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Ibiza, la isla del amor

Si es cierto que Paco vino a Barcelona un fin de semana y yo fui a verle al hotel donde tuve una noche de sexo inolvidable, incluso lo hicimos en el ascensor, y otra vez fui yo a Madrid donde Paco desvirgó mi culo por primera vez en el garaje de su casa.

Aida y Sandra III: La violación

La cara de miedo de las chicas aumentó, al igual que el tamaño de mi polla. Los tres chicos, como si ya lo hubieran ensayado, se quitaron la ropa quedándose completamente en bolas casi al mismo tiempo. Al ver las chicas los tres erectos instrumentos, volvió a aumentar su preocupación.

Mis inicios

Con lo que ellas me estaban haciendo yo sentía que explotaba en orgasmos uno tras otro y arrojando líquido; mi tía tomó con su dedo de mi líquido y lo untó en su clítoris para masturbarse; la amiga se acercó a Laura y también se empezó a masturbar mientras me acariciaba los testículos.

La piscina

Esta es la historia de mis primeras infidelidades con sus amigos poco antes de casarme y cuyos hechos mi novio no supo nada hasta después de casados, excepto la orgía que por casualidad organizamos los cuatro.

Aida y Sandra II: En el gimnasio

Aproximadamente otro minuto después, Sandra tenía los pezones tan rojos y duros que supe que no iba a avanzar mucho más. Así que pensé en una estrategia: como sabía que, de todas formas, debería estar al borde del orgasmo, deslicé mi mano paulatinamente hasta sus braguitas. Metí dos dedos por debajo de éstas y, como había previsto, Sandrita alcanzó el orgasmo de forma súbita.

La barca

Luego yo escojo al que la tiene más grande y le digo que se eche y yo me monto en su polla, cuando ya esta encajada pido un segundo que me la meta por el culo ¡Oh dios que maravilla tener dos potentes pollas dentro de mí! Los otros tres se colocan frente a mí, a uno le chupo su verga mientras en cada mano tengo una polla. Cinco magníficos penes para mi sola.

El ser

Virginia disfruto de lo lindo viendo como el ser se alimentaba de mis gruesos pezones, bromeando acerca de las caras raras que yo ponía cuando sus tentáculos encontraban la manera de meterse dentro de mis bragas, alcanzando así mis castos orificios indefensos.

Aida y Sandra I

No pude entender lo que dijeron, sólo vi que Aida se volvía a alejar y Sandra me sentaba en la taza del báter. Me separó las piernas, me quitó el condón y me la empezó a chupar. Y, Dios mío, Aida empezó a hacer un strip-tease.

Juego peligroso

Ella se deshizo de nosotros y se montó en la polla mientras el que la tenía en la boca se situó de forma que pudiera seguir Ana mamándosela, estaban los tres cabalgando que ya le estaban metiendo un dedo en el culo, ella se echó hacia delante y el tercer chico la enculo.

La fiesta de cumpleaños

Lo cual era del todo imposible; pues, con solo mirar hacia abajo ya me daba cuenta de que la tenue gasa lo único que lograba era dar un curioso tono azulado a mis opulentos pechos, logrando que mis pezones destacarán aún más, gracias a su nuevo y llamativo color violeta oscuro.