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Voy a comprar ropa para una boda y termino follándome a la dependienta

Voy a comprar ropa para una boda y termino follándome a la dependienta

Mi nombre es Javier y os voy a contar la experiencia que he tenido esta mañana con una mujer impresionante.

Pues bien esta mañana he ido a comprar algo de ropa para asistir a una boda; como no me decidía por nada, ya que no sabía si me quedaba bien o mal le he dicho a una de las dependientas, que era simpatiquísima, y además tenía un escultural cuerpo, que si podía entrar conmigo al probador para que me diera su opinión acerca de cómo me quedaba la ropa. Aquélla rubia imponente asintió con la cabeza, no me lo podía creer ya que nunca me había visto en una circunstancia igual, ella se acercaba con un ligero contoneo de caderas, vestía un pantaloncito negro superceñido que marcaba cada curva de su cuerpo y una blusa transparente por la que se vislumbraba el sostén negro con los pezones marcadísimos entro en el probador conmigo, y cuando se giró…… ¡vaya vista! Su redondo culito hizo que me dieran ganas de cogerlo con las manos y estrujarlo fuertemente contra mi vientre.

Ella se dio la vuelta y me dijo: –vamos a ver, quítate ese pantalón y pruébate este a ver cómo te queda.

A mí me daba mucha vergüenza ya que estaba completamente salido. –venga que no tengo todo el día, ya sé cómo estas o sea que no me vas a asustar– me dijo ella con un tono entre agresivo y dulce en la voz. La verdad nunca me he explicado por qué las mujeres pueden hacer eso con la voz.

Yo me desabroche el botón y comencé a bajarme los pantalones, ella se sorprendió de las dimensiones que había tomado mi cuerpo a la altura de las ingles y dejo escapar una exclamación de sorpresa tapándose la boca con la mano abierta. Yo llevaba un slip pero la fuerza con la que se me había despertado el miembro le había desplazado y aquello parecía según me dijo ella una tienda de campaña para 12 a lo cual yo no pude hacer otra cosa que sonreír.

–¿puedo cogerla? Nunca he tenido en mis manos algo tan grande como esto. –por supuesto, conteste yo terminando de sacarla de entre el slip y el ombligo.

Ella se agachó cogiéndola y mis manos fueron a posarse sobre su perfecto culo donde me entretuve a acariciarlo con un suave masaje

Ella se metió el aparato en la boca, por lo que deduje que la gustaban mis caricias, por lo que mis manos se aventuraron en dirección a su pecho donde desabroche dos botones e introduje mi mano hacia su teta izquierda jugando con el duro pezón de esta.

Ella se levantó de su posición y se quitó los estrechos pantalones que vestía dejándome ver la tanga más bonita que he visto en mi vida, aunque no me la dejo ver por mucho tiempo porque se la quitó tan rápido como se había quitado los pantalones, entonces vi su coñito afeitado, tenía toda la pinta de estar jugosísimo y por el ya rezumaban los jugos ya que se veía brillante, luego se quitó la blusa que ya había desabrochado yo anteriormente y el negro sostén mostrándome los pechos por los que mis manos ya habían navegado.

Las manos de ella navegaban por la superficie de su vagina acariciándose los labios que ya los tenia mojadísimos– ¿te gusta mi coño eh?

Había llegado un momento en el que ya no tenía que responder, la rigidez de mi verga no dejaba lugar a confusión, ella seguía tocándose el coño y a mí me estaba poniendo a cien, que digo a cien, por lo menos a mil, ya no podía aguantar más, me la tenía que follar, así que acercándome a ella la cogí por la cintura y poniéndola culo a la pared la levante, ella cogió mi verga y la puso a la entrada del orificio vaginal, la deje caer suavemente sobre ella y la penetre mientras ella lanzaba un débil gritito, y eso que no había entrado entera que si no hubiéramos llamado la atención de la gente que se encontraba en la tienda a aquella hora, que era bastante.

Con un nuevo empujón entro entera mientras ella abría la boca sin gritar, solo lanzaba leves gemidos de placer mientras yo bombeaba y bombeaba haciendo su coño a la justa medida de mi polla hubo un momento en que ella no pudo aguantar más y un alarido salió de su boca que yo intenté tapar con la mía para no descubrir que estábamos echando el polvo poco menos que del siglo, si no lo era, por lo menos era el mejor polvo que he echado hasta el momento.

La baje de mis brazos y asiéndola de los hombros la hice arrodillarse de manera que su boca quedase a la altura de mi instrumento, abrió la boca y de un movimiento de caderas le introduje mi estilete en su boca hasta que rebotó en la campanilla ella la volvió a sacar en medio de una arcada pero acto seguido la volvió a meter en su boca caliente, el sudor recorría nuestros cuerpos hasta caer al suelo formando un pequeño charco que se unía a los jugos derramados por su chochito.

–lámemela bien para que luego no te haga daño en el culo-la dije yo a lo que ella respondía chupándomela con más ahínco que nunca, mientras, vi que sus dedos se perdían en el interior de su culo, quizás para abrirme el camino. Cuando se la saque de la boca no tuve que decirle nada, ella ya sabía lo que la iba a hacer, se puso a 4 patas y con el culo en pompa espero a que la penetraría pero no lo hice así, abrí la cortina del probador buscando un amigo que había venido conmigo y le invité a entrar, Geraldine que así se llamaba la dependienta se sintió cohibida al ver a mi amigo en el probador e intentó taparse con la ropa que se encontraba tirada por el suelo.

Yo le explique que no pasaba nada, que solo quería que experimentaría lo que se siente con dos pollas a disposición de una mujer, y le dije que se la pusiera a punto para penetrarla por el coño mientras yo se la metía por el culo cosa a la que accedió con gusto metiendo la polla de Alberto en su boca y empezando a chupar, entre tanto, yo jugueteaba con mis dedos y mi lengua en su culo chupándoselo para lubricarlo e intentando darlo de si un poco ya que era la segunda vez que se lo hacían por ahí, cuando Alberto la tuvo a punto se tumbó en el suelo, Geraldine se sentó encima clavándose la polla de Alberto en el coño emitiendo un pequeño suspiro de placer, Alberto la cogió de las tetillas y tirando de ellas consiguió echarla hacia delante has que sus bocas se fundieron en un beso, cogiéndola los cachetes del culo y poniendo mi polla a la entrada de su ano, la fui penetrando lentamente, no entraba fácilmente y tuve que dar un fuerte empujón que hizo que Geraldine gritara de dolor-¿quieres que pare? —-no, sigue folladme, dame por el culo-me decía con lágrimas en los ojos.

Al cabo de unos minutos esa lagrimas se transformaron en violentos gemidos de placer, ya no la importaba que la oyeran lo estaba pasando bien y eso bastaba, le daba igual ahora solo pensaba en aquellas dos pollas que la estaban follando.

En un momento dado exploté vertiendo toda mi leche en el interior de su ano, Alberto al ver que ya me había corrido y que ella estaba teniendo un orgasmo de campeonato no pudo aguantar más y se corrió. Cuando ella se levantó, el semen salía por los dos orificios por los que había sido follada.

Justo en el momento en el que ella se estaba abrochando la blusa, alguien abrió la cortina y nos pillaron a los tres allí dentro, una dependienta llamo a la jefa que se persono en el probador y vio las manchas de semen y de flujo vaginal en la moqueta del suelo y a nosotros sudando.

Finalmente a ella la despidieron escándalo en el lugar de trabajo y a Alberto y a nos denunciaron por escándalo público, denuncia por la que tenemos un juicio pendiente aunque yo creo que esa nos quitaría la denuncia a cambio de una noche de sexo desenfrenado y si me la trae floja, he echado un polvo como nunca lo he echado, y estoy seguro d que Geraldine, con la que hemos quedado para repetirlo otro día, piensa lo mismo.

¡¡¡¡Que nos quiten lo bailao!!!!

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