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Mi amigo Jey

Mi amigo Jey I

Este relato es lo que me pasó cuando viajé a Tailandia.

Estando de vacaciones en Bangkok decidí hacer toda clase de locuras que por diversos motivo nunca hacia en Argentina.

Una de ellas fue ir a un boliche gay.

Caminaba una noche por el centro y me decidí a entrar a una disco.

Había muchos extranjeros, europeos y americanos.

La fiesta había comenzado ya y todo el mundo se divertía. Para mi era la primera vez que entraba a un lugar asi y me sentía un poco raro.

Al poco tiempo comenzaron a abordarme diferentes chicos y yo los rechazaba en forma elegante…

Al rato me senté en un sofá para poder observar mejor el lugar y tomar un wysky… fue en ese momento que Jey (asi se llamaba) se sentó a mi lado y al instante nos pusimos a charlar.

Si bien tenia gestos amanerados su forma de vestir era absolutamente varonil. Físicamente era delgado, bajo de pelo corto y sin barba ni bigote.

Al poco tiempo charlábamos como si hubiéramos sido viejos amigos; bailamos y bebimos toda la noche.

Al final de la fiesta nos volvimos al sofá y lo abracé recostándolo contra mi cuerpo en un gesto casi paternal… Me invito a su departamento.

Nunca había estado con un hombre y toda la situación me ponía muy nervioso pero estaba en Tailandia y me había propuesto probarlo todo…

Salimos a la calle tomados de la mano y subimos a un taxi el taxista obviamente se dio cuenta de todo pero a mi no me importaba en absoluto…

Ni bien entramos al departamento lo atraje así mi, lo rodee con mis brazos y le di un beso de lengua que lo sorprendió mucho (allá los besos son cortos: “piquitos”)

enseguida pasamos a la habitación y nos tiramos en su cama. Ambos estábamos re-calientes.

Como pude le saque la camisa y los pantalones, tenia una piel espectacular, sumamente suave (en argentina seria la envidia de todas las mujeres).

Su cuerpo era totalmente lapiño y mis manos lo recorrían de pies a cabeza.

Tenia un culito perfecto, muy suave y redondo. Me comenzó a sacar la ropa mientras franeleabamos y me di cuenta que iba a acabar…

En unos pocos segundos su calzoncillo (que aun lo tenia puesto) estaba mojado, pero el seguía apretándome como si nada.

Una vez que me saco toda la ropa busco en la mesa de luz una crema, se quito el calzoncillo y se coloco el gel, en ese momento aproveche para ponerme un preservativo.

Se tiro boca abajo en la cama, su culo brillaba un poco por el gel y eso me excitaba más aún, parecía que me estaba llamando, en ingles me pedía que lo penetrara, yo estaba a mil, agarre mi verga con la mano y la puse en la entrada de su ano.

Como no tenia ninguna experiencia con otro hombre y encima estaba re-caliente se la metí de una (no la tengo muy grande pero si bastante cabezona). Dio un grito de dolor y se salió como pudo.

Parecía que iba a llorar. Yo no sabia como disculparme.

Se sentó medio de costado en una almohada y protestaba por el dolor.

Opte por abrazarlo y pedirle perdón por la torpeza.

Pensé que tendría que ir al baño a hacerme una paja para sacarme la calentura pero mi para mi sorpresa cuando me estaba por levantar me tomo de la mano y me pidió que lo volviéramos a intentar pero me rogo que fuera más suave.

Fue entonces así como el se subió encima mío (yo boca seguía sentado) y se fue metiendo mi verga en su hoyo de a poco. Seguíamos besándonos y acariciándonos.

Una vez que la tenia toda adentro comenzó a balancearse y a decirme cuanto lo disfrutaba.

Estuvimos un rato en esa posición hasta que me dijo que ya estaba completamente dilatado y volvió a acostarse boca abajo.

Le tome las caderas con mis manos y lo levante un poquito para clavarlo mejor.

Esta vez entró sin problemas y en lugar de quejarse suspiro con placer.

Me saco las manos de su cintura y comenzó a moverse el… sabia como hacerlo… nunca una había vivido algo asi… como ya estaba por acabar comencé a moverme frenéticamente y el se dio cuanta por lo que enseguida acompaño mi ritmo.

Estaba tan abierto y lubricado su culo que la sacaba por completo y se la metía hasta el fondo, cada envestida era un grito de placer que dábamos ambos hasta que en uno de esos embates largue toda la leche que tenia guardada.

No daba más… había sido una de las mejores experiencias que había tenido.

Demás está decir que regresé al hotel a buscar mis cosas y mudarme a su departamento por el resto de los dias que me quede en Bangkok!

Pero eso será tema de otro relato…

Continúa la serie Mi amigo Jey II >>

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