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Mi primo me chantajea por mi tendencia sexual

Mi primo me chantajea por mi tendencia sexual

Hola, cómo están. Espero que mejor que yo, ya que me ha pasado algo catastrófico, me han descubierto. Sí, quién lo diría luego de tanto tiempo cuidarme, de proteger mi reputación. Disculpen que les hablé así, pero es que estoy algo exaltado o exaltada como prefieran, con lo que me ha sucedido.

Verán, soy empleado de una antigua y muy sobria institución bancaria, en la cual detento el honroso puesto de gerente de operaciones comerciales con el extranjero. Soltero, y mientras vivió acompañé a mi madre en nuestro hogar. Después que ella falleció, yo continué viviendo solo, y quizás no sé por qué particular razón o motivo, jamás de los jamases me han llamado la atención las mujeres, digo como para vivir con ellas y compartir el mismo lecho.

Por otra parte me gustan sus ropas, calzados, perfumes, maquillajes, en fin tantas cosas que desde pequeño he querido ser mujer, además de eso me encantan los hombres, pero como se habrán dado cuenta, en mi posición eso es algo casi imposible de admitir, digo si no quiero quedar desempleado.

Bueno luego de la partida de mi madre, me liberé un poco. Comencé a usar sus ropas en casa, y luego fui comprando algunas prendas que me llamaban la atención siempre con la excusa de que era para regalársela a una amiga, hasta pedía que me la preparasen en papel de regalo con lazo y hasta con tarjeta de felicitación.

De lunes a viernes, desde que me levanto hasta que regresó de mi trabajo, me visto y comporto como se espera que se comporte un gerente de mi posición, pero una vez que me encontraba solo en casa, me convertía en otra persona. Me vestía de chica y el resto del tiempo hasta que me levantaba al día siguiente hacía cosas normales, como limpiar, u organizarme trabajo del día siguiente.

Por lo general nunca recibo visitas, y si llega alguien debe ser o un vendedor o alguien que se ha equivocado de dirección, ya que mi pequeño círculo de amistades saben que no recibo a nadie en mi casa si no me lo hace saber con anticipación suficiente, (es para que no me agarren vestido de mujer).

Hay noches en que salgo y comparto con mí otro grupo de amistades, o sea las “chicas” y sus maridos. Pero como soy tan reservado en mis asuntos no invitó a nadie de ese círculo para que me visite. Bueno no les voy a seguir aburriendo con mis cosas, vamos al grano.

Me encontraba un viernes en la noche, listo para salir de mi casa, hermosamente vestido maquillado y hasta perfumado, cuando recibí una llamada de un primo mío, hijo de una hermana de mi madre, como dicen él es la oveja negra de la familia. Me indicó que tenía urgencia de comunicarse conmigo, pero yo me lo quité de encima diciéndole que con gusto lo recibiría el sábado en la mañana, ya que estaba por salir para un agasajo que le daban en el banco al Presidente de la Junta.

Esa noche compartí con las chicas, era el cumpleaños de una de ellas, y trajeron a unos tíos para que nos bailaran desnudos, al final realizaron una rifa, y yo me la gané. El premio consistía en pasar el resto de esa noche, con uno de los bailarines. Yo soy de contextura delgada sin ser flaco, pero cuando me visto de nena tengo unas nalgas imponentes, lo que me compensa la falta de otros atributos femeninos naturales, en otras palabras mis tetas son bien pequeñas, ya que suspendí el tratamiento de hormonas femeninas, además así como están las puedo ocultar fácilmente bajo mi ropa de hombre. Por lo general no consumo mucho alcohol, ni tampoco fumo mucho de los pequeños cigarrillos artesanales. Pero esa noche feliz y contenta por haberme ganado el primer premio bebí y fumé bastante, realmente no me afecta mucho, pero me hace sentir más mujer que nunca, y si a eso le suman el premio que me había llevado, estaba que no cabía en mis finos zapatos de tacón alto.

El joven me llevó a una bella habitación finamente decorada, realmente no me colmó de besos hasta que le pasé un buen billete por sus servicios, pero a partir de esos momentos hizo de mi lo que quiso, tratándome siempre como a una dama, me acarició y besó durante un buen rato. Aunque su miembro no era descomunal, pero quizás por el tiempo que había estado sin probar uno, lo disfruté largamente. Yo estaba bien loquita, o desesperada por ser poseída por él, tanto que en cierto momento me pidió que se lo mamase, cosa que por lo general no me agrada mucho, pero en esos momentos estaba dispuesta a todo con tal de que se acostase conmigo ese macho.

Algo que mi acompañante de esa noche me pidió encarecidamente fue que no me quitase el lindo vestido que estaba usando en esos momentos, a lo que gustosamente accedí. Yo se lo estaba mamando, cuando me dijo, “lástima que tengas la regla”, al principio no le entendí, pero cuando me lo dijo por segunda vez, comprendí que era como parte de una fantasía, por lo que decidí seguirle el juego, luego continuó diciéndome, “te amo tanto, que sería capaz de hacerte el amor a lo griego”, o sea por el ano, yo respondí como toda una jovencita enamorada, que se sacrifica por el amor de su amante y accedí a ese pedido, que en el fondo era lo que yo deseaba con locura.

Me levantó y colocó acostado boca arriba mis piernas las puso sobre sus hombros, y luego bajó ligeramente las pantis que yo estaba usando, sólo lo necesario para que mi hueco quedase al descubierto, su colorado glande se encontraba desde luego todo mojado por mi propia saliva, y eso fue lo que usó como lubricante, desde que comenzó a introducírmelo por mi ano, comencé a sentir ese inconfundible y sabroso dolor que precede al placer, en ningún momento detuvo, sólo lo hizo hasta que su miembro estaba completamente dentro de mi cuerpo. Creo que se me corrieron unas lágrimas, pero de felicidad.

Mi hombre me lo metía y sacaba con calma sin apurarse, y yo lo disfrutaba del todo. Sus manos recorrían cada espacio de mi cuerpo que estaba a su alcance. Haciéndome sentir toda una mujer, aunque tan sólo fuera algo temporal, yo lo estaba disfrutando al máximo. De lo excitado que me encontraba, y quizás por el roce de mi pene con parte de mi ropa íntima, me vine antes que él, sin que yo mismo de forma consciente me masturbase.

Cuando él se dio cuenta de que yo me había venido porque se me manchó la panti con mi leche, lo sacó y cambio de posición, poniéndome en el clásico cuatro patas, en esa segunda ocasión que me lo introdujo dentro de mi ano, lo disfruté a raudales. Me lo metía y sacaba como un desesperado, hasta que finalmente se vino dentro de mi culo. Después de eso me quedé dormido, él se debió marchar en algún momento, pero mientras que me quedaba dormido permaneció pegado a mi cuerpo.

Al despertar ya casi era de madrugada, por suerte no trabajo los fines de semana. Llegué a mi casa de milagros, no sin antes despedirme de las que se encontraban todavía presentes. Disfruté tanto de la fiesta, que se me había olvidado el compromiso que había realizado con mi primo, me acordé justo cuando escuché su voz en el auricular del teléfono, indicándome que se dirigía a mi casa. Apenas y me dio el tiempo suficiente para ducharme y desde luego cambiarme de ropa. Mi primo, al cual tenía buen tiempo sin ver, sencillamente me pidió alojamiento mientras que conseguía empleo. A regañadientes lo acepté en mi casa, por unos días supuestamente.

Todo marchaba “normal”, hasta que al siguiente viernes aunque recibí una invitación de las chicas la decliné, porque con mi primo en casa, francamente no me agradaba la idea de que se diera cuenta de mi otro estilo de vida. Lo que serían en principio unos días se alargó más tiempo, y lo peor de todo es que mi primo le gusta dormir desnudo sin ropa alguna, y además cuando se levantaba no se preocupaba por tan siquiera usar una toalla, para colmo su verga siempre me daba la impresión de que estaba parada.

Estando un sábado en casa, mi primo se levantó a eso de las diez de la mañana, como siempre desnudo y con su gran pedazo de verga erecto como un mástil, yo procuraba no darme por enterado y disimulaba bastante bien, francamente me tenía muy nervioso, no tan sólo por ser quien era, si no que ya le estaba prestando mucha atención a él. Esa noche decidí salir a visitar a mis amigas, pero me tuve que vestir fuera de la casa, por las razones que ya conocen. En el negocio donde nos reunimos, había un grupo de marineros rusos y como a eso de la una de la madrugada, el dueño del local que es del ambiente cerró las puertas, para que las personas que estábamos dentro nos divirtiéramos sin complejo alguno. Cosa que todos los presentes hicimos, no emborrachamos, todo el mundo se quitó la ropa, y cada quien agarró a su cada cual y como mejor pudimos nos la arreglamos, a mí por cosas del destino me tocaron dos marineros, ellos sabían que yo era un hombre vestido de mujer, pero por su manera de acariciarme y tocarme era evidente que eso no les molestaba para nada.

Llegó un momento en que me tenían como a un pollo a la vara, con uno por la boca y el otro dándome por detrás. Sus nabos eran considerables sin llegar a ser unos fenómenos, me comieron el culo como les dio gusto y gana, me pusieron de espalda, de cabeza, de lado, en fin antes de que nos separásemos uno de ellos me comenzó a meter los dedos por mi ano, para finalmente prácticamente introducirme casi toda su mano, de momento se formó una pelea, y casi todos los presentes salimos corriendo como alma que lleva el diablo, ya que de llegar la policía no se ponen a escuchar explicaciones.

Yo he visto cómo a una amiga mía que pasaba por el lado de donde había habido una pelea, la detuvieron sin motivo alguno, la hicieron quitarse la ropa en un oscuro callejón y cuando la volvimos a ver su foto había salido en la mayoría de los periódicos, le hicieron un daño tremendo. Su familia lo votó de la casa, sus amistades le dieron la espalda, por suerte otra de las chicas se lo llevó a vivir con ella y montaron juntos un negocio luego que se fueron a vivir a California.

Pero continúo contándoles lo que me paso, cuando llegué a mi auto estaba casi semi desnudo, y hediondo a sudor a semen y a culo comido, salí de ese lugar justo cuando llegaban las patrullas de la policía, en un paraje solitario me volví a vestir pero de chica.

Quizás por el susto, lo borracho que me encontraba, o quien sabe por qué razón, no reparé en cómo me encontraba vestido y maquillado y me dirigí directo a mi casa. En mi casa tengo un portón eléctrico, el cual activo desde mi auto para que abra o cierre. Una vez ya dentro de mi casa, al atravesar la puerta de servicio, me encontré frente a mí a mi primo, se encontraba como siempre que se levanta desnudo, al parecer estaba tomando agua en la cocina cuando yo había llegado.

Al verme no pareció sorprenderse mucho, contrario a mí que realmente me sorprendió el verlo a esas horas de la madrugada despierto, y más me sorprendió el que me viera como estaba yo vestido, mi primo había descubierto por accidente mi secreto, yo francamente no sabía qué hacer, quería que la tierra me tragase en esos momentos.

En medio de mi desesperación traté de inventar una excusa, tras saludarlo y procurando controlar mis nervios, le dije de inmediato “no pienses mal, es que vengo de una representación del grupo experimental de teatro al que pertenezco”. Yo creo que ni yo me hubiera creído eso, si se lo hubiera escuchado a otra persona. Y mi primo tampoco me creyó, mientras libidinosamente me observaba y con su mano derecha acariciaba su pene, me dijo “déjate de decir pendejadas, yo sé bien qué es lo que pasa, no me quieras coger de lo que no soy”, “hace dos semanas cuando te llamé por primera vez, estaba frente a la casa y te vi salir vestido de mujer, casi ni te reconozco, y luego esperé en mi auto cuando regresaste bien borracha”.

El mundo se me venía encima creo que la borrachera que tenía hasta esos momentos del tiro se me esfumó, y mi primo a la vez se encaminó hacia mi persona, tomándome de la mano me condujo a la sala, yo procuré insistir tratando de actuar como si me sintiera ofendido, pero él llevó uno de sus dedos a mis labios en señal de silencio y continuó andando llevándome de la mano, hasta que al llegar a la sala él se sentó en el sofá dejándome a mí de pie. Luego me dijo anda y date una ducha que aquí te espero, y quiero que te pongas muy bonita para mí.

Realmente no sabía qué hacer, tenía miedo que él fuese actuar de forma brusca, o que le fuese a contar al resto de mi familia lo sucedido. Algo asustado me di una buena ducha que realmente me hacía falta, y me aseé como era debido, expulsé hasta la última gota de semen que los marinos rusos me habían dejado dentro de mí, en el espejo del baño me di cuenta que en mi rostro había algunas manchas de semen ya seco, en fin era más que evidente que yo había estado compartiendo sexualmente con otras personas. Tras ducharme y limpiarme bien, me puse a pensar qué era lo que podría desear mi primo, el hecho que me ordenase vestir y arreglarme me dio una pista y sencillamente llegué a la conclusión de que lo que realmente quería era usarme como mujer al igual que los rusos, una vez que me bañe decidí arreglarme lo mejor posible, me cambié de peluca, me maquillé de manera especial, me puse ropa íntima muy provocativa y finalmente me puse un salto de cama de encajes negros, al verme al espejo me sentí muy seductora, y dándome ánimos a mí mismo me dirigí así vestido a la sala.

Mi primo al verme se quedó sorprendido, me esperaba con un par de copas entre sus manos, me hizo entrega de la mía, indicándome que brindaríamos por su descubrimiento.

Yo traté nuevamente de hablar pero en esa ocasión cerró mis labios con los suyos, al sentir su caluroso cuerpo como que me olvidé de toda la vergüenza que sentía momentos antes y comencé actuar como una loca nuevamente. Por un largo momento, no pensé en otra cosa que no fuera el garle gusto a mi primo y desde luego que a mí a la vez. Mi primo al verme era evidente que se encontraba bien excitado, fue él quien comenzó a charlar diciéndome, como que tú no te acuerdas que no es la primera vez que te veo así vestido. Yo francamente no sabía de qué hablaba, hasta que me recordó que cuando éramos adolescentes, él me atrapó vestido de chica, en compañía de varios amigos de él, todos ellos se burlaron de mí, incluso me hicieron que se las mamase a todos en contra de mi voluntad. Quizás por eso no me agradaba mamar mucho, él me siguió besando y acariciando mi cuerpo. Yo me puse de espaldas a él, sus manos lentamente me bajaron la panti.

Su verga rápidamente encontró el camino hacia la felicidad, esa madrugada mi primo me dio como dos veces por el culo y en una ocasión me puso a mamárselo, lo que hice con todas mis ganas. Hoy en día mi primo convive conmigo en mi casa, tenemos un arreglo sencillo, mientras que viva conmigo cada vez que pueda me comerá el culo, y mientras yo actuaré sencillamente como su mujer.

Claro es que no por eso dejo de cuidarme, además mi primo como se habrán dado cuenta es un vividor de primera, y constantemente temo que haga de conocimiento público mis gustos. Por lo que para no contrariarlo a menudo me presto hacer cosas que de las que luego me arrepiento. Como por ejemplo hace unas semanas, le dio por que fuéramos a la playa, a un lugar de la costa bastante retirado de la civilización, me hizo vestir con un bello y hermoso traje de baño de una sola pieza, y comenzó a tomarme fotos bien eróticas y provocativas, cuando me di cuenta había un tío viendo lo que estábamos haciendo, a leguas se podía ver entre sus pantalones que tenía tiempo que no lo metía.

Mi primo se le acercó y le dijo algo, el tipo como que se sorprendió, me supongo que le habrá dicho mi secreto pero cuando vine a darme cuenta ya el pescador me estaba calzando por el culo, yo les diré estaba muy asustada como para disfrutarlo realmente, porque temía que llegasen otras personas y nos vieran, por suerte eso no pasó. Mi primo me tomó fotos follando de diversas maneras, sin contar las que me tomó mamándosela al sucio ese que apestaba a pescado. Hoy en día se deleita viendo las fotos y luego me folla a gusto y gana. Como verán he perdido mi libertad, Dios quiera que encuentre una buena mujer y se enchule de ella y se olvide de mí.

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