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Ligando en el hiper

Ligando en el hiper

Estoy en el hipermercado cargando el carro de la compra, son las once de la mañana, hay poca gente, la mayoría amas de casa, mi mirada se cruza con la de una señora de unos 50 años, la típica ama de casa sureña, traje chaqueta, pelo rubio teñido con mechas, entrada en carnes, baja estatura y prominente delantera.

Sigo con la compra, seleccionando productos y sigo cruzándome con la señora en los interminables pasillos de estanterías de la macrosuperficie, la miro, me mira, sonríe, sonríe.

-Esta es la típica monotonía del ama de casa- me dice

-La monotonía no es buena ni para las amas de casa ni para nadie.

-Si usted lo dice…pero ya con la edad que tiene una, con los hijos mayores haciendo su vida, algo habrá que hacer para salir de casa y no estar encerrada todo el dia.

-Hay que pensar en positivo, buscar cosas con las que divertirse, salir con su marido….

-Mi marido ya era un insulso y un aburrido hace 30 años cuando nos casamos, ahora es como un fantasma que solo piensa en el trabajo, el fútbol y pasar las tardes con los amigos en el bar…y aquí estoy yo mustia como una flor fuera del agua.

Seguimos haciendo la compra juntos, pagamos en la caja y la invitó a un café en el snack del hiper, se llama Rosa, vive en la típica urbanización de adosados, se pasa el dia sola, sus dos hijos se han independizado, se aburre, pero es jovial y alegre, ella todavía se considera una mujer viva….

-No se cual es tu edad Rosa pero sea cual sea creo que estas muy bien

-Eso lo dices por quedar bien

-Yo no tengo que quedar bien con nadie lo que pasa es que siempre he sido solidario con las mujeres casadas a los que sus maridos no tratan como debieran

-Ya…pero usted tendrá todas las mujeres que quiera

-No crea……va por épocas….

Seguimos charlando, ella está entusiasmada (o lo parece) porque alguien le haga caso, alguien más joven que ella (aunque no mucho), me insinuó y le gusta pero se pone nerviosa, me ofrezco a llevarla a casa pero rehúsa, ella tiene coche, además que dirán si la ven en su urbanización con un hombre, quedamos a tomar cafe al dia siguiente, me cita en una cafetería al otro lado de la ciudad.

Llegó a la cafetería y me encuentro con Rosa, ha ido al peluquero, se ha puesto guapa, charlamos cálidamente, me cuenta sus intimidades, la escasez de relaciones sexuales y la poca calidad de las mismas, cada vez está más zalamera y coqueta, parece una mutación, la resignada ama de casa desahogandose con un desconocido…pero el desahogo no había hecho más que comenzar.

La invito a dar una vuelta por un parque cercano, rechaza mi propuesta con aire de decepción, argumenta que alguien nos puede ver, le digo que podemos tomar un aperitivo en la casa de un amigo que está de viaje y me ha dejado la casa para que le riegue las plantas, sonríe:

-En la casa de tu amigo…me parece que eres un pillin- dice sonriendo, la decepción desaparece, acepta la invitación.

Llegamos a la casa, hay una botella de vino fino en el frigorífico, un poco de jamón y queso, nos sentamos en el salon y seguimos charlando, a la tercera copa está más locuaz, sus ojos brillan, su sonrisa se abre, me acerco a ella cada vez mas, ella se acerca también, nos besamos, mis manos se apoderan de sus tetas sobre el suéter, ella respira agitada, beso su cuello y siento como sus pezones se hinchan, parece que se quieren salir del sujetador, toma la iniciativa y comienza a desabrochar mi camisa, acaricia mi pecho, está caliente, esta ardiendo, le quito el sueter y desabrocho su sujetador negro, dos globos blancos de pezon rosado caen por su propio peso, los acaricio y me los llevo a la boca, le doy lamidas y pezones mientras mi mano asciende entre sus piernas hasta llegar a sus bragas, ella acaricia mi pelo mientras lamo sus pezones, mi mano ya está sobre sus sexo, nos separa la tela de sus braguitas, está ardiendo, habrá que apagar el fuego, cojo una de sus manos y la pongo sobre el pantalón, a la altura de mi polla, con la mano abierta lo roza ansiosa, seguimos besandonos y acariciandonos, la tomó de la mano y la llevó a la habitación, seguimos besandonos y desnudandonos, le quito la falda y las bragas, medira 1,60 como mucho, dentro de la generosidad y abundancia de sus carnes tiene proporciones equilibradas, aunque llama la atención que a pesar de su barriguita su cintura es bastante estrecha, sobre todo teniendo en cuenta que su trasero y sus nalgas son descomunales, sigo chupando sus tetas, ella se apropia de mi polla y me la menea con el típico sube y baja, mis dedos hurgan en su abundante pelambrera, negra como el azabache, esta mojadisima, nos sentamos al borde de la cama, seguimos con el besuqueo y las caricias, la tumbo boca arriba, se abre de piernas dispuesta a que le meta la polla pero mi cabeza se está acercando a su coño y mis dedos estan abriendo los labios de su vagina.

-Que vas a hacer?- pregunta sorprendida

-Relájate y disfruta

-Pero………

Le estoy comiendo el coño, su clítoris es fácil de localizar, coronando sus labios menores, es casi como una pequeña aceituna, cuando siente el contacto de mi lengua se agita y respira profundamente, cuando llevo unos minutos lamiendo y dandole chupaditas en el clítoris aprieta desesperada mi cabeza contra su coño y gime de gusto, no es que este mojada, esto es una inundación, un flujo denso de olor fuerte y profundo me invade, se descarga entera, se corre viva, estoy unos quince minutos jugueteando con su aceitunita y sus corridas se suceden a un ritmo vertiginoso, apretando sus piernas, apretando mi cabeza.

-Siiiiiiiii¡ ayyyyyyyy¡ nooo¡ nooooooooo¡ siiiiiiiiii¡-

Me incorporo y me pongo sobre ella, entre sus piernas, apunto polla en la entrada de su coño, no entra, se desliza y resbala en su coño empantanado por sus jugos, se la meto hasta las pelotas, ella se aferra a mis nalgas, quiero ir tranquilo pero ella me obliga con sus movimientos a un mete y saca salvaje desde el primer momento, mis quince centímetros entran y salen de su coño, apenas siento presión alguna, es como rozar la polla sobre una superficie deslizante pero a ella le gusta, apresurando mis movimientos, en pocos minutos siento su descarga, nunca había visto tal cantidad de flujo en una mujer, mis pelotas y toda mi entrepierna están mojadas y pegajosas, se está corriendo….estaba necesitada.

Le doy la vuelta y la pongo en cuatro, sus nalgas blancas y repletas están ante mi vista, abro sus piernas y localizado su raja, le meto la polla y continuo follandola como un tren expreso, la tengo cogida por las tetas y mi polla se desliza hacia el interior de su coño, embistiendola hasta las pelotas, estoy sudando pero la excesiva dilatación de su coño me da poco placer, sigo haciéndolo y meto un dedo en su culo sin complicaciones, ella gime más fuerte, sigue derramando sus jugos a tope, decido jugármela y buscar para mi polla un acomodo más excitante y apretado y la meto en su culo antes de que pueda decir ni que sí ni que no, para mi sorpresa no se queja, no encuentro apenas obstaculo, sus jugos lo lubrican todo, follando su culo apretado siento que poco podré hacer para contener mi corrida…

Ella se está tocando, yo sigo amasando sus tetas, ahora estan mas duras y parecen más pesadas todavia, la follo con delicadeza pero con los movimientos de sus nalgas demanda embestidas más virulentas y aqui esta Carlos para obedecer, en cuestión de segundos mi polla sale y entra de su culo casi toda y Rosa se retuerce de placer, se lo lleno de leche, embistiendo como un toro siento como brotan chorros de semen por la punta de mi polla.

Me dejo caer sobre ella, con la polla dentro de su culo, el sudor de su espalda se funde con el sudor de mi pecho, le saco la polla y me voy a asearme, ella viene conmigo mientras me lavo la polla me resfriega sus tetas por la espalda y me abraza:

-Todos los hombres sois unos guarros

-Por qué dices eso?

-Mi marido con el pretexto de no dejarme preñada siempre me follaba por el culo. Aunque tú has añadido una novedad

-Una novedad?

-Si…mi marido que es el único hombre con el que he estado nunca se bajo al pilon.

Pienso en la excesiva dilatación de su coño, solo apto para pollones desproporcionados y entiendo la búsqueda de su esposo de un lugar mas angosto y apretado en el que desahogarse y en una buena mujer que ha tardado mas de 50 años en correrse viva en los labios de alguien.

Nos vestimos y nos despedimos, ella insiste en salir sola para que no nos vean.

No he vuelto a saber nada de Rosa, no quedamos en nada, no nos hemos vuelto a ver.

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