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Verano en el pueblo

Verano en el pueblo

Como era normal después de la conversación mantenida por mi tío, el mismo domingo fuimos a la piscina.

Después de estar bañándonos y tomar el sol de repente mi tío dijo a toda prisa que era la hora de irnos y se dirigió al vestuario y yo con él mientras mi tía se dirigía extrañada al vestuario femenino.

Fui hacia una de las duchas individuales con una puerta que dejaba un hueco por arriba y otro por debajo debido a que me resultaba un poco incomodo ducharme desnudo a la vista de todos, mi tío sin embargo se fue a las duchas que había en una pared. Como podía ver por encima de la puerta mientras me duchaba, pude observar a qué se debía la conducta de mi tío.

Al lado se encontraba duchándose el carnicero del pueblo (el burro), sin duda debía de haberle visto cómo se dirigía al vestuario y para no perderse la función había hecho que nos fuéramos a cambiar ya.

La verdad que era impresionante ver lo que le colgaba a aquel hombre entre las piernas, tenia un pedazo de carne de unos 15 cm en estado de reposo que le colgaba de un lado para otro mientras que le escurría agua por la punta amoratada y de un tamaño que yo sólo alcanzaba en mis mejores erecciones.

En eso mira a mi tío y pude observar que no quitaba ojo de esa entrepierna, lo que iba a hacer que se dieran cuenta los demás de un momento a otro, sobre todo porque en un movimiento que hizo mi tío y me permitió verle de perfil ya que el se encontraba mirando a la ducha del rincón, pude ver que tenía una erección bestial.

En eso mi tío parece que despertó un poco y de repente se dirigió a la ducha donde yo me encontraba tapándose con las cosas que llevaba en la mano, entró en mi ducha y tras quedarse mirando a su pene me miró y dijo:

– Es debido a que el agua de la ducha estaba muy caliente y no quiero que la gente me vea así ya que me da corte, sabes lo que pasa… – – Miró para mis genitales y comprobó que… estaba totalmente empalmado… – Sin decir nada se agachó y se introdujo mi pene en la boca chupando como si le fuera la vida en ello, yo tuve que recostarme en la pared y antes de que me diera tiempo a pensar cualquier cosa estaba soltando chorro de semen en la garganta de él.

En eso se levantó cogiendose el pene empezó a masturbarse rápidamente.

– Déjame que acabe… aggggggggggggggggggg – Debido a la apretura con que estábamos los dos en la ducha me embadurnó totalmente de leche todo el vientre y el vello de los testículos. Sin decir nada nos lavamos los dos y salimos de la ducha para vestirnos en el vestuario.

Al salir a la calle estaba esperándonos mi tía que nos preguntó que cómo habíamos tardado tanto.

Es que había mucha gente y tuvimos que esperar a que quedaran duchas libres.

De camino a casa yo dije que me dejaran que iba a dar un paseo, no dejaba de pensar en lo sucedido y en cómo todo había comenzado por ver los dos al famoso burro. Quién me iba a decir que le volvería a ver en lo que quedaba de día.

Al llegar a casa vi que mi tío no estaba porque no tenía el tractor aparcado, sin duda no había tenido suficiente y se había ido a ver a su amigo. Al entrar en la casa oí ruido que venían del piso de arriba, al subir me acerqué a la habitación de mi tía y pensé que si que se encontraba m tío en casa porque los ruidos eran como de dos personas jadeando por lo que creí que se trataba de que mi tío se desahogaba con ella.

Al llegar a la habitación vi que mi tía estaba apoyada en la cómoda mientras que detrás de ella follándosela estaba nada menos que el carnicero alias el burro. Parecía que la iba a partir por la mitad por los gritos que daba mi tía y por la fuerza con que empujaba el otro desde atrás. El pene era realmente de feria ya que debía de medir mas de 30 cm. a juzgar por la parte que salía al moverse.

– Párteme en dos capullo. Agggg me corro de nuevo.

La cara de mi tía estaba desencajada y sus enormes tetas parecía que se iban a reventar contra la cómoda de la habitación de los golpes que pegaba contra ella a cada embestida.

– Esta es la polla que le gustaría tener en el culo a tu marido. No veas cómo la miraba esta mañana. Te voy a partir el coño, agggg toma leche zorra. – El semen rebosaba del coño de mi tía y goteaba por sus piernas hasta el suelo. Después de salir de ella se empezaron a limpiar con unos kleenex y a vestir relajadamente hablando en la cama.

– Yo no acabo de creerme que mi marido sea maricón como dice la gente. – Pues te puedo asegurar que todo el pueblo sabe que le da por culo el Paco de vez en cuando, dicho por la mujer de éste la primera. Dice que menos mal que el Paco tiene a su marido y así la deja a ella un poco en paz en la cama…

Continuará.

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