajaja… no esta del todo dormidito como de quien viene de cabalgar, jajajaja… vení… con Caro vamos a bañarte y hacerte unos masajes… veniiiii!!!… no te quedes cortado… daleeee!!!

-. Hace varios días que el león no duerme… jajajaja…. también… me mandastes de viaje con la policía de custodia… como para intentar algo… joderrrr… jajaja… Caro fue una vigilante perfecta.. jajajaja

Caro se ha quedado de una sola pieza. Pero sus mejillas están encendidas. Supongo que un poco por nuestras caricias anteriores…. pero a medida que Fati se acerca a la ducha su mirada es sumamente delatora.

Sin mucho preámbulo ponemos a Fatiga parado entre nosotras y comenzamos a enjabonar su cuerpo con verdadera dedicación.

Después de un rato lo doy vuelta para que quede de frente a Carolina… ella esta un poco cortada y lo enjabona con lentitud… desde atrás puedo ver que, cuando dí vuelta a Fati , ella no pudo contener una mirada a la verga que ya esta casi totalmente parada. Tarda bastante en volver a levantar la vista.

Me agacho y, desde atrás, meto mi mano entre las piernas de Fati. Tomo su falo acariciándolo y levantándolo desde abajo.

Empujo levemente su cuerpo y lo obligo a que se acerque mas a Caro. No veo, pero por los movimientos intuyo que Fati ha abrazado a Caro y la esta besando.

Mirando los pies de ella me doy cuenta que instintivamente esta separándolos.

Corro mi mano, desde atrás y por abajo, hasta la punta de la verga y mis dedos tocan el sexo de Caro… estamos a solo dos o tres centímetros!!!

El agua ha barrido todo el jabón de nuestros cuerpos. No se si por un arrepentimiento o temor Caro se corre hacia atrás y obliga a Fati a que se de vuelta. Su verga amenazante queda a la altura de mi cara. Fati cierra el agua de la ducha.

Miro hacia arriba y veo las manos de Caro que desde atrás abrazaban a Fati sobándole las tetillas.

Comienzo a mover mis manos sobre su verga. El tira su cabeza hacia atrás y supongo que Caro esta mordisqueando su cuello y su nuca (sus puntos débiles).

La piel de sus pantorrillas se eriza totalmente confirmando mis sospechas.

Serenamente meto, con mucha delicadeza, la punta de su verga en mi boca y comienzo a chuparla con mucho amor y dulzura.

Mi mamada es muy lenta y pausada. Cada tanto saco su verga de mi boca y empapada como esta, de mi saliva y su liquido preseminal, la froto suavemente con ambas manos. Compruebo que me ha sido fiel en su viaje, ya que muy rápidamente comienzan los signos característicos del orgasmo que se avecina.

El toma dulcemente mi nuca entre sus manos y retirando apenas la verga del fondo de mi boca… me da la señal que tanto lo enloquece.

Abro muy grande mi boca y poniendo su verga apoyada en mi labio inferior con la punta de la lengua froto con fuerza el agujerito en la punta del glande que pulsa a punto de explotar.

Un chorro potente de leche pega en mi paladar… chupando pausada pero firmemente saco todo lo que quiero y después dejo que mi padrillo eche los últimos escupitajos de leche en mi cara.

Caro, saliendo por detrás de Fati lame con entusiasmo el goteante semen de mi cara para después fundirse en un beso de intercambio con el que comparto con ella el néctar que guardo en mi boca.

Luego con mucha ternura entre las dos limpiamos la espada del guerrero hasta dejarla reluciente y preparada para una próxima batalla.

Estoy muy excitada, y Caro también, pero pienso que sería bueno esperar hasta después de cenar así podemos incluir a Marcos y, de esa forma, equilibrar lo que mi lujuria había desquiciado en ausencia de Fatiga y Carolina.

Propongo terminar de ducharnos y dejar el siguiente paso para mas tarde. Fati, que ha agarrado desde atrás a Caro cuando nos besábamos, refunfuña un poco porque tenía su verga pasada por debajo de las piernas de ella.

Carolina, en la seguridad de que mas tarde yo le daré algo que desea, me mira con una sonrisa cómplice.

Nos da un beso en los labios a ambos y levantando del suelo su camisolín se va a la carrera hasta su habitación.

Nuestros mimos, antes de salir del baño, se cortan cuando comienza a sonar el teléfono. Fati atiende mientras yo me seco. Cuando entro en el dormitorio sigue hablando con cara de preocupación.

Al colgar, llama de inmediato por el interno a Marcos que esta en el quincho preparando el asado.

Coordinan que inmediatamente después de cenar Marcos partirá en auxilio de Don Mario que ha sufrido un desperfecto mecánico y no puede dejar el trailer con los caballos solos en la ruta para buscar auxilio. Han logrado llegar a un parador en la ruta y allí lo esperaran.

Los cuatro comemos el asado en el quincho. Apenas terminamos Marcos se prepara para partir. Invita a Caro a que lo acompañe pero ella dice estar muy cansada por el viaje y por haber dormido muy poco anoche.

Como es uno de esos días, de los últimos calores, con los que el verano de despide nosotros nos quedamos haciendo sobremesa en el quincho.

La charla intrascendente y divertida nos mantiene entusiasmados sin medir las botellas de vino que Fati periódicamente va a buscar al sótano.

Mientras un pormenorizado detalle de todo el viaje, con anécdotas risueñas y contratiempos no muy graves, me va siendo minuciosamente contado por Carolina. Fati sigue, parsimoniosamente, recargando las copas.

En uno de esos viajes aparece con otras copas y la primer botella de champagne.

Algunos mosquitos y un desafio de Fati, hacia nosotras dos, para jugar un partido de pool nos hace mudar nuestra incipiente embriaguez hacia el living.

Tengo un leve sobresalto cuando Caro pregunta por la mancha, lavada pero notoria , que tiene el tapete verde de la mesa de pool. Explico que en una de mis descomposturas volqué un vaso de jugo de naranja… y la excusa sirvió… pufff!!!!.

El primer partido lo gana Fati con holgura. Me llama la atención el comportamiento de Caro, le pega muy bien a la bola y toma muy bien el taco… pero tiene muy mala puntería. Supongo que debe ser el alcohol porque yo estoy bastante mareada también.

El segundo partido es un desafio, mano a mano, entre Caro y Fati. El pícaro veterano sugiere jugar los partidos por prendas. Sabe que va a ganar y pretende que el suelto vestido de Caro sea la prenda de su primer triunfo. ¡¡¡Craso error de calculo!!!… jajaja.

Desde que esta con nosotros, Carolina jamás había insinuado jugar una partida de pool, billar o algo similar, por lo que todos suponemos que no sabe jugar muy bien. ¡¡Que ingenuos habíamos resultado ser!!!

En el primer partido individual Fati solo tiene oportunidad de jugar cuatro veces… y se debe sacar la remera como pago de la derrota.

En el segundo partido solo mete una bola y pierde su pantalón bermuda quedando el calzoncillos.

En el tercer partido, Carolina se vende (sospecho que intencionalmente) mete la bola negra y debe sacarse el vestido… debajo solo tiene una super-tanga que apenas tapa su sexo.

Como los partidos duran solo cinco o seis minutos yo me divierto viendo el espectáculo apoltronada en los sillones con mi copa de champagne siempre llena. En el cuarto partido Fati pierde la única prenda que le quedaba y el quinto no se termina de jugar porque los ataques de risa terminan suspendiéndolo.

Es tal nuestra sorpresa por la maestría de Caro con este juego que no entendemos nada. Para hacer mas risueña la cosa ella comienza a enseñarle a Fati cuales eran los errores técnicos que comete al apuntar.

Es graciosisimo el espectáculo que yo tengo a la vista. Fati, totalmente en bolas… y con una semierección respetable se agacha para apuntar y Caro desde atrás, prácticamente desnuda, apoya su pelvis y le pone sus poderosas tetas en la espalda… me mira de reojo y con una sonrisa pícara le corrige la dirección del taco con una mano y con la otra le toma el falo y se lo dirige en el mismo sentido.

Como es lógico, a la tercera corrección, el veterano ya tiene el rabo como la estaca para empalar al Inca. Y, para colmo, Carolina demora cada vez más en sacar su mano, ya totalmente movediza y traviesa sobre la verga envarada, después de que el tiro ha sido hecho.

Fati, totalmente desnudo y con una erección terrible, tiene una cara de sátiro a punto de soltar sus instintos que me encanta. Carolina, con su portentoso y escultural cuerpazo, conservando aún su minitanga y sus altísimas sandalias de acrilico, es verdaderamente un canto a la lujuria mas desatada y un apetitoso bocado que hasta a mi me esta subiendo aceleradamente la líbido.

Suspendiendo el partido vienen hacia donde yo estoy y me hacen poner de pie para un nuevo brindis (el… no se que numero es ya a esa altura). Como las dos mujeres sobre las altas sandalias quedamos un poco mas altas que Fati nos descalzamos para poder brindar entrecruzando los brazos.

Cuando estamos, con los brazos entrecruzados, tomando los primeros sorbos… la cara encendida de Caro abre mas grande los ojos e inmediatamente un leve sacudón mueve el cuerpo de Fati. Miro hacia abajo y comprendo… la mano libre de Caro tiene agarrada la verga y la de Fati esta entre las piernas abiertas de ella.

Lentamente me voy sacando mi solera y sentándome de nuevo en el sillón, mientras, me saco la tanga para quedar absolutamente desnuda.

Caro y Fati han quedado parados, mirándose a los ojos con una lujuria desafiante y con sus manos libres moviéndose con rapidez en sus respectivas entrepiernas.

Fati toma la copa de la mano temblorosa de Caro y agachándose un poco las deja sobre la mesita ratona.

Cuando vuelve a enderezarse se cruza con la cara de mi amiga que baja.

Caro se pone de rodillas sobre la alfombra y se mete la verga en la boca dándole dos o tres chupetones para humedecerla con su saliva. Inmediatamente después hace algo que yo no he logrado aún (bueno… es que yo no tengo un árabe con verga gigantesca para practicar, obvio).

Estira su cuello y poniendo su cabeza en una posición muy especial comienza a introducir la <decena de pulgadas> (como dice mi adorado padrillo) hasta que sus labios llegan a la base.

La escena es absolutamente erotizante.

Los ojos de asombro de Fati al ver su verga totalmente perdida dentro de la boca de Carolina son un canto a la lujuria. La unción conque ella saborea esa tremenda verga haciéndola entrar y salir desde la punta hasta la base y el suponer que le esta llegando mas allá de la garganta me produce un morbo incontenible.

Como es de suponer, después de la sesión del baño y de esta novedad de la mamada, las tradicionales resistencias de Fati para llegar al orgasmo caen hecha añicos como un castillo de naipes.

Caro, sintiendo que ya viene el orgasmo me hace señas con la mano para que me acerque. Haciéndome poner mi cara junto a la suya deja que los primeros chorros de semen peguen en su garganta para después sacar toda la verga afuera y compartir juntas el resto de escupitajos en nuestros labios y cara.

Chupamos entre las dos como enloquecidas ese falo hasta que lo dejamos totalmente limpio. Fati cae pesadamente sentado en el sillón grande y se queda mirando, con la mirada perdida, como nosotras nos besamos con desesperación tratando de comernos mutuamente los restos de semen que han quedado en nuestras caras, cuello, labios y tetas.

Es tal la desesperación con que nos besamos y abrazamos que caemos las dos en la alfombra como una maraña de brazos, piernas y sexos palpitantes.

A medida que Caro baja con su boca y su lengua por mi cuello, mis tetas y mi panza… un fuego abrazador envuelve mi sexo. Cuando su lengua toca mi clítoris me lanzó a comerle el suyo con desesperación.

Caro tiene en su boca mi desproporcionado clítoris y lo chupa con violencia… yo hago lo mismo y compartimos un orgasmo que empapa mis labios con flujo que se desliza por mis mejillas hacia el cuello. Cuando aún sigo sintiendo los sacudones de nuestros orgasmos Caro se da vuelta y con la lengua recoge su propio flujo.

Agitadas, sedientas y aún recalientes nos sentamos en los sillones individuales frente a Fati. El nos acerca una copa de helado y burbujeante champagne a cada una. El liquido, por mi reseca garganta, es un nectar delicioso.

Mientras tomamos nos miramos con Caro con una sonrisa picara y algo asombradas porque nuestro único padrillo esta sentado frente a nosotras con su verga bastante preparada. Si bien aún no esta en su máximo esplendor se nota que nuestra reciente sesión lesbica lo ha motivado… sumado a las ganas que le tiene a Caro desde hace ya largo rato (junigranputa… veterano libinoso!!!… jajajaja)… el hombre quiere seguir la guerra. (¡¡¡ Me parece que no se sospecha lo que le espera de aquí en más… jijijiji).

Llevo a Caro al lado de Fati y la siento en el sillón. Abro sus piernas y me meto en su sexo nuevamente.

Mientras lamo con dulzura y delicadeza sus carnosos e hinchados labios vaginales, veo que Fati se pone de pie y subiendo al sillón se para sobre el asiento con los pies a ambos lados del cuerpo de Caro. Ella apoya la nuca en el respaldo mirando hacia arriba. El le llena la boca con su verga semierguida para que ella comience a chupar con pasión.

De la vagina que estoy chupando surge otro manantial de flujo que me da la pauta de que mi amiga esta a punto para la penetración.

Dejo la cueva que estoy usando de manantial y subo con mi lengua por la pierna de mi padrillo que tengo a pocos centímetros de mi cara. Besando, lamiendo y mordisqueando la parte interna de los muslos de mi amado sigo subiendo lentamente hacia mi destino.

Me detengo un minuto en las impresionantes tetas de mi amiga que tiene los pezones como dos misiles a punto de ser disparados. Los mordisqueo y lubrico con mi saliva mientras mis dedos se empapan de flujos cuando bajan a frotar su clítoris para continuar la preparación.

Sigo por dentro de las piernas del padrillo y veo la boca de Caro que abierta hasta el máximo se fagocita un émbolo de carne que sube saliendo brilloso y lubricado y baja resbalando para perderse hasta el tronco contra los labios. Los quejidos viscerales de Caro me dan la pauta que mis dedos la están acercando al orgasmo.

Abandono su sexo y mis manos van a separar las nalgas de mi amado. Con el camino libre mi lengua sigue vertiginosamente su ascenso hasta que llega a destino.

Después de las primeras lamidas de humectación comienzo a meter la punta en el estrecho culito de mi amado. La piel erizada, que mis manos detectan en las pantorrillas, me certifican el buen resultado de mi tratamiento.

La verga ha llegado a su máxima erección y pequeños ahogos de Caro demuestran que por mas habilidad que aplique, ya no soporta que la cojan por la boca en esta posición con semejante pedazo.

Tomo de las caderas a Fati y lentamente lo hago sentar de nuevo en el sillón en el lugar original. Caro toma aire… esta absolutamente encendida.

Sus ojos húmedos e irritados, su boca babeante que jadea como preparando un parto, la temperatura de su piel que cuando la tomo para hacerla levantar parece que tuviera un fuego interior y sus piernas totalmente empapadas en la parte interna por el flujo de sus orgasmos; son la muestra clara que la desesperación por ser cogida ya es incontrolable en mi querida amiga.

Fatiga esta sentado casi en el borde del sillón con su cuerpo tirado hacia atrás, casi recostado, su verga esta preparada.

Todo el cuerpo de Caro tiembla como una hoja de la calentura descontrolada. La tomo de los hombros y haciéndole separar las piernas a ambos lados de las de Fati la ayudo a que comience a sentarse sobre su regazo dándole la espalda.

Fati entiende mi maniobra y tomando su verga la mantiene en posición para la penetración. Tomo a Caro desde abajo de sus brazos, para sostener el descenso, y ella con una mano se toma de mi nuca y con la otra separa los inflamados y brillantes labios de su vulva.

-. ¿Vamos despacio?… o queres todo de golpe?… vos decime que yo te ayudo a retener la penetración si queres…- le pregunto esperando instrucciones. Yo estoy casi tan caliente como ella pero me erotiza hasta el paroxismo hacerlo cojer a mi padrillo con una hembra de semejante porte y tan caliente y desesperada por coger como esta en este momento mi amiga.

-. Despacio… Any… mi vida… despacio… me enloquece… asiiii…. vessss…. aayayayay… que hermosooo…. ssssss… Any… mi amor… sssss… la cabezota… aaahhhh… se quiere… llevar para adentro… sss… los labios tambien…. aaaaahhhh… que divinooooo… entra… siiiiii…. entra demasiado…. sssss….. ajustada…. sssss…. soltame un poquito massss…. siiiiii…. asiiii….

A pesar de estar ensartada solo en la primera parte sus caderas ya están provocando el movimiento del coito… su desesperación es notoria. Comienza a temblar como una hoja y me mira a los ojos. Esta empapada en sudor y sus ojos totalmente inundados en lágrimas. Su cara de satisfacción me demuestra que no son lágrimas de pena, son de las de felicidad que tantas veces me ha sacado este veterano que se esta portando a la altura de las circunstancias. (su dicho preferido).

Caro se toma de las rodillas de Fati y me pide que la deje sola que quiere seguir ella. La dejo y me siento en el sillón frente a ella, abro mis piernas poniendo mis pies sobre el asiento y mostrándole tremendamente abiertos lo labios de mi vulva comienzo a acariciar mi clítoris que esta en su máxima erección.

Caro mira hacia abajo la penetración. Levantando y bajando su cuerpo va ensartando, en cada bajada, un poco mas de ese tremendo pedazo que le estoy prestando.

-. Me estoy… ahhhh… me estoy…. sssss… acabando…. como una….. yeguaaaa… por faaavorrr… que hermoooooso… miraaaa… mira como… se la mojoooo… sentis Anyyyy… sentis el ruido… que hace … este guacho… que me esta… haciendo gozar… como una… yeguaaaaaaa…. ssssss…. por favor… no para mas… esta acabadaaaaa…

El cuerpo exuberante de Caro se envara y en la ultima bajada… con un profundo y gutural quejido… mete todo el mástil en sus entrañas.

Se queda quieta y me mira con una sonrisa de triunfo. Jadea. Su pelo esta pegado en su piel sudorosa. Me mira y se ríe. Se lo que le pasa. Muchas veces me pasa eso a mi. Es una risa histéricas porque se esta acabando de nuevo… y no lo puede contener. Es la risa que provoca la sensación de estar llena… el sentir que no podes ni moverte… que estas empalada y dentro tuyo late una barra de carne que, aunque no se mueve, sentis que tiene vida propia. Es la risa histérica que te produce el sentirte dominada por la lujuria, el no poder controlar el deseo. El darte cuenta que si tuvieras mas vagina te meterías adentro tres metros mas de verga… hasta reventarte de gozo y de placer.

-. Any… no me muevo… jijiji… porque la siento…. en la garganta… jijijiji… ademas… sssss….. paráaaa quemaaaaa… sss… me voy… a mover… sssss…. ¡¡ Porfa… ssss…quedate quieto guaachoooo!!!… ssssss…. si así … no ves?…. si ….ahhhhh….si asi… quieta como estoy…. me sigo…. acabando… sin poder… parar… vos sabes…. lo que es… esto turraaaa!!!!…. por eso… sssss… te estas riendo…. conmigo…. sabes el placer… que sientoooo….. sssssss…. ayyyy… este guachoooo… se esta…moviendooo

Fati comienza a moverse debajo de Caro y estoy segura que ella siente como la cabeza escarba en el fondo de su vagina… estoy sintiendo eso mismo yooo!!!!…

Caro empieza a subir bajar en ese palo que la ensarta. Acelera su ritmo. Se muerde los labios… trata de retener sus orgasmos… esta intentando hacerlo acabar a Fatiga…¡¡¡pobre!!!… no sabe que esta… irremediablemente perdida!!!!… después de la primera acabada Fati maneja los tiempos a su gusto y paladar.

Se mantiene sacudiéndose sobre la verga por mas de diez minutos. No puede mantener su endiablado ritmo porque con tantos orgasmos le faltan las fuerzas. Ya se nota que sus brazos se mueven con la flaccidez de un trapo. Grita, putea, llora, ríe… pero ahora esta esta poniendo seria.. porque se da cuenta que ya no da mas…. sigue sacudiéndose como una poseída pero ya no da mas… no le quedan mas orgasmos… los sé… yo lo he sentido muchas veces.

Fatiga suelta las tetas que ha amasado hasta dejarlas rojas y con los pezones ardiendo. Tomándola de la cintura se incorpora hasta pararse totalmente. La tiene ensartada y no la va dejar salir hasta que él lo decida. Caro queda con todo el cuerpo flexionado hacia abajo como colgada de un gancho por su vagina.

Fati avanza dos o tres pasos y pone la cabeza de Caro entre mis piernas. Muy languidamente, casi en el límite de sus fuerzas, ella se pone mi clítoris en la boca y comienza a chuparlo. El comienza pegar empellones feroces que hacen un ruido de penetración aterrador y en tres o cuatro minutos le saca a Caro, que grita como loca, con mi clítoris en su boca, el ultimo y aterrador orgasmo que le quedaba.

De pronto la suelta y Caro cae como una bolsa de papas en el sillón de al lado. Con la verga roja como una ciruela y una erección impresionante me toma de las manos y me pone de pie. Lo conozco… esta totalmente zarpado… ya esta en su momento de descontrol…

Me indica sin palabras que levante una pierna sobre el posabrazos del sillón… mi sexo se abre. Se acerca a mí y pone su verga en la puerta de mi sexo… me mira con lujuria. Con una fuerza descomunal me levanta un poco y luego me deja caer ensartándome de un solo golpe con su endemoniada pija.

Me tomo de su cuello y rodeo su cintura con ambas piernas, él se toma las manos por debajo de mi cola y, como dos malabaristas de circo, solamente parados sobre sus dos piernas comenzamos una enloquecida danza de coito salvaje.

Mis orgasmos se suceden sin interrupción. En el mejor momento de las embestidas… cuando su verga me golpea con rudeza en mis entrañas, siento que su leche me inunda desbordando mi vagina y chorreando semen por mis nalgas.

Caemos los dos, entrelazados y aún ensartados, en el sillón. Un dulce y larguísimo beso me premia por lo que le he regalado a mi adorado veterano en el día de hoy.

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