Ella acercó a mi su pie derecho y se puso a juguetear con mis testículos, que seguían muy grandes pero un poco más duros, asido ya mejor a ellos mi escroto, y luego seguía con sus dedos por mi pene, haciendo que este se columpiara, logrando la tercera vez que lo hizo que este se erigiera casi en pleno.
Cuando salí de el prácticamente desnuda José había llenado la habitación del hotel de velas, la luz temblorosa hacia que todo fuera mas intimo y mientras yo cogía o dejaba algo sobre una silla el se acerco a mi por detrás, me cogió y comenzó a acariciar mis enormes teta haciendo que mis pezones se pusieran durísimos en solo unos segundos, yo notaba su polla en mi culo y eso me excitó aún más, así que me giré y besándonos llegamos hasta la cama
Bien, como queráis. Pero sabed que si decidís optar por el castigo, en un principio pensé en una triste azotaina sobre mis rodillas, pero ahora pienso utilizar esta regla de madera que tengo encima de la mesa- las dijo señalando a tal objeto.
Mientras, me veías al chuparme los senos tan rico como lo haces, me inclino para besar tu cuello, y ese pequeño sitio debajo de tu oído, se como te pones cuando lo hago. Por encima de la ropa paso mi mano por tu pecho, tu espalda, tu abdomen hasta llegar a tu polla, tu rico pene que ya no cabía dentro de tu pantalón.
Tatiana sacó el miembro del amigo, que estaba medio flácido. Lo engulló con furia, mientras Jorge se quitaba frenético la camisa. Al cabo de unos segundos ya su paloma estaba totalmente erecta. La tenía gorda y de buen tamaño. La morena se afanó en hacer muy bien su trabajo. Su lengua subía y bajaba por el pene de Jorge, a veces lo mordisqueaba, a veces se lo metía entero, a veces lo chupeteaba como un helado mientras le hacía una pajita lenta.
La legislación en España no considera delito el consumo de cannabis (el cultivo y la venta, sí) pero sanciona administrativamente el consumo público, con multas que van de 300 a 3000 euros y si es un menor se le lleva a comisaría y se avisa a sus padres o tutores legales porque tienen que hacerse cargo de la multa.
Deje dentro de culo los cuatro rotuladores y pase la mano por mi coñito para coger todos mis liquiditos estaba muy mojada, pase la mano la llene toda y me la comí, lo hice un par de veces hasta comérmelo todo, me gusta mucho hacerlo.
José Luis sólo cargaba un short que logró quitarse para quedar desnudo. Encima de ella y con su miembro erecto le coloco su miembro en la entrada de vagina, la cual estaba húmeda por la paja que Jessica se había hecho anteriormente en el baño.
Me subí a la mesa con ella, me hinqué agarrándola por la cintura y la subí encima de mí. Nos movíamos como nunca, perfectamente coordinados. Ella gritaba mientras escurría ese líquido transparente y caliente de su vagina. Me acostó y comenzó a cabalgarme dando una exhibición de buen sexo hasta que me hizo venir.
Cuando termino con mi tetas, me tumbo en el sofá, me quito el pantalón, me bajo las braguitas y empezó a acariciarme el coño, tan suavemente que me estremecía aun mas.
Me tiritaban las piernas en la posición que me encontraba, así que me saqué los zapatos con los pantalones que tenía arremangados y la camisa quedando totalmente desnudo me tendí en la cama haciendo que Laura se pusiera para iniciar un sesenta y nueve con ella, para lo cual la despojé de lo que quedaba de ropa, falda y calzón solo quedaron las medias con ligas, metí mi boca en su choro.
Cuando salió estaba sin tanga y con el vestido levantado y me pidió que le sacara un poquito más de vello. Me acerqué y comencé a recortar y mis ojos no podían salirse de sus labios vaginales, de un color rosado y algo brillantes. Sin querer se los rocé y saltó en la cama.
Se metía mi polla por completo en la boca, la sacaba, me lamía las pelotas, era increíble. En esto se puso de píe, se apoyó en el capó del coche, apartó el minúsculo tanga, y me ofreció su depilado conejito. Me arrodillé frente a ella y me puse a lamérselo como un poseso, mi lengua recorría toda su raja, penetraba en su húmeda raja, mordía su abultado clítoris, estaba tan afanado, que ni cuenta me di cuando se corrió.
Llego el día de asistir a hacerme atender en su consultorio eran las 16.00 y yo ya estaba esperando ser atendido en un consultorio donde había tres personas antes que yo, por lo tanto la espera se prolongo matizada con la lectura de esas revistas aburridas y muy técnicas para mi gusto.
Al mediodía llego Antonio, un automóvil Torino gris, coupé dos puertas, un cuerpo atlético, me hizo sentir que gustaba, en verdad como otras veces con otros, me dieron ganas de seducirlo, sabiendo lo que tenia que hacer me levante de la mesa y me tire a la pileta a refrescar mis ideas y mis hormonas, vi de reojo cuando mi hermano "lo empujaba" y se tiro, esa noche salimos al centro.
Mientras media polla de Mario estaba dentro de María, que gemía, pero de placer, a la vez que él la penetraba, acariciaba su clítoris y estiraba sus pezones como si se los fuera a arrancar. Se separó de ella, dejando a la vista un dilatado esfínter, capaz de albergar casi cualquier polla, muy lejos de lo que yo jamás hubiera imaginado.
Lo conocí en casa de un amigo, el cuarto estaba lleno de gente pero fue como si estuviésemos solos, sentí como si me hubiera despertado de un largo sueño o que en ese momento se iniciara un sueño, solo lo veía a él y supe que nunca había visto antes a un hombre, que allí había recibido el don de la vista y del sentimiento.
Salí apurada y cuando llegue al estacionamiento sentí un alivio ya que no estaba la moto de Nicolás, pensé que ya se había ido, entonces como hacia mucho frío, me senté en mi moto y me dispuse a abrigarme, me puse la bufanda y luego los guantes, en ese momento se abre la puerta de salida y allí estaba Nicolás, no pude hacer nada ya que ni siquiera tenía la moto en marcha, y el vino directo hacia mi.
Como organizados de convenciones, él tiene un toque muy especial para hacer que una se sienta bien (no necesita más que meterme la verga para que yo me sienta bien), pero en este caso, hasta imprimió el menú de nuestra bacanal.
La historia no termina acá. Juan tomó rumbo acelerado al local. Llegamos, estacionamos, nos bajamos y caminamos rápido hacia el local. Juan abrió los candados y entramos los cuatro. Abajo pusimos música y hablamos mientras mi amigo fue a comprar una botella de ron, a una licorería cercana.