La secretaria que tenía unos atributos que no pasaba desapercibidos, era la única mujer que había en la empresa y ningún compañero dejó de proponerle que querían salir con ella.
Como al irse sentado en el camion junto a esta chica supersexi, se inicia el manoseo y agasajo de ambos y como terminamos los dos satisfaciendonos.
Yo después de comprobar que la cavidad más deseada de la frutera estaba bien empapada, me cogí de las caderas de la secretaria, oriente con una posición bastante rara, mi gran rabo hacia la cavidad rebosante de flujo de la frutera y de una embestida, entro entera, después de un rato no muy largo me corrí dentro, cuando la saque vi como salían borbotones de mi leche del coño de aquella guarra.
En ese momento me entraron dudas acerca de si debía entrar o no. Se lo comenté a Euge y él me dijo que si no me gustaba lo que estaba por hacer no lo hiciera e incluso que si empezaba y me sentía mal que lo dejara plantado en medio de la cama, que eso estaba hablado ya con Juan y no habría problemas.
En el camino me imaginaba que ella se agachaba y me mamaba la verga pero solo platicamos, al llegar a su casa me pase y ella comenzó a buscar la dichosa medicina, a veces pasaba y me acariciaba en eso entro a su recamara y me llamo, al entrar la vi hincada con el culo al aire, me dijo que si la ayudaba y al pararse choco su trasero con mi verga, a lo que comento que en que estaba pensando
Llegó arreglada, algo maquillada, con un vestido veraniego, corto, suave, blanco, dejando ver sus rodillas. De cintura para arriba, quedaba muy holgado. No era nada para dejar volar mi imaginación, pero con poco me era suficiente. Yo estaba menos arreglado, con unos pantalones cortos de deportes y una camiseta blanca. Ella estaba muy tensa y me lo transmitía.
La di vuelta a Graxiela y le ordené que me limpiara bien mi pija con su boca, al terminar me cambié enseguida y decidí irme, pude ver como la colchoneta donde dormía su esposo está llena de mi leche y de sus jugos, ella enseguida volvo leche de su hijo sobre las manchas y salió a limpiarla como para no levantar sospechas.
Casi todos los varones habían intentando sin éxito algo con ella y de todo el personal de la empresa él fue designado para participar junto a ella y otros dos compañeros mas.
No fue nada fácil pero lo consiguió. Esta estúpida me había logrado calentar de tal manera que me dolían los cojones de la gana que se había apoderado de mí por joderla. Me la volvió a poner a tope y entonces le alcancé el forro para que me lo pusiera. Me lo puso con mucho cuidado y dedicación.
Regresamos después de la una. Tras cenar, habíamos paseado por la playa en penumbra, a la que apenas llegaba la iluminación del paseo marítimo, dejando que el agua tibia del mar acariciara nuestros pies. Habíamos estado hablando de mil cosas toda la noche; verdaderamente, Eva e Liliana estaban muy compenetradas, pero yo no me sentí excluido en ningún momento.
Vestida de empleada, iba a ser su esclava y nunca hubiera imaginado tanto placer en una sola noche.
Antes de iniciar este relato quiero aclarar que todos los personajes principales que intervienen en ella pertenecen a la serie Slayers (más conocida aquí como Reena y Gaudi, salvo la sacerdotisa Calis). Mi intención al escribir este relato basado en estos personajes es contar con un contexto ya desarrollado a partir de la serie para desarrollar mis propias historias.
Cuando mi amiga Patricia cumplió su mayoría de edad, la invite a almorzar y pasamos un buen rato hablando de todo tipo de cosas, obviamente el tema llego a hombres y sexo.
A la vez me pidió que la acompañara a la tienda para darle opinión y luego aprovechaba de irse a su casa en mi auto. Yo ni tonto que fuera le dije que con gusto la acompañaba y así fue, allí estaba yo entrando a la tienda con ella y saludando a una amiga suya que resulto ser la dueña del local.
Se la empezó a meter despacio y cuando el negro sitió que entró la cabeza le dio un empujón que le metió casi la mitad. Mónica gritó en señal de dolor y yo le dije al negro que no la lastimara. Después ella sola se empezó a mover poco a poco. Cuando le entró más o menos la mitad, llamó al otro, para que la penetrara por la vagina. En ese momento empezó a gritar como nunca.
Salí del baño y fui a la recamara a esconderme, entré a al closet y esperaba que siguieran ahí. Ella entró sola a la recamara y estuve tentado a salir pero mi excitación era más fuerte que mi orgullo y dejé que siguiera el momento.
Creo que bajo desde mi cabeza. A la misma vez, recibí una descarga múltiple de semen en mis entrañas, en mi cara y todo se me nublo, hasta que me vi de nuevo montado y montando. Yo era montado por Arturo (por delante, en mi boca) y por Raúl (por detrás en mi culito) Yo montaba a Odaysi por detrás mientras Maggy mamada debajo de nosotros, tanto mis huevos como la almeja de Odaysi y esta lamía su clítoris con éxtasis.
Aquí comienzan las aventuras de una profesora que acompaña a sus alumnos durante el viaje de fin de curso.