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Sandra, detective privado II

Es Domingo, mes de julio, 10, 30 de la mañana, acabo de desayunar y me dispongo a poner en marcha mis planes.

Durante la madrugada hice copia de la cinta donde grabé las desventuras amorosas de Laura y Eva la noche anterior y me disponía a jugar mis cartas.

Llame al marido de Laura y le dije que todavía no tenía nada concluyente, que necesitaba todavía un par de días más, por lo que era conveniente que siguiera de viaje, lo más alejado posible de ella, a lo que accedió sin dificultad, así que me asegure tener el campo libre, después fui a mi habitación y empecé a rebuscar entre mi vestuario, busque unas braguitas de color negro que apenas había usado por verlas demasiado sexy para mi gusto, pero cuadraba perfectamente con mis planes, después me puse unos pantalones de chándal grises amplios que se ceñían a la cintura con un cordón y un top negro que dejaba ver mi tripita y mis hombros al descubierto.

Me recogí el pelo en una coleta que dejé pasar por detrás de una gorra de marca que tenía, unos deportivos blancos y perfecto.

Me mire al espejo, estaba realmente atractiva, mis pechos se marcaban generosos a través del top, y mi cuerpo atlético me hacía apetitosa. Cogí la copia de la cinta, monté en mi coche y me dirigí a casa de Laura con una mezcla de emoción y excitación.

Iba a jugarme el todo por el todo.

Cuando llegué a la majestuosa casa, aparqué el coche en la parte de atrás y me dirigí a la puerta principal, sabía que Laura estaba sola, porque por mis turnos de vigilancia descubrí que el Domingo era el día libre de la criada.

Llame al timbre, bastante nerviosa y emocionada, y esperé, al cabo de un par de minutos, la puerta se abrió y vi a Laura, estaba medio dormida, despeinada, pero realmente atractiva, llevaba una bata de raso de color crema, cerrada con la ayuda de un cinturón también de raso anudado a su cintura, pero lo suficientemente abierta para adivinar sus pechos firmes y desnudos.

¿Quién es usted y que quiere?- me pregunto mirándome de arriba abajo.

Soy detective privado- le conteste mientras le mostraba la cinta de video- me llamo Sandra y tengo algo que le puede interesar… ¿puedo pasar?.

Dudo un instante….pero por fin.

Pase – me dijo- espéreme en el salón mientras voy a vestirme.

Mejor que no!! – le conteste- quédese aquí!!, esto no puede esperar!!

Mi tono imperativo la paralizo, me miro extrañada mientras yo me dirigía a su televisor, lo encendía y ponía la cinta de video. Le di al Play y las imágenes de su orgía lésbica con su amiguita empezaron a desfilar ante sus hermosos ojos verdes.

– Que significa esto!!!!, no tiene derecho!!deme ahora mismo esa cinta!!.grito Laura.

– Quédesela si quiere, solo es una copia, la original la tengo a buen recaudo.

Entonces empecé a relatarle toda la historia, como su marido me había contratado para espiarla y como obtuve su aventura erótica con Eva, utilice un tono suave de voz y paseaba alrededor de ella mientras se lo relataba, observándola lascivamente de arriba abajo…ella me escuchaba sorprendida y cuando termine la historia me dijo:

– Está claro, he comprendido¡¡, yo no deseo que mi marido sepa esto, ya que como usted sabe es un rico empresario que me proporciona todo lo que quiero. Me imagino que esto tendrá un precio, dígame cuanto le paga mi marido y yo se lo triplico.

– El caso- le conteste mientras me acercaba a ella- es que no quiero dinero…

– ¿Entonces si no quiere dinero, que quiere…?, me pregunto Laura.

Me puse frente a ella, me quite la gorra y deje que mi pelo se soltara, la mire a los ojos y lentamente la desate el nudo de la bata dejando que esta se abriera y dejara al descubierto sus hermosas tetas, llevaba un tanga de color morado que perfilaba sus hermosos muslos, deslice la bata por sus hombros y esta cayó al suelo dejando su cuerpo semidesnudo al descubierto.

– ¿Qué hace?- dijo Laura con la voz entrecortada y tapándose los pechos cruzando los brazos. ¿se ha vuelto loca?.

– ¿Quieres la cinta?- le pregunte.

Si. Por supuesto- dijo ella- , mientras su cuerpo temblaba y juntaba sus piernas excitada por la situación.

Entonces, tendrás que ser una niña buena y darle a Sandra lo que quiere…

La cogí de la nuca y atrayéndola hacia mí la bese intentando penetrar con mi lengua en su boca, yo estaba excitadísima, era la primera vez que besaba a otra mujer… note unos labios suaves y una lengua húmeda que se resistía a mi ataque, pero pronto cedió, abriendo su boca y abandonándose a un beso apasionado y ardiente. Nos comimos la una a la otra durante un rato recorriendo cada cavidad de nuestra boca, mordiéndonos los labios y acariciándonos el pelo.

Entonces comencé a sobarle los pechos, firmes, redonditos, notando como sus pezones se ereccionaban al contacto de mis manos.

– mmmmm, así detective, muy bien…..mmmm….gimió.

Laura me acostó sobre el sofá, me saco el top dejando libres mis pechos que empezó a acariciar con gran destreza, masajeándolos con toda su mano y apretándolos para luego juntarlos, bajo su boca hasta la aureola de mis pezones y empezó a lamerlos en círculos sin llegar a rozar el pezón.

– ahhhh, siiii, siii, sigue así, Laura, me encanta…..

Yo estaba a cien, jamás me habían chupado los pechos igual, empezó a mordisquear mis pezones a la vez que una de sus manos recorría mi tripita con un contoneante masaje y bajaba buscando algo más..

Me desato el nudo del pantalón, y subió su boca hasta la mía, junto sus pechos con los míos, notaba que me iba a correr en cualquier momento, era incapaz de hacer nada, estaba abandonada al placer más inmenso que jamás

imagine.

Entonces su mano penetro bajo mis braguitas, sus dedos rozaron mi monte de venus y bajaron hasta mis labios vaginales empapados en ardientes jugos, sus movimientos eran rítmicos, comenzó acariciando mi clítoris que desfloro habilidosamente para después penetrarme con sus dedos llevándome hasta el orgasmo..

– me corrooo, Laura, ahhgg, sigue, sii, siiii…

Laura siguió masturbándome, llevándome hasta el éxtasis total, jamás pude imaginar tal placer, termino de desnudarme y yo a ella, y allí; en el sofá nos fundimos en un eterno 69, su lengua penetraba mi raja a la vez que yo saboreaba la suya…mmmm, ese sabor, ese aroma a hembra, ese perfume que ya había percibido desde mi escondite la noche anterior…ahora todo para mí.

De repente note como su lengua se desmarcaba de su posición y recorría una trayectoria húmeda directa a mi ano…note ese cosquilleo, intentando penetrar en tan angosto hueco, solo esas atacadas me producían un placer indescriptible.

– sii, cielo, por favor, méteme un dedo, ahora, mmmm…

Laura jugo con su dedo alrededor de mi oscuro agujero, empapándolo en flujo previamente para lubricarlo y luego introducirlo y sacándomelo rítmicamente.

– Te gusta que te den por el culo?, eh, pues aquí tienes mi linda detective..

– siii, me gusta , sigue… por favor, hasta el final…házmelo, aahhh, ahhh!!!!

Tuve que desistir de comerle su coño, era realmente buena, no me dejaba ni respirar, me abandone a otro maravilloso orgasmo para caer abatida, cansada y dolorida en el sofá.

– Bueno, ahora supongo que me darás la cinta?. Me dijo mientras se ponía la bata.

– Por supuesto, soy una mujer de palabra!!…te la haré llegar, pero antes necesito información.

– ¿Información?, ¿sobre qué?. Me pregunto.

Entonces le saque ciertos datos que me servirían para mi siguiente plan.

Me vestí y me despedí de ella con un apasionado beso y prometiéndole que su marido jamás sabría de sus desventuras eróticas.

Cuando me dirigía a casa iba ordenando mentalmente la información proporcionada por Laura y que me serviría para mi siguiente aventura.

Os aconsejo que estéis atentos a mi siguiente capítulo… no tiene desperdicio…

Continúa la serie << Sandra, detective privado I Sandra, detective privado III >>

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