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Un incesto diferente II

Sus labios estaban húmedos. Seguro que la excitaba mi forma de hacerlo. -Por favor... -, Fue casi un susurro, mientras que cerraba sus piernas lo más que podía de poco servía, pues mi mano estaba bien enterrada en su panocha, mis dedos frotaban una y otra vez su clítoris a través de la pantaleta.

El diario I

Luego se encabalgó sobre mi barriguita y comenzó a rozarme los pezones con las yemas de los dedos, pues sabía que los tenía muy sensibles, con el fin de excitarme, de ponerme la polla dura y poder así clavarse de nuevo. Sin embargo, no lo conseguía con la suficiente dureza como para volver a penetrarse y por mucho que se esforzaba no conseguía que se mantuviera firme.

Mi primer orgasmo

Entonces comenzó a moverse lentamente y su pene comenzó a "masturbarse" por entre mis nalgas, lo cuál a mí me hizo ver las estrellas y sentía una sensación tan extraña como erótica en mi plexo solar, hasta que de repente su pene, sin querer, tocó la entrada de mi ano; le pedí que ahora sí me penetrara, entonces D se detuvo y comenzó a presionar un poquito, pero no pasaba nada, pugnó por entrar, y sentí un dolorcito chiquito.

En clases

De pronto siento una lengua en mi clítoris. Es Rudy que sentado en el suelo me esta chupando la chocha, el clítoris, mientras todavía tengo la verga de Carlos adentro. Siento un gusto cabrón con esa lengua moviéndose ahí abajo donde más me gusta mientras me meten una verga como si quisieran matarme.

Obsesión I

Sin ánimo de crear en ustedes sensación de envidia, les diré que en veintisiete años de vida sexual activa, he mantenido relaciones con aproximadamente doscientas mujeres, si han oído bien: doscientas mujeres, a unos les parecerán muchas y a otros pocas, a mí simplemente me parece una cifra más que suficiente para poder decir de mí que tengo una gran experiencia en lo relativo al sexo.

El chantaje de mi sobrino II

Presentante en casa de nuestro amigo a las 20:00 de la tarde vestida con unos pantalones blancos y un top blanco con tanga negro y sin sujetador, ellos sabían mas o menos mi vestuario por que mi sobrino me ha visto muchas veces, no sabiendo que hacer no me quedo otro remedio que ir a la casa de su amigo, me vestí como me mandaron y fui hasta allí.

Mi querido profesor

Yo estaba parado en el terminal esperando un carro que saliera para Florencia cuando veo que viene mi profesor de Educación Física, hombre alto de unos 38 años y muy peludo como a mi me encantan. Hasta ese momento yo no creía ser homosexual por que hasta tenía novia pero a mi siempre me había llamado la atención mi profesor.

Libertinaje

Vimos una película erótica en televisión y creo que fue Elena, que es la peor de los tres la que propuso que hiciésemos una sesión de porno duro, con la condición de que que no lo fuésemos a hacer nunca más. Elena me confesó que se derretía por mí.

Una mujer insaciable que se divierte dominando adolescentes en venganza por los tratos que recibió de su marido I

Llegó la semana de los exámenes finales, yo le había prometido un regalo , pero haría lo que fuera para que saliera mal en los exámenes, así que empecé el juego, me puse un polo con un gran escote, una minifalda ajustada y me quité los zapatos, cuando Esteban regresó del colegio se sorprendió al verme así, es cierto que antes le había enseñado bastante, pero ahora parecía que yo era una prostituta.

Zeks IV

No quería creerlo, supongo que aun tenía dudas sobre él y yo. Además Santi no parecía querer algo más que sexo. Seguía sintiendo que me hundía, que no podía apoyarme en nada. No sabía a quien acudir, en quien confiarle algo tan intimo.

Lo que pretendía ser una ducha

Me acerque a su carita empecé a besarla lentamente pasando mi lengua por sus labios, juntando mis labios a los suyos ella dejo entreabrir su boca dejando entrar mi lengua húmeda que comenzó a buscar la de ella, jugando, como peleándose las dos, nuestras salivas se mezclaban y yo comencé a sentir que mis braguitas se mojaban que rico mi amor.

El chantaje de mi sobrino I

Me case con mi novio de toda la vida y padre de mi hijo, cuando tuvimos trabajo fijo, la relación es muy buena en todos los sentidos y no me quejo de nada, yo ahora trabajo en la empresa de mi padre, termine mi carrera de empresariales con buenas notas, mi marido es comerciante y aunque no esta mucho tiempo en casa me tiene bien atendida.

Zeks III

Se levantó completamente y se bajó su ropa interior, la tiró por ahí. Se volvió a sentar y metió su mano por debajo del mí bóxer y agarró de nuevo fuertemente mi miembro. Volvió a agarrar mi barbilla y acercó su cuerpo a mi cara. Soltó mi verga y cogió la suya. La acercó a mi boca.

Abuelo, padre e hijo III

Permanecimos así por unos minutos, uno al lado del otro sin articular palabras, yo me sentí nervioso y algo excitado, podía sentir la brisa en mi rostro, y suponiendo que no pasaría nada, cerré los ojos para relajarme un rato y tratar de no pensar en la polla de mi abuelo.

En el barco atracado al muelle me rompen el culo I

Entramos ambos en el aseo, y como uno de los urinarios estaba atascado, no me quedó más remedio que esperar a que él terminara de mear, para luego hacerlo yo. Cuando saqué la polla y me disponía mear, el chabolista, me agarró la polla y huevos, diciéndome que tenía ganas de darme por el culo. Que te parece, me decía meneándome la polla y acariciándome los huevos, a la vez que con la otra mano me acariciaba y sobaba el culo.

Otra noche de sábado

Innecesariamente, por que sabía con total seguridad quién estaba al otro lado, miré por la mirilla, y efectivamente, allí estaban mi adorable vecinita y su amiga con sendos saltos de cama y cara de niñas malas, era estúpido simular que no había nadie en casa por que sabia positivamente que Sara me había visto espiar sus actividades lésbicas, así que me arme de valor y abrí la puerta.

Su nombre… Begoña

Ahora el que sudaba a mares era yo, el placer intenso que Begoña me proporcionaba apenas puede ser expresado con palabras, por momentos la totalidad de mi sexo descansaba en el interior de su boca, captando el calor de su lengua y de su paladar, era como disfrutar del vértigo de una montaña rusa, como la caída libre de un paracaidista, como rozar las nubes con las yemas de los dedos...